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Foto: FB/T.

La escena política nacional se ha transformado esta semana que termina en un gran reality show circense en el que sus actores juegan un papel menor, muy acorde al guión garabateado por varios mediocres escribas. Éstos iban a ser el mejor equipo de gobierno de los últimos 50 años, pero son en realidad un hato de sabandijas rapiñeras al que no los engalana la mínima vergüenza.

El jefe de Gabinete Marcos Peña, al ser interpelado por el animador de debates Luis Novaresio, confesó no saber por qué su propio gobierno introdujo en el Presupuesto 2017 la condonación de una deuda de 19 mil millones de pesos a las compañías que prestan los servicios de energía eléctrica. “Ésa te la debo”, respondió, haciéndose el gracioso, y parafraseando a su jefe político Mauricio Macri, que había contestado lo mismo en una conferencia de prensa en la que se le preguntaba por una docente muerta.

La bella durmiente que espera el beso del príncipe para transformarse en opositor real, Sergio Massa, en un programa de televisión en el que una docena de humanoides se tratan entre sí a los gritos, aniquilando toda posibilidad de debate, respondió de este modo lo que piensa del ex candidato a presidente Daniel Scioli, a un año del debate en el que Macri mostró que mentir es un pecado pero mentir mucho lleva a la Presidencia: “Desde lo personal, tengo una relación cordial, lo que creo es que en su carrera por ser presidente, olvidó que habíamos 14 millones de dólares que vivíamos en la provincia que él gobernaba, y entonces en la tele veíamos Sciolilandia, y en la realidad las dificultades que debíamos enfrentar”. Alguien reflexionó, en las redes sociales, respecto de ese lapsus: “Cuando sólo pensás en guita, te ocurre esto”.

Presupuestando

El 3 de noviembre pasado, la administración Cambiemos logró que se le aprobara un presupuesto que pone en juego el destino de millones de personas que ingresarán al territorio de la pobreza, y otros que lo harán en forma extrema. Para muchos ex kirchneristas y actuales garantes de la “gobernabilidad” que se autoboicotea el propio gobierno, es necesario mostrar que se es mejor oposición que la que ejercieron durante más de doce años quienes ahora son gobierno.

No importa que se favorezca la condena a la pobreza a millones de compatriotas, lo relevante es mostrarse civilizados frente a la barbarie kirchnerista.

Sin embargo, según refieren los medios hegemónicos, entre ellos el diario La Nación, “la votación del proyecto de presupuesto generó una grieta en el bloque de diputados del Frente para la Victoria (FPV). Esta vez, un grupo de 12 diputados de seis provincias, vinculados a gobernadores peronistas, votaron junto con el oficialismo, a diferencia del resto del bloque, de mayoría kirchnerista, que se pronunció en contra”.

Eso es cierto, los argumentos son dispares, pero ninguno tan cínico como el que el matutino mitrista destaca. Los diputados, a diferencia de los senadores, no representan a las provincias, y pese a su origen y procedencia, si algo saben es que las obras y dineros prometidos por Macri para que le voten todo lo que ordena, a casi doce meses vista nunca se plasmaron en una realidad que los impulse a levantar la mano como dulces y obedientes ovejas a las que un perro las conduce hacia el corral.

La Nación enumeró a los indisciplinados legisladores: “Los integrantes de la bancada presidida por Héctor Recalde que votaron a favor del proyecto son Luis Basterra (Formosa), Juan Carlos Díaz Roig (Formosa), Inés Lotto (Formosa), Sandra Castro (San Juan), Héctor Tomas (San Juan), José Luis Gioja (San Juan), Carolina Gaillard (Entre Ríos), Lautaro Gervasoni (Entre Ríos), Miriam Gallardo (Tucumán), Mirta Soraire (Tucumán), Daniel Di Stéfano (Misiones) y Sandra Mendoza (Chaco)”. Pero lo más jugoso del artículo surge cuando se revela a cambio de qué se apartaron de la línea que marcaba su bancada de origen: “Se reasignaron 4.500 millones de pesos para obras públicas, se destinaron otros 5.000 millones al Fondo Solidario Federal, que se distribuye automáticamente entre las provincias para obras de infraestructura, y se dispuso el reparto automático de 8.000 millones de pesos para afrontar las deudas de las cajas provisionales de las provincias”. De modo que los legisladores permutaron sus votos por 17.500 millones de pesos.

Según la agencia oficial de noticias Télam, el proyecto de Presupuesto contempla, entre otros ítems, “un crecimiento del 3,5 por ciento, un dólar promedio a 18 pesos, una inflación del 17 por ciento, un déficit fiscal del 4,3 por ciento, que será cubierto con un alto endeudamiento estimado en 15 mil millones de pesos”. El diario El Cronista Comercial agrega: “La emisión neta de títulos ascenderá a 720.000 millones de pesos, aunque el endeudamiento neto llegará a 640 mil millones el año próximo, equivalente a 38.000 millones de dólares”. El lector sabrá calcular lo barato o caro que le costó a Macri torcer la presuntamente férrea voluntad opositora de quienes eligieron contrariar el voto de su propio bloque.

Caramelitos para todos

Entre los espejitos de colores que el oficialismo les ofrece a los legisladores que deberían ejercer la oposición, algunos realmente causan asombro. El proyecto de primer empleo es un verso que enmascara la precarización onda Mc Donalds. Pero además, esta semana, el macrismo, junto con la ley que prohíbe las carreras de galgos, logró que se apruebe el proyecto de ley de Mercado de Capitales, que le permite al gobierno echar mano a los recursos de la Anses sin pedirle permiso a nadie, lo cual virtualmente habilita a vaciar lo que macristas y socios definían como «la caja K».

Ahora es «la caja M», y la pregunta es, ¿a cambio de qué se vota eso? ¿Por qué? ¿Quién los obliga a los legisladores? Son muchas las puntas que quedan poco claras, pero son filosas, y las gargantas que peligran son las de los hombres y mujeres que pertenecen a los sectores más vulnerables. La comida en la mesa de los argentinos es una prioridad, pero ya se sabe que este gobierno primero les quitó la comida y ahora arroja migajas en esos platos vacíos.

Un ominoso silencio

Se puede discutir que para organizaciones sociales que alguna vez pretendieron constituirse en fuerza política, como el Movimiento Evita, el mantenimiento de programas territoriales, incluso si los administra la gobernadora bonaerense María eugenia Vidal o la ministra de Desarrollo Carolina Stanley, y otro tipo de paliativos a la miseria provocada por los gobiernos del PRO sean motivo suficiente para que sus legisladores ayuden a aprobar el presupuesto y acompañen muchas de las norma que se debaten actualmente en el Parlamento nacional.

Pero en la última semana se desarrolló el Congreso Nacional de esa agrupación. Además de la conducción, hablaron el massista Felipe Solá y el ex kirchnerista Juan Manuel Abal Medina. Se habló mucho de la necesaria unidad del peronismo para enfrentar al macrismo en las elecciones legislativas de 2017. Hubo también, según refieren muchos de los asistentes, un fuerte debate entre las bases, que le exigieron a algunos dirigentes explicaciones respecto del ya indisimulado rechazo a cualquier iniciativa o convocatoria que provenga del kirchnerismo.

Pero lo más sugestivo de ese encuentro fue que su realización coincidió con el dictado del procesamiento a Cristina Fernández de Kirchner en la causa por la venta de dólar futuro sin que alguien exprese un repudio al desembozado acoso judicial. ¿Costaba tanto hacerlo? ¿Por qué no se hizo? Nadie siquiera esbozó una declaración a título individual. Eso tampoco fue bien visto por muchos de los militantes del Evita, en especial los más jóvenes, que se preguntan cómo se puede omitir un gesto político de respaldo a quien todos los que estaban en el escenario le deben haber llegado adonde están o estuvieron.

Cómo será de grande el crimen que Clarín, Macri y la Justicia –con la bendición del presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti– vienen perpetrando contra CFK, que el escritor devenido furioso antikirchnerista Jorge Asís salió a bancar a la ex presidenta. “Fui 12 años opositor. Comienza a caerme hasta simpática cuando percibo a «la canalla» en bloque detrás del objetivo de encerrarla”, tuiteó el Turco, para sorpresa de propios y extraños.

Las discrepancias en el seno del FpV son propias de una derrota sufrida por todo el peronismo, pero con responsabilidades que corresponden al apotegma «nadie es padre de una derrota», y esas discrepancias, por tanto, están en estado gaseoso, y a mucho trecho de los comicios de 2017. No existe un solo dirigente en la Argentina que convoque a las pequeñas, medianas o grandes multitudes que acostumbran acompañar a CFK. Con aparato o sin él. La prueba de que CFK mide más de lo que piensan los propios peronistas no kirchneristas es el nivel de ensañamiento con que sus enemigos siguen atacándola, sin mayores frutos que esas muchedumbres mencionadas más arriba.

¿Qué pensarán los conductores del Movimiento Evita? ¿Prevén que finalmente Cristina terminará presa y entonces será necesario un liderazgo alternativo? Que lo expresen, porque tanto ominoso silencio sólo produce muchísima confusión.

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