El imperio no está encantador. Cuando dirigentes, periodistas, intelectuales, militantes y analistas de red social o cafetín de todo el mundo aún se enredan en sesudos debates sobre el triunfo de Donald Trump, Cristina Fernández de Kirchner salió a avivar giles y desplegó su propio análisis. Con una mirada plantada desde el sur, nada menos que en una jornada de inauguración de la carrera de Economía en la Universidad Nacional Arturo Jauretche, en el municipio bonaerense de Florencio Varela, la ex mandataria argentina observó lo ocurrido en el país del norte, desde una óptica “nacional, popular y democrática”, como le gusta repetir.

El imperio está en crisis hace años y no encuentra el rumbo. Lo primero que marcó Cristina, quien se ha confesado amante de las relaciones internacionales, es que el polémico y demonizado Donald Trump “encarnó” en su persona “la crisis de representación política” que vive todo el orbe, y que consideró como un “producto de la aplicación de políticas neoliberales desde el Consenso de Washington”.

“Lo maravilloso del pueblo de Estados Unidos es que votó por lo que está sintiendo económicamente”, ponderó Cristina, quien apartó del análisis el debate sobre aspectos personales del personaje Trump, e incluso planteó que el triunfo se dio “a pesar de los exabruptos y de los estereotipos” del magnate republicano durante la campaña.

En clave de lectura sobre el clima de época, Cristina resaltó que en Estados Unidos “acaba de ganar alguien que en sus empresas hace del proteccionismo una de sus principales banderas”. Y fue taxativa a la hora de exigir “que nadie se confunda”. “No ganó un candidato republicano, sino alguien que representa la crisis que hay en la representación política producto de la aplicación de políticas neoliberales desde el Consenso de Washington”.

El imperio escupe en el rostro de los cipayos. Ante la multitud que participó del acto en Florencio Varela, la oradora no desaprovechó la oportunidad para criticar al gobierno nacional. “Cuando el mundo está abandonando las ideas neoliberales y se dirige hacia un mayor proteccionismo, este gobierno –el del presidente Mauricio Macri– llega tarde a la falsa opción del libre mercado”, sacudió.

Por otro lado pidió “que nadie piense que el pueblo estadounidense es una sociedad racista, porque hace ocho años eligió al primer presidente afroamericano (Barack Obama)”. En ese sentido, agregó que “el pueblo de Estados Unidos buscó con su voto a alguien que rompa con el establishment económico, que lo único que les causó es la pérdida de trabajo y de sus casas”.

Los poderes fácticos del imperio gobiernan más allá de quien habita la Casa Blanca, sea éste un afroamericano progre o un multimillonario fascista. Cristina consideró sin sentido especular sobre qué hubiera sido más conveniente para la Argentina, si un triunfo republicano o demócrata. “Yo creo que Estados Unidos no es un país presidencialista, sino que es un país sistémico, que lo maneja un sistema de poderes y por eso no tiene mayor sentido (especular) quién es más conveniente para la Argentina”. En ese tramo, recordó una charla que tuvo con el líder cubano Fidel Castro los días posteriores al triunfo de Barack Obama, en la que el veterano revolucionario explicó precisamente que detrás de un presidente norteamericano hay un sistema que deja escaso margen de maniobra a quien ocupa la Casa Blanca.

Fiel a su estilo, que se expresó en la dura batalla que libró desde 2009 contra los empresas concentradas de la comunicación, Cristina se detuvo en el comportamiento de los medios que apoyaron, en su inmensa mayoría, a la candidata demócrata Hillary Clinton: “En Estados Unidos pudieron sustraerse a todo lo que les decían y votaron por lo que creyeron que iba a mejorar su economía”.

Si bien centró su análisis en el plano geopolítico y socioeconómico, también le entró sobre el final al dilema de los migrantes y el renacimiento de la xenofobia en cierta dirigencia política, tanto de Estados Unidos como de las principales potencias del mundo. “Lo que sí asusta en distintos puntos es el surgimiento de los pensamientos extremos”, dijo Cristina, y afirmó: “Es una inmensa burrada asignar los problemas económicos a la inmigración porque el problema no es el inmigrante, sino cuando se concentra la riqueza en pocas manos”.

 

Más notas relacionadas
Más por Juane Basso
Más en País

3 Lectores

  1. adhemarprincipiano

    11/11/2016 en 12:55

    La social democracia burguesa, se adapta a sus intereses como un camaleon «Trump es un combatiente del sistema».

    Responder

  2. […] Para Cristina fue un voto contra el establishment económico […]

    Responder

  3. […] Para Cristina fue un voto contra el establishment económico […]

    Responder

Responder a adhemarprincipianoCancelar respuesta

Sugerencia

Cuando las democracias devienen dictaduras

El repertorio de los poderes fácticos para asaltar instituciones se diversificó y compleji