La noche, otra vez. Un anuncio a través de los medios de comunicación alcanza para que el tema vuelva a ser discutido públicamente. El debate entre los actores involucrados, sin embargo, nunca cesó. Tampoco pararon las problemáticas que se desprenden de “la nocturnidad” y mucho menos paró la nocturnidad. Todo indica que esta vez la discusión llegó para quedarse y poner punto final, es decir, sancionar una nueva ordenanza que regule la actividad nocturna en Rosario. El anuncio mencionado indicó que el poder ejecutivo local enviará en los próximos días un proyecto para que este tema empiece a discutirse, a pesar de que ya hay uno presentado y con un tratamiento avanzado. La concejala radical María Eugenia Schmuck explicó y celebró: “Se ordenará el debate”. Caren Tepp, de Ciudad Futura, consideró que esto demuestra que la discusión también está en la agenda del poder ejecutivo. Esas voluntades unidas tal vez lograrán que de una buena vez se llegue al recinto del Concejo Municipal y desde este año una nueva regulación marque los rumbos de la noche.
La ordenanza 7218 de Espectáculos Públicos fue sancionada en 2001. La normativa es conocida como “la ordenanza de la noche” pero abarca una infinidad de rubros: desde confiterías bailables y discotecas hasta salas de cine, teatro y circos. El dato sirve para ejemplificar por qué los involucrados en este debate coinciden con que la ordenanza está totalmente obsoleta y desactualizada. La noche cambió, las exigencias sobre la noche también, y su marco regulatorio quedó quince años atrasado y bajo una lógica distinta a la que demanda ahora la noche local. El debate sobre la necesidad de actualizar la ordenanza se lanzó con fuerza hace dos años. Antes y después, se conocieron varios hechos de clausura, inseguridad, quejas de vecinos, entre otras cosas. Pero fue en 2014 cuando por un lado se conformó el Ecur (Espacios Culturales Unidos de Rosario) y salió a la luz la demanda de esos espacios que sufrían sistemáticas clausuras por estar por fuera de los marcos regulatorios. Y por el otro lado, los concejales Jorge Boasso, Rodrigo López Molina, Diego Giuliano y Osvaldo Miatello presentaron ese mismo año un proyecto de ordenanza actualizado para la nocturnidad.
El concejal Carlos Cardozo, de Unión Pro Federal, recordó que fue durante los miércoles de 2014 que se gestó esa ordenanza: cada semana recibieron a los involucrados en la temática. Vecinos, empresarios, padres y el poder ejecutivo fueron algunos de los que participaron de esas reuniones. Y en octubre, los bloques se juntaron para hacer público su trabajo. “Nos hubiera gustado que el ejecutivo mande la propuesta y trabajar sobre eso”, consideró Cardozo. El edil explicó que a lo largo de 2015 y lo que va de este año los asesores de los distintos bloques estuvieron trabajando y discutiendo sobre el proyecto presentado. Y eso es: el consenso legislativo está. “Las propuestas incluso vinieron desde el socialismo. Y ahora que vamos a trabajar sobre algo concreto, anuncian que presentarán un proyecto. Vamos a tener en cuenta la opinión de la Intendencia, el problema es que no sabemos cuál es. No hay novedades salvo un anuncio mediático. Ese accionar se repite y genera malestar”.
El proyecto que se está trabajando en el Concejo establece cambios respecto a los protocolos de actuación, registros de oposición, días y horarios de locales con actividad bailable, la situación de los menores, la seguridad en la noche y ruidos molestos. También establece zonas de radicación, destacando la promoción de nuevas áreas, otorgando beneficios a los empresarios, como reducciones impositivas, habilitaciones más extensas y aumentar el factor ocupacional. “La gente quiere reglas de juego claras: qué hay que cumplir y cuáles son las atribuciones del Estado”, resumió Cardozo. Y concluyó: “Ojalá sea el año que se apruebe la nueva regulación”.
María Eugenia Schmuck, concejala del radicalismo, también participó activamente del debate. “Pasó por un montón de etapas”, sintetizó. La edila recordó que, junto con Fernanda Gigliani (en aquel momento, del bloque Partido Progreso Social), solicitó modificar la ordenanza 7218 para separar la nocturnidad del resto de espectáculos públicos. Y en ese sentido, consideró que entre los principales puntos a discutir y cambiar están esos: crear una normativa específica para la noche y tener en cuenta la figura de Club Social y Cultural. También agregó: “El foco tiene que estar puesto en las condiciones edilicias y de seguridad. El protocolo de inspección tiene que adecuarse en ese sentido. Lo importante no está en ver si la gente baila o no, sino que las condiciones de infraestructura sean las necesarias para un recital o música”. Schmuck celebró el anuncio del poder ejecutivo. “Es el rol que reclamábamos”, dijo. La concejala se mostró optimista: para ella este es el año de la ordenanza. “No se puede demorar más”, aseguró.
La concejala por Ciudad Futura, Caren Tepp, se sumó también el debate. Los asesores del partido participan también de las reuniones en base a ese único proyecto ya existente. Y entre los puntos importantes de la discusión, destacó la necesidad de actualizar la regulación de la noche, simplificar rubros y pensar la ordenanza y el rol del Estado no sólo sobre el control sino también sobre la oferta de nocturnidad. “Ojalá el oficialismo mande un proyecto. Es necesario conocer su postura y definición sobre el tema. Todo indica, por el anuncio mediático, que quiere que el tema esté en agenda. En la agenda del Concejo, seguro que está. Y entonces ojalá todo sirva para que se apruebe una nueva ordenanza”, manifestó.
Club Social y Cultural, el debate
El nuevo marco regulatorio de la noche rosarina llegará de la mano de otra ordenanza que también marcha viento en popa. O al menos, el actual panorama del Concejo Municipal indica eso. Se trata de la creación de la figura del Club Social y Cultural. El proyecto fue impulsado por el Ecur y presentado por las concejalas María Eugenia Schmuck, Caren Tepp y María Fernanda Gigliani.
La necesidad de esta nueva figura surgió frente a las reiteradas clausuras de bares denominados “culturales”: espacios que presentan bandas, organizan fiestas, pero también abren sus puertas durante el día para distintas actividades relacionadas al arte y la cultura. Estos bares no están bajo ningún rubro y su clausura depende de la interpretación que haga cada inspector de la legislación vigente. Una decena de representantes de esos espacios comenzaron a reunirse, a discutir su situación y elaborar propuestas hace ya dos años.
“Los debates están medio atados y se están llevando en paralelo. Este proyecto ingresó el año pasado y el marco regulatorio no está atado a la nocturnidad. Se trata de un rubro específico no sólo ligado a las habilitaciones sino también a atender otra dinámica: quién y cómo gestiona la cultura en Rosario”, explicó Caren Tepp.
“La ordenanza que está presentada regula exclusiva y específicamente a los espacios culturales y es independiente de la normativa que regula a los locales nocturnos”, señaló Tomás Monteverde, referente de Distrito Siete e integrante de Ecur. Monteverde destacó que además de la oficina que se encarga de regular las habilitaciones, el proyecto crea un fondo propio para la promoción de esos espacios. Los impulsores de la actividad hicieron siempre hincapié en que la naturaleza de su propuesta está en correr el eje de lo comercial, y poner el foco en la difusión y producción cultural, además de discutir la relación de estos espacios con su entorno y la ciudad.
Monteverde explicó que, a partir del anuncio publicado hace unos días, se puede deducir que la intención del oficialismo es incluir a todos los rubros en una sola ordenanza, contrario a la propuesta de Ecur para que sea una regulación independiente. “El nuevo secretario de Cultura, Guillermo Ríos, nos dijo, en la primera reunión que tuvimos con él, que la ordenanza no era necesaria. Según Ríos, desde la propia Secretaría de Cultura se podían resolver todos los problemas que teníamos. Y es coherente con el anuncio del oficialismo de insistir en meternos a todos en una misma ordenanza”.
Un anuncio que quiere ser ordenanza
El poder ejecutivo todavía no hizo llegar su proyecto al Concejo Municipal. Como ya se dijo, todo se basó en un anuncio a través de un diario local. Los principales lineamientos, sin embargo, están y eso indica que esta vez el tema está en la agenda de los dos poderes. La Secretaría de Gobierno elaboró un borrador con los principales puntos que tiene en cuenta. “Se están proponiendo lineamientos que aporten al debate legislativo sobre este tema, un tema complejo y sobre el que hay ya varias propuestas de diferentes concejales. Estos lineamientos son superadores de la normativa vigente y se desarrollan en base a la experiencia de la aplicación de la ordenanza existente y sus limitaciones ante una realidad que ha cambiado desde 2001 a la fecha”, explicaron.
El nuevo proyecto propone, en términos generales, simplificar rubros y fortalecer las instancias de fiscalización y control ante incumplimientos. La propuesta incorpora a los espacios culturales como rubro específico, entendiendo a estos como espacios cuyo objetivo principal sea la programación, producción, difusión, fomento, y desarrollo de dichas actividades con participación real y directa de artistas, educadores y público en general.
También contempla la simplificación de rubros con miras a disminuir las posibilidades de tergiversación. La reducción sería de 19 a 13 rubros y se destaca la unificación de confiterías, discotecas y salones de usos múltiples como rubros bailables y la redefinición del “Bar con amenización musical”. Estos últimos podrán habilitar un sector –nunca mayor al treinta por ciento de la superficie total– para bailar, siempre que cumplan con determinados requisitos. Las sanciones serán mayores frente al incumplimiento de la ordenanza propuesta.
La actualización incluye también incrementar los requisitos de seguridad. Los locales bailables y bares con amenización musical que superen las 150 personas deberán contar con un circuito cerrado de televisión y también un dispositivo automático a fin de contabilizar el ingreso y egreso de los concurrentes.
Fuente: El Eslabón
