La viuda del maestro neuquino asesinado en 2007 estuvo en Rosario en un homenaje organizado por Amsafé provincial que incluyó la proyección de un video de la serie “Escuelas con memoria”, sobre el establecimiento del barrio Santa Lucía que eligió llamarse como aquel luchador.

“¡Carlos Fuentealba, presente, ahora y siempre!”. El grito del grupo de docentes, entre quienes estaba su viuda, Sandra Rodríguez –puño en alto, ojos húmedos–, dio calor al mediodía del barrio Santa Lucía. En la vereda de la Escuela de Enseñanza Media Orientada número 569, ubicada en Riobamba al 7600, que lleva el nombre del maestro asesinado por la Policía neuquina en 2007, habían elegido ese rito para despedirse; aunque los abrazos, besos y apretones de mano que siguieron parecían destinados a conservar en la piel las sensaciones de una jornada muy emotiva. Es que, más allá de un homenaje con nombre propio, habían manifestado una vez más su defensa de la escuela pública y su compromiso con los trabajadores de la educación.

Fue el pasado miércoles 11 de mayo, cuando Amsafé provincial presentó el episodio II de su serie de documentales “Escuelas con memoria”, en este caso dedicado a la escuela 569 y en el que se narran vivencias de comunidad educativa en el camino de ponerle el nombre de “Carlos Fuentealba”. El primer capítulo había correspondido al establecimiento 514, “Madres de Plaza 25 de Mayo”.

El video sobre la Fuentealba es una realización de la Cooperativa de Trabajadores La Masa –nucleamiento que también produce El Eslabón– y se presentó en un acto al que asistió Sara –esposa de Carlos–, el dirigente docente neuquino Pablo Grison, la secretaria general de Ctera, Sonia Alesso; Paulo Juncos, quien se postula como delegado de la seccional Rosario por la lista Trabajadores de la Educación; Javier Almirón, secretario de Prensa de Amsafé; y maestros de distintos establecimientos rosarinos.

Los anfitriones fueron alumnos y padres de la escuela, sus profes, el director Manuel Céspedes y el vice Alejandro Rivero.

“Fue una jornada muy emotiva en la cual toda la comunidad educativa de la escuela y la Amsafe hemos realizado un homenaje al compañero Carlos, resaltando sus valores como militante sindical, como militante social y como docente comprometido con la escuela pública y con las causas populares”, señaló el dirigente Paulo Juncos.

Previo a la proyección del documental, Sandra Rodríguez había recorrido la escuela y, en su andar, se detuvo frente a un mural que evoca a Claudio Pocho Lepratti, lo que la llevó a recordar: “El himno de Pocho nos acompañaba en las marchas por Carlos”, dijo en alusión a la canción El ángel de la bicicleta de León Gieco.

“Todos estos años en un ratito”

En una suerte de clase abierta, docentes, padres, alumnos se ubicaron en una sala y fue el director Céspedes el encargado de las palabras preliminares. Así, presentó a Sandra, quien fue trazando una semblanza de Carlos, relatando hechos de su vida cotidiana –enfatizó en la coherencia entre su vida familiar y su vida laboral–, de su trabajo como docente y de la militancia, sin desvincular su biografía de las últimas tres décadas de historia argentina. Habló de “lo difícil que era conseguir trabajo” en los 90, de las movilizaciones de los maestros neuquinos en reclamo de mejoras, de los 60 pedidos de audiencia al gobernador Jorge Sobisch previos a la movilización en la que asesinan a Carlos.

Alentada por la atención que le prodigaban los pibes, Sandra detalló con precisión la represión policial que desencadenó la muerte de su marido y su camino posterior en reclamo de “justicia completa”, lucha en la que –dijo– “estamos Ctera, Aten (Asociación de Trabajadores de la Educación del Neuquén), Amsafé, todos los gremios, con muchas organizaciones de derechos humanos”.

También destacó como en los nueve años transcurridos desde la muerte de Fuentealba se fue “hermanando con los que tienen familiares asesinados, sin importar si son de la Patagonia o de Santa Fe”.

Por último, tuvo cálidas palabra para sus hijas, Camila y Ariadna, por el coraje con que atravesaron infancia y adolescencia sin su padre. Se detuvo, suspiró y, con una voz que se iba quebrando, dijo: “Les he contado todos estos años en un ratito”.

El documental

Unos aplausos prolongados siguieron a las palabras de Sandra Rodríguez. La sala quedó a oscuras y comenzaron a pasar las imágenes del video realizado por La Masa. Se pudo ver pibes de una escuela pública pintando murales en su patio junto a docentes, que no disimulaban el orgullo de trabajar en una escuela que lleva el nombre de su colega neuquino. “Me gustaría que todos sigan sus sueños y luchen, que no se queden con los brazos cruzados”, expresa el profesor Jonatan López. “Nos alienta que si mañana queremos ser profesores miremos quién fue Carlos Fuentealba”, dice el alumno Alejandro Benítez. “Tengo la suerte de trabajar en una escuela que se llama Carlos Fuentealba, que lo trae al presente todo el tiempo”, confiesa el docente Federico Vega.

La realización tiene música de la Orquesta infanto juvenil de Instrumentos Latinoamericanos de Granadero Baigorria y cierra con un recitado de María Esther Lenci dedicado a Carlos. “La negra le puso garra”, deslizó un dirigente de Amsafe al recordar cómo esta actriz y docente decía que “las tizas se mancharon de sangre, las mismas tizas seguirán escribiendo. Memoria, seguirán exigiendo juicio y castigo. Carlos Fuentealba, presente, ahora y siempre”.

Tras la proyección, el director Céspedes y el vice Rivero obsequiaron a Sara un ramo de flores y una remera de la escuela. “Es un orgullo para nosotros que la tengas, que nos recuerdes día a día, que nos tenga presente desde la distancia”, dijo el director, quien destacó: “Es importantísimo, que a cientos de kilómetros, en este barrio alejado de la ciudad, haya una escuela que lleva su nombre. La lucha, día a día, es el mejor legado de Carlos Fuentealba”.

Los asistentes salieron al patio, hubo fotos de Sandra con los chicos, con sus colegas docentes y la despedida, con esas palabras que siempre sacudirán las almas: “Carlos Fuentealba, presente, ahora y siempre”.

Fuente: El Eslabón

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