En los medios cooperativos, comunitarios y culturales también se sienten los efectos de las políticas macristas. Además de las fuentes de trabajo, están en juego espacios de comunicación donde se resiste contra la restauración neoliberal.
Entre quienes expresaron su adhesión a la movilización de trabajadores de prensa del miércoles pasado se contaron –nos contamos– sus pares de los medios autogestionados, donde también están en juego las condiciones laborales y la continuidad de las fuentes de trabajo; y junto con ellas la persistencia de voces informativas que aportan pluralidad a un mapa mediático muy concentrado.
“La generación y sostenimiento de fuentes de trabajo dignas y el ejercicio de nuestra labor en el marco de la concepción de la comunicación como un derecho humano, son objetivos que nos trazamos cuando iniciamos nuestro camino de autogestión, por los que trabajamos todos los días en nuestras cooperativas”, dijeron desde la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina (Fadiccra), para expresar luego “orgullo” por compartir esos anhelos con los trabajadores movilizados el 8 de junio.
Entre quienes marcharon en Buenos Aires se contaron también trabajadoras y trabajadores del diario Tiempo Argentino, que transitan sus primeros meses de autogestión, junto con integrantes de otras cooperativas y medios comunitarios agrupados en distintas expresiones organizativas.
En todos, se sienten claramente los efectos de la nueva etapa nacional. El abandono del macrismo de las políticas de apoyo que al menos ayudaban un poco, deja a la intemperie a los medios que operan por fuera de los circuitos privado y estatal, cuyas estructuras económicas son más permeables al ajuste general de la economía.
En muchos casos, el nuevo contexto agudiza situaciones ya de por sí complicadas. Un informe de la Asociación de Revistas Culturales de la Argentina (Arecia) indica que durante 2015 se perdieron 130 fuentes de trabajo en ese sector y esa tendencia crece en lo que va de este año.
Los medios gráficos autogestionados en general sienten también el cimbronazo, con aumentos de costos de sus insumos básicos como el papel -más monopolizado que nunca por el grupo Clarín-, con retracción del mercado publicitario, con corte de la pauta oficial nacional. En las radios cooperativas y comunitarias se sienten particularmente los efectos de los tarifazos. Las cooperativas de servicios que se aprestaban a incursionar en la televisión por cable bajan un cambio a sus proyectos de inversión. Y el golpe económico se da en paralelo al freno a la ley de medios audiovisuales que tanto había costado conseguir, que preveía el fortalecimiento del sector a través del otorgamiento de un tercio de las licencias de radio y televisión.
Los embates, por supuesto, generan resistencia. Se expresó en la marcha convocada por los sindicatos y también se manifiesta en el sector cooperativo y comunitario, que sumado a la Coalición por una Comunicación Democrática (CCD) brega por hacer valer sus derechos en la nueva legislación que se está discutiendo para todo el sector de las telecomunicaciones.
En ese camino, el próximo 25 de junio la CCD realiza su primer Encuentro Federal en Santa Rosa, La Pampa. Ese mismo 25 de junio, en Buenos Aires, en la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, se llevará a cabo el encuentro “Comunicar en tiempos de neoliberalismo”, convocado por el Colectivo Oveja Negra. Después, el 11 de julio, Tucumán será escenario de una audiencia pública convocada por la Defensoría del Público. En paralelo, se aprecia una revitalización de movidas y encuentros regionales, con niveles de unidad cada vez mayores entre los distintos actores, todos espantados por la ofensiva constante contra las voces disonantes con la restauración neoliberal.
Fuente: El Eslabón