La 27ª Muestra anual de Fotoperiodismo, que reúne los trabajos de reporteros argentinos, y que nos sirve como síntesis de los hechos que sucedieron en 2015, llega a su última semana en Rosario.
La Muestra Anual de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra) reúne unas 200 imágenes, de 100 autores argentos. Las instantáneas permiten hacer un recorrido y un recorte consciente del año anterior, para rememorar y reflexionar sobre el pasado reciente.
La exposición, que es impulsada por Argra, el Sindicato de Prensa Rosario, y los gobiernos local y provincial, se inauguró el 11 de noviembre, y se podrá ver –hasta el 27 del corriente mes– en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Paseo de la Artes y el río), de jueves a domingos, de 17 a 21.
Las fotografías, además, se editaron en un catálogo que se venderá durante la muestra.
Para saber un poco más de quienes registran en fracciones de segundos las imágenes que evidencian los acontecimientos de nuestras regiones, y que ahora se muestran en perspectivas, charlamos con Andrés Macera, reportero gráfico de Rosario|12 y compañero trabajador de La Masa, cooperativa que produce este periódico digital. Macera, hace seis años que está afiliado a Argra y es un activo participante de la muestra anual.
—¿Qué considerás relevante de la muestra de Argra de este año?
— La muestra significa, desde hace tiempo, un acontecimiento a nivel nacional. Esta edición es la número 27, y en Rosario tiene una continuidad desde hace más de diez años que la posiciona como un hecho cultural y social que la gente espera año tras año. Esas cuestiones hacen a la relevancia de la muestra, y eso se manifestó en los miles de visitantes que la vieron el año pasado. Respecto de la relevancia de la existencia en sí de las muestra anuales, considero que hay dos puntos fundamentales. Por un lado es importante para los reporteros gráficos conocer el valor del trabajo que realizamos como documento social, involucrado directamente con el derecho humano a la información y como narración del momento histórico que hilvana los acontecimientos cotidianos. En otras palabras, trabajamos documentando la época, en la vorágine de vivir el tiempo actual, y pienso que eso es bueno recordarlo para que sea visible. Desde este punto de vista cobra una relevancia mayor la acción de marcar un punto anual en el continuo del trabajo periodístico y exhibir un recorte que incluya una mirada cercana del año que pasó. Por otro lado, en el contexto de una mercantilización absoluta de la información por parte de empresas cada vez más concentradas, y de un control mediático que fragmenta y obtura la narración de la época, plantear un espacio colectivo de trabajadores y trabajadoras que exponen sus visiones del mundo de manera directa a la sociedad, es un acto necesario para nosotros. Es importante como aporte a la memoria social, y para eso debe ser contundente como acción colectiva.
—¿Cómo fue la selección y discusión en torno a las imágenes más representativas de 2015?
—La muestra se arma con una convocatoria nacional en la que todos los reporteros gráficos pueden enviar tanto imágenes únicas como historias gráficas. Se conforma un comité editor que selecciona las imágenes que estarán en la muestra y, dentro de esas, elige también una o dos fotografías que ilustrarán la tapa y contratapa del catálogo que se imprime todos los años. En esta oportunidad, el comité estuvo integrado por Eva Cabrera, Eduardo Longoni, Gonzalo Martínez, Daniel Jayo y Pablo Piovano. La muestra se compone de más de 200 fotos de 100 autores de todo el país, y las temáticas que se plantean son más bien generales y bastante tradicionales, como vida cotidiana, deportes, política, cultura, naturaleza, etc. Después, dentro de esas categorías, cada año marca sus particularidades en el contenido más fino de las imágenes. En 2015, las elecciones nacionales fueron posiblemente lo más relevante, y por eso la tapa y contratapa la ocupan la despedida de Cristina Fernández de Kirchner, y la llegada del actual presidente, a la Casa Rosada. También emergen otros temas como la violencia de género, que saltó a la tapa de los diarios nacionales al calor de las cifras de femicidios.
—Al aparecer en la muestra, un texto periodístico escueto, más bien un epígrafe, ¿qué cosas se ponen en juego con la foto desnuda?
—Argra reúne, como colectivo, a los reporteros gráficos, y nuestro trabajo es con imágenes. Nuestras opiniones, nuestra visión de la información que acontece, la manifestamos de esa forma. Así como el producto de la redacción de un diario, o un portal, es fruto del trabajo y la discusión de redactores y fotógrafos, en el caso de la muestra de Argra es fruto del trabajo y la discusión de los fotógrafos. Por otro lado, la muestra también se plantea exhibir esas imágenes en un contexto diferente de su publicación original, y también material que no fue publicado, que fue descartado, o que directamente no fue realizado para publicar en medios que trabajan información diaria, «en caliente». Esto no significa que no se le dé un valor a la palabra escrita, o que se juegue algo puntual con los redactores. De hecho, la muestra siempre está prologada con un texto escrito y todas las imágenes llevan un epígrafe, que muchas veces fue escrito por un compañero de la redacción, pero que seguramente en este caso fue elegido por el fotógrafo.
—¿Qué fotos o temáticas llaman la atención del público en general?
—La gente acompaña mucho la muestra todos los años, yendo a recorrerla, interesándose, consultando. En todo momento hay compañeros y compañeras presentes en la muestra como para poder charlar y compartir con el público. Además, quienes nos acompañan en la realización de la muestra en Rosario nos dan una mano muy grande. El Sindicato de Prensa nos ayuda en la gestión, y el Centro de Expresiones Contemporáneas nos recibe siempre muy bien. Quienes trabajan en la programación nos facilitan muchas cosas, y quienes montan la muestra son muy cuidadosos de los detalles para que lo que la gente se encuentre esté bien presentado y dé placer recorrer. Y los intereses son muy variados,la temática de género y las diferentes manifestaciones que se produjeron en ese sentido tienen un lugar importante en la muestra y el público tiene un interés particular sobre ese material.
¿Qué nos pasó?, ¿qué nos pasa?
El encuentro anual de fotoperiodismo también es una excusa para visibilizar problemáticas, y dar cuenta de la situación actual de los reporteros gráficos argentinos. En esta oportunidad, estos laburantes de prensa enfocaron diversas situaciones de despidos que hubo en torno a la actividad en 2016, y la preocupante precarización y fraude laboral, como la apropiación de las obras fotográficas cedidas a medios, en un contexto laboral adverso e ilegal. En relación a los derechos de autor de las piezas fotográficas, desde Argra se pide a los actuales senadores nacionales que den media sanción a la modificación de la Ley 11.723, para reforzar la protección de sus derechos, extender el tiempo de duración en materia de derecho de autor, y suprimir formalidades para acceder más fácilmente a recursos legales en defensa del oficio. “Cada acción que realizamos como colectivo tiene esa excusa como trasfondo. La situación de este año es muy compleja desde lo laboral, se han perdido muchos puestos de trabajo y eso golpea fuerte, tanto en la vida de los compañeros y compañeras, como en la dinámica, la intensidad y la calidad del trabajo que se hace en las redacciones. Se dan situaciones de impotencia y dolor, como el cierre de medios de diferentes formatos. Pero en algunos casos se producen respuestas concretas de los trabajadores que defienden sus puestos como la conformación de cooperativas que se dio en Tiempo Argentino y que se está transitando en El Ciudadano, y que es bueno acompañar”, destacó Macera.
