Desde Río de Janeiro, una integrante de la cooperativa La Masa se sumerge en la movilizaciones cariocas contra el avance de la derecha neoliberal, luego del golpe institucional contra Dilma Roussef. Postales de la resistencia callejera.

Foto: Midia Ninja.
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“Ayer y hoy nos sirven como ejemplo de lo que van a ser los próximos meses. Vamos a luchar para defender nuestros intereses y derechos populares, de los trabajadores y de los pobres”. Las declaraciones podrían pertenecer a muchas personas. No hay, en efecto, registro de quién las pronunció, pero la premisa se repitió durante las cinco horas que duró la primera movilización contra Michel Temer en Río de Janeiro, Brasil, realizada el viernes pasado. En la ciudad carioca fueron cinco mil personas, bajo la lluvia, las que se concentraron para repetir, dejar en claro, que “No Vai Ter Golpe”, a pesar de los hechos consumados la semana pasada en el poder legislativo del país vecino. Las movilizaciones, concentraciones y marchas se replicaron, desde el jueves, a lo largo y ancho del país y del mundo. “Es un pueblo organizado el que va a luchar contra el golpe”, advirtieron en la manifestación.

Foto: Midia Ninja.
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Una chica está parada sobre la escalinata de la Cámara Municipal (lo que vendría a ser el Concejo) de Río de Janeiro. Al frente se despliega la plaza de Cinelandia, donde se convoca a la primera movilización contra el gobierno de facto de Michel Temer. Son cerca de las 16.15, el evento estaba convocado para las 16 y ya hay unas 200, 300 personas. Y cabe destacar: hace dos días que llueve en Río. La chica mira al frente, junta las manos, murmura como un ruego: que vengan más, que sean muchos. Después se queda en silencio. Suspira y vuelve a murmurar: “ay, Brasil”. La chica destaca que ese día no hay patrulleros de la Policía, hay camiones. Sigue esperanzada, entiende que es por la cantidad de gente que se espera. Suma una conclusión: también puede ser por el golpe.

Foto: Midia Ninja.
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En Río de Janeiro se baila siempre: en democracia y durante los golpe de estado (los militares y los institucionales). Esta movilización no fue la excepción. El escenario se montó en la puerta de la Cámara Municipal y la pancarta más grande rezaba: “Carnaval pela Democracia” (Carnaval por la democracia). Las cinco horas que duró la concentración y que convocó a más de cinco mil personas fue con alternancias entre un micrófono abierto y un grupo de samba que tocaba en vivo. La gente se manifestó puño en alto y bailando. Las banderas flamearon al compás de la música y también las remeras y pancartas, y con ellas las consignas. Que baile un “Golpe nunca mais” no es menor. Traducido al argentino de ahora, es el lado de la grieta donde el amor vence al odio.

Foto: Midia Ninja.
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La concentración fue el comienzo de una serie de manifestaciones que sucederán – que se suceden permanente, a toda hora, en distintos puntos – en todo el país contra el golpe de estado. Fue impulsada por el Frente Brasil Popular y el Movimiento Povo Sem Medo y se destacó la unificación de los distintos frentes, movimientos, organizaciones y partidos del país frente al nuevo contexto nacional y latinoamericano. El objetivo principal, fue, precisamente, ese: estar en contra, restarle legitimidad a Michel Temer. Los ejes de este primer acto estuvieron enfocados en las primeras medidas impulsadas por este gobierno. Por un lado, la desaparición de cuatro ministerios: el de Cultura, de Comunicaciones, de Desarrollo Agrario y de las Mujeres, de la Igualdad Racial y de los Derechos Humanos. Por el otro, la designación de los nuevos ministros. Además del prontuario que carga cada uno, el nuevo gabinete se distingue porque no tiene ninguna mujer y ninguna persona negra, en un país donde, sumados, son más los negros y pardos que los blancos. Sólo por la presión pública, Temer decidió este fin de semana crear la secretaría de Cultura, dependiente directamente de la presidencia y, claro, con menos presupuesto. La dependencia tendría a una mujer al frente. Todavía no aceptó ninguna.

Este contexto llamó a defender las conquistas de los últimos años trece años – con Lula Da Silva y Dilma Roussef en la presidencia –, a pensar en clave de resistencia, y a darle protagonismo a las voces que el golpismo dejó afuera. Fueron más las mujeres y los negros hablando en el micrófono, frente a la multitud, y fueron todos – trabajadores, campesinos, diputados y senadores – los que hicieron mención al perfil conservador, machista, xenófobo y homofóbico, además de golpista, del gobierno de Temer. “Segura, segura, segura seu machista / América latina vai ser toda feminista”, alertó la multitud desde Cinelandia.

Foto: Midia Ninja.
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La multitud salta. Puño en alto, salta. Salta y canta. “Aqui está / um povo sem medo / sem medo de lutar” . La frase y el ritmo retumban: desde el escenario a las miles de personas movilizadas. De la movilización al escenario. La multitud salta, canta y baila. Son miles, es difícil vislumbrar el horizonte, incluso desde los escalones más altos de la puerta de la Camara. Una señora se mueve al compás del ritmo. Pasa los 60 años, seguro, y se mueve callada, pensativa, envuelta en la bandera de su país. Otra señora – también, más de 60 – recorre la escalinata.Va y viene, graba con su celular, habla con todo el mundo, se para sólo para bailar en el lugar. Esa mujer tiene una olla en la cabeza, una olla tapada de stickers alusivos a las razones que la llevan a estar ahí: desde frases anti-capitalistas y anti-imperialistas, a frases contra Temer y por la democracia. A esas mujeres se le suman miles de pibas, de niñas; miles de hombres, de viejos, de bebes. También están las diversidades: se ve la transexualidad, mucha persona orgullosa, fuera del clóset. Hay de lo más variado en cortes y colores de pelos, piercings, modas: un top, una remera con insignias políticas, una chica en tetas, ocultando sus pezones con dos papelitos que le dicen no a Temer. Se suman manos vacías y manos con cervezas, manos con cámaras, con celulares, con banderas y carteles, manos ocupadas en aplaudir y agitar. Se suman pies cansados, pies que no paran de ir y venir, pies que, en el lugar, van para un lado y otro siguiendo las caderas, siguiendo el ritmo. La diversidad de Río está en la calle, politizada. No hay forma de escaparle.

Foto: Midia Ninja.
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La lluvia frenó apenas, y por poco tiempo. Llovió finito y llovió fuerte, llovió por un tiempo prolongado y cayeron chaparrones. El mal clima y la nula difusión de los grandes medios eran una potencial razón para una escasa convocatoria. Pero no fue así. Miles de personas se acercaron y se quedaron bailando hasta la medianoche, gritando, luego del acto y entre canción y canción, que ¡fora Temer! ¡fora Temer! El panorama fue distinto a otros actos. El golpe ya está consumado y empieza a actuar, no se hace esperar ni uno, ni dos, ni seis meses. La sensación general era de bronca y de un naciente impulso para ocupar calles, plazas, instituciones. De un naciente impulso para accionar. “La democracia fue conquistada con mucha sangre y mucha lucha. Si nos quieren derrotar, que disputen las próximas elecciones, pero esto no lo vamos a aceptar. La lucha está apenas comenzando. Un pueblo organizado va a hacer frente a este golpe”, marcaron y advirtieron los oradores.

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