Vecinos de Amenábar al 4300 llevaron su malestar al Concejo acusando que “la Municipalidad inició un juicio penal por la ocupación de los terrenos”. Ediles piden que antes se resuelva la situación de las familias.
La comisión de Derechos Humanos recibió este martes a personas que ocupan un predio municipal ubicado en el barrio denominado La Boca, en Amenábar al 4300 y a escasos metros de la vecinal Bella Vista Oeste.
“La Municipalidad inició un juicio penal por la ocupación de los terrenos, situación que pone en riesgo a 26 familias que allí viven”, denunciaron los vecinos
El encuentro estuvo presidido por la titular de la comisión Celeste Lepratti, del Frente Social y Popular. También estuvieron los ediles Eduardo Toniolli, del bloque Partido Justicialista, Pedro Salinas, de Ciudad Futura, María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular, y Carola Nin de Compromiso con Rosario.
Además de las familias, asistieron integrantes de la organización no gubernamental Instituto para el Desarrollo Comunitario, que reclaman la instalación de un polideportivo en el lugar pero al mismo tiempo acompañan el reclamo de los vecinos que protagonizan la ocupación «para que se les resuelva su situación habitacional».
Toniolli consideró que “el predio se quiere desalojar con el pretexto de preservar el espacio para uso público pero luego la Municipalidad no hace una plaza ni un polideportivo, ni nada”.
Al respecto, la comisión emitió un proyecto de resolución que fue consensuado por los asistentes a la reunión y solicita al Departamento Ejecutivo que “cese cualquier tipo de acción judicial hasta que no se resuelva el destino de las familias afincadas en la zona”.
Al encuentro también asistieron empleados de la Dirección Provincial de la Niñez que cumplen el rol de acompañantes personalizados, quienes demandan «asistencia desde el Estado a los pibes en situación de calle a través de la instrumentación de lugares de alojamiento adecuados». Además, reclaman una «regularización de su situación laboral”.
Por su parte, Nin cuestionó que «no existe voluntad política de acompañar el cambio de paradigma con respecto a la protección a la niñez y se lo está dejando caer para volver a lo anterior. Justamente el nuevo paradigma creó figuras como ésta, la del acompañante personalizado».
