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El verano afloja sus térmicas. En las vidrieras retroceden las mallas frente a los útiles escolares. La ciudad va recobrando sus circuitos operativos. En la esquina de Córdoba y 1 de Mayo, el Concejo va queriendo. Si bien nunca cierra sus puertas, en enero se siente la misma serenidad que en el resto de los edificios públicos durante el estío o los feriados. Pero en este mes vuelven los asesores a los bloques y los algunos ediles a manifestarse sobre la coyuntura. El jueves 23 habrá una reunión extraordinaria aún sin agenda conocida, aunque no son pocos los que intuyen los primeros temas que resonarán en el recinto de sesiones. La actividad completa arranca en marzo cuando una exposición del Ejecutivo de la piedra de toque.

“El año pasado hubo una situación social compleja, me parece que este año se profundiza y se van a requerir de concejales que estén permanentemente en la calle, con los vecinos, recabando todas sus necesidades incluso las que no son de competencia municipal”, explicó en su despacho la edila de Iniciativa Popular, María Fernanda Gigliani. A tono con su enunciado, desde hace semanas, publica fotografías en su Facebook con el hashtag #RosarioDesigual.

Para Eduardo Toniolli, también en la oficina de su bloque del PJ, el año legislativo tendrá “un primer semestre muy activo y la unificación de las elecciones también ayudará en la segunda parte del año”. Minutos antes, el edil presentaba un proyecto con la firma de un amplio arco de bloques para frenar las importaciones de llantas, medida que afecta a la rosarina Mefro Wheels.

La edila Norma López, del Frente para la Victoria fue categórica en su opinión: el Concejo no podrá escapar a la tensión de la situación económica y laboral. “El impacto que están teniendo las políticas nacionales lo estamos viendo en los vecinos día a día”, aseguró, y sumó el peso del tiempo en la gestión municipal, por “tantos años en el poder del mismo signo político, ambas situaciones hará que todas las fuerzas locales tengan que ponerse al frente como para poder sostener a los vecinos”. Según López, en ese marco, el Concejo no será la excepción. Además, en “un año de elecciones legislativas, donde muchos de nosotros terminamos nuestros mandatos, habrá renovaciones y recambios y la gente analizará las propuestas de cada uno”, comentó. Y dijo que en esta ocasión, pero más que en otras oportunidades, el Palacio Vasallo será caja de resonancia de la ciudad más importante de la provincia de Santa Fe, “habrá que ver qué hacemos cada uno de nosotros, en qué ponemos la mirada para sostener los debates”.

En opinión de Carlos Comi (ARI- Coalición Cívica), el Concejo está a las puertas de un año de “mucho diálogo y de mucha construcción para mejorar a la ciudad, su composición actual es muy intensa, tiene muchos bloques que renovaron la representación parlamentaria tradicional, pero yo tengo las mejores expectativas. Siempre hay una idea mejor que la propia, hay que escucharla y ver cómo ensamblarla con la nuestra”, afirmó.

Sobre la cantidad de bloques, el radical Jorge Boasso se expidió de una manera diametralmente opuesta. “Si el Concejo seguirá trabajando totalmente atomizado como lo hizo el año pasado, no veo un buen panorama, te lo dice quien se está yendo después de muchos años. Esta conformación atomizada es inconveniente para los intereses de la ciudad, no se puede tener una comisión de labor parlamentaria con 19 miembros sobre 28 concejales”, reseñó el edil. “Teniendo en cuenta este panorama, si no cambia será más de lo mismo en el año que comienza. Aquellos que pensaron que por ingresar sangre nueva iba a modificarse se equivocaron, en algunos casos hubo involución, se fue para atrás no para adelante”, comentó Boasso que dejará su banca después de dos décadas de trabajo legislativo local.

De intensidad también habló el socialista Horacio Ghirardi. “Vamos a tener que profundizar mucho el diálogo con cada uno de los bloques del Concejo. Es un año electoral, lo cual en muchos sentidos agudiza algunas tensiones, pone temas muy candentes en el debate de todas las fuerzas y a veces eso dificulta un poco arribar a los acuerdos, pero vamos a trabajar intensamente”, aseguró.

