Foto: Franco Trovato Fuoco
Foto: Franco Trovato Fuoco

“¿Qué trajo la desubicada esta?”, dijo Mauricio Macri, poco atento a la perspectiva de género y menos a la apertura y cierre de los micrófonos en recintos parlamentarios. La frase se filtró luego de su discurso ante la Asamblea Legislativa, brindado el miércoles pasado en el marco del 135º período de sesiones ordinarias, cuando aún no habían desactivado el sonido del recinto. Una diputada misionera le había acercado un paquete de yerba, en protesta de la difícil situación que atraviesan los productores del ramo. El tema de las mujeres lo saca al Presidente. Y más cuando estas le plantean un hecho objetivo que se da de bruces con su relato. Ni hablar si le soplan cómo mide Cristina en provincia de Buenos Aires.

El paupérrimo stand up del mandatario, ampliamente analizado en los medios horas y días siguientes, repudiado y ridiculizado por opositores y humoristas virtuales, y defendido con notables dotes circenses por periodistas y dirigentes propios, puso a prueba la capacidad de autoengaño que aún poseen millones de argentinos y argentinas que desean creer lo que esa cínica y pobre actuación presidencial representa todos los días. El combate contra la corrupción, la revolución educativa y la recuperación económica que destacó como logros de su gobierno, colisiona de lleno contra la realidad que muestra la calle y los bolsillos de los sectores populares. Los y las docentes que exigen la mesa paritaria para discutir salarios y el fin de los recortes presupuestarios; la bronca en ascenso de las centrales sindicales por los cientos de miles de despidos y suspensiones; los reclamos de las Pymes industriales contra la importación y de los comerciantes por los tarifazos y caída del poder de consumo popular son sólo algunos de los ejemplos que se estrellan como bólidos a velocidad de la luz contra la ficción M. Las casi diarias denuncias de millonarios negociados espurios con el Estado, que pone a las empresas de la familia presidencial bajo la lupa, son otra muestra de esa contradicción que cada vez se hace más difícil esconder.

Entre las ficciones que representa el Presidente, y que volvió a abrazar como uno de sus ejes de gestión en la legislatura, la más inquietante para quienes conocen cómo se creó el imperio Macri –y que tuvo al actual mandatario en la cúspide desde principios de los ochenta– es el “combate a la corrupción”. No hay, en la historia nacional, funcionario de primer nivel más complicado en estafas, fraudes y robos contra el Estado y el pueblo argentino que el actual mandatario. Si la mirada se extiende hacia su equipo de CEOs en el gobierno y su familia-sociedad se complica encontrar un parangón a escala planetaria.

Un apretado repaso de esa nómina de “casos de corrupción” macrista deja en ridículo las flojas de papeles acusaciones contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner: La investigación sobre los Panamá Papers que escrachó el ocultamiento y evasión en paraísos fiscales de millones de dólares del primer mandatario; la adjudicación de obras a la empresa familiar que ahora conduce su primo hermano, