Foto: Argentina Digital.
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Durante su discurso ante la 71° Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), la mención del presidente Mauricio Macri sobre las Islas Malvinas fue breve: “Reitero nuestro llamado al diálogo, como mandan tantas resoluciones de esta organización para solucionar amigablemente la disputa”, dijo.

El presidente argentino señaló que su gobierno “ha dado muestras de interés en avanzar en la relación bilateral, que puede y debe ser mutuamente beneficiosa” y expresó además su confianza en que, a partir de recientes gestos en ese sentido, “será posible activar una solución definitiva” al conflicto sobre la soberanía de las Islas Malvinas. “El diálogo y la solución pacífica de los conflictos es la piedra basal de nuestra política exterior argentina”, agregó el presidente de la Argentina.

Pero el papelón, y la entrega de la soberanía, habían empezado antes. Primero, se conoció la existencia de un acuerdo (o “comunicado” o vaya a saber qué), recibido con algarabía por Gran Bretaña, las petroleras y los kelpers, que permite al país colonialista avanzar todavía más en la explotación pesquera y la exploración petrolífera en el archipiélago, y acaso, también, en el continente. O sea, lo que siempre quisieron los ingleses y las grandes corporaciones petroleras multinacionales y sus cómplices locales.

Los propios dirigentes oficialistas pusieron el grito en el cielo (o al menos fingieron hacerlo) y la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja, encabezada por la socia del gobierno Elisa Carrió, discutió sus alcances. Cacarearon un poquito y después le dieron un pase de gol al gobierno.

Como resultado de la reunión celebrada el miércoles pasado, la comisión acordó citar al vicecanciller argentino, Carlos Foradori, el miércoles 28 de septiembre, para que explique los alcances de lo firmado el 13 de septiembre.

Pero no citaron a la canciller Susana Malcorra, que firmó el acuerdo. Fue una “pequeña ayudita de los amigos” para darle una mano al gobierno y encubrir el papelón internacional.

Es que el pacto o tratado o comunicado firmado con Gran Bretaña deja más dudas que certezas, y huele a entrega. Lo firmado por la canciller Malcorra y el vicecanciller británico, Alan Duncan, menciona como una “cuestión pendiente” el reclamo argentino y asegura “quitar los obstáculos” para avanzar en la explotación pesquera y exploración petrolífera en el archipiélago. O sea: se deja de lado la cuestión central, la de la soberanía, para hacer negocios.

Otro cuentito de Macri

El sainete alcanzó su punto más grotesco con el cuentito de Macri sobre un encuentro informal con la primera ministra británica, Theresa May. El presidente argentino, siguiendo a pie juntilla los consejos del asesor Jaime Durán Barba, suele inventarse historias de diálogos amables con ciudadanas y ciudadanos, a quienes dice visitar en sus propios hogares: Cacho, María, etcétera.

Pero ni Cacho ni María cuentan con los medios para desmentir las cínicas patrañas propagandísticas del mandatario. Cebado, acostumbrado a decir literalmente cualquier cosa, aprovechándose de la cobertura que le ofrecen los medios hegemónicos, Macri dio un mal paso.

Y confundió a la primera ministra británica, Theresa May, con una vecina indefensa. Doña Theresa está a la cabeza de una potencia que fue un imperio muy poco “amigable” con sus colonias. Y ella sí puede contestar y desmentir para evitar ser utilizada por un charlatán.

Según el presidente argentino, la primera ministra se acercó a saludarlo durante el almuerzo para jefes de Estado en el marco de la Asamblea General de la ONU. “Le dije que estoy listo para comenzar un diálogo abierto que incluya, por supuesto, el tema de la soberanía sobre las islas. Me dijo que habría que comenzar a conversar”, aseguró Macri ante un grupo de periodistas, luego del almuerzo.

Pero las desmentidas llovieron sobre el muy mendaz. Fue una lluvia copiosa, un diluvio que produciría astrafobia al mismísmo Noé. Y la tormenta provino de varios lugares. Primero fue la propia canciller argentina la que salió a desmentir a su jefe e intentar ocultar el papelón inocultable.

Después los ingleses salieron a desmentir una mentira tan burda como inverosímil: negarse a discutir soberanía es una política de Estado en Reino Unido, y esto no va a cambiar aunque Macri les regale todo el petróleo de Malvinas y cada pez y cada molécula de plancton de los mares del sur.

Malcorra tragó saliva y recitó: “Por supuesto la primera ministra dijo que se encontrarían, pero no es que se habló de una hoja de ruta, o dónde van a ser los próximos pasos, que este tema esté cerrado y arreglado y avanzado”, dijo, y por si quedaban dudas, aclaró: “No es un acuerdo para avanzar en el tema de la soberanía”.

Luego, en declaraciones a Radio Continental, Malcorra volvió a desmentir a su jefe: “Lo que entiendo es que la primer ministro le dijo ‘avancemos’, una reacción positiva de cortesía. Soy absolutamente franca: que la primer ministro haya dicho ‘sí suscribo a que agendemos esto’ no es pensable que así sea», agregó.

Después fue el turno de la desmentida de los ingleses. Una fuente diplomática del Foreign Office señaló: “Nunca se habló del tema de la soberanía de las islas Malvinas en la breve reunión informal que May y Macri mantuvieron en Nueva York por lo que no pudo haber existido una expresión de Gran Bretaña en ese sentido”. La misma fuente destacó que no hubo posibilidad de armar una reunión bilateral entre Macri y May, y que tampoco está previsto por ahora.

Carta de Cristina

Bajo el título “Defender la soberanía argentina en Malvinas es un imperativo constitucional”, la ex presidenta Cristina Fernández publicó una nota en la que criticó duramente el acuerdo entre el gobierno nacional y el Reino Unido. “Se omite mencionar la controversia de soberanía y se acuerda remover todos los obstáculos que limiten el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo pesca, navegación e hidrocarburos”, escribió en su cuenta de Facebook.

La ex mandataria consideró que la nueva relación entre el actual gobierno e Inglaterra, plasmada en el comunicado conjunto difundido el 13 de septiembre pasado, “significa literalmente el levantamiento de todas las medidas administrativas, legislativas y judiciales que ha tomado la República Argentina para proteger sus recursos naturales frente a la explotación ilegal de nuestra pesca e hidrocarburos”.

Fuente: El Eslabón

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