La figurita difícil

El 2016 dejó un saldo en la agenda legislativa: el proyecto del Ejecutivo de tomar una deuda de 200 millones de dólares, aplicados a obras y refinanciación de pasivos. Justo cuando terminaba el año, el Concejo rechazó la propuesta después de fatigar jornadas, pasillos y reuniones. El tema quedó pendiente, según sus impulsores, para el comienzo de la actividad legislativa 2017. Pero, además del calor, agregó algo el verano. Sí, el radical Martín Rosúa movió una ficha en pleno enero.

“Creo que se confundió el camino de la negociación, habría que establecer lo que nosotros proponemos, un plan prioritario de obras de infraestructura para la ciudad, consensuado por el Concejo, la Municipalidad y la sociedad”, fue el diagnóstico de Rosua, que integra el bloque UCR 1983. Y sintetizó: “Todo lo que tenga que ver con deuda pública siempre se tiene que tomar para obras de infraestructura y nunca puede ir a refinanciar pasivos que el propio gobierno municipal ha generado, que estaban previstos en las vías presupuestarias correspondientes y que se mal utilizaron”. La posición es similar a la que en el debate del año pasado sostuvieron varios bloques que no acompañaron con su voto. ¿La novedad? La duda. ¿El oficialismo estaría perdiendo un voto?

“Recién estamos iniciando una ronda con los diferentes bloques para ver los puntos de vista, porque indudablemente habrá que reformular la propuesta que envió el Ejecutivo el año anterior porque no reunió el consenso”, afirmó el portavoz del oficialismo, Horacio Ghirardi. Y dijo que si con las charlas en la búsqueda del consenso no se llega al 23 de febrero, fecha de la sesión extraordinaria, el meneado proyecto del endeudamiento llegará al recinto en el mes de marzo. Hasta ahora, la segunda parece la opción más probable. “Para ser sincero, me parece que son muy pocos días para llegar a un acuerdo. Hay que trabajarlo bien, madurarlo más, escuchar a todos los bloques y lograr a una propuesta de consenso que sea capaz de reunir a muchas voluntades”, aseguró.

La misma cautela compartió Comi. “El tema estará en la agenda si hay consenso, se está conversando. El endeudamiento es una oportunidad para hacer obras estructurales como alguna vez se hicieron los accesos. En esta ocasión, se podrían hacer tres líneas más de trolebuses y complejos deportivos en los barrios que hoy no lo tienen, además de pavimento y cloacas que nunca se terminan. Todo, a pagar en 20 años a una tasa que no existe”, explicó.

“Si van a insistir con el endeudamiento, Mónica (por la intendenta Fein) quiere fondos de cualquier manera. Pero si traen lo mismo que el año pasado el resultado será igual. Si hacen lo que debieron hacer desde un primer momento, es decir, alguna obra emblemática que no se pueda financiar con recursos presupuestarios, lo miraríamos con otros ojos”, aseguró Boasso.

“El oficialismo dice que va a reformular el proyecto por un monto menor, y todo aplicado a obra pública, pero a eso hay que verlo caminar, hay que verlo en los papeles, tienen que conseguir 19 votos. Pueden intentarlo, pero no creo que lleguen”, dijo Toniolli sobre el tema. Gigliani se sumó: “Nosotros sostenemos la misma postura que en diciembre. Entendemos que no se puede endeudar al municipio en 200 millones de dólares y cuestionamos para qué se pedía ese dinero, porque consideramos que no podía aplicar a una supuesta modernización del Estado ni capitalizar el Banco Municipal y mucho menos para licuar deudas del municipio”. Y recordó una postura que dio en diciembre y que hoy podría ensamblar con los nuevos vientos que traerá el tema: “Podríamos autorizar un endeudamiento por una cifra de 100 millones, pero sólo para obras públicas. El debate posterior será determinar cuáles son estas obras, no creo que cada concejal debe llevar su propuesta particular. Cuando analizamos el Presupuesto vimos que había una inequidad enorme en la distribución de los recursos, zona sur por ejemplo, es el distrito que menos inversión tiene históricamente, con lo cual si pedimos endeudamiento, tiene que destinarse a equilibrar esas asimetrías territoriales”, sostuvo Gigliani.

Fuente: El Eslabón

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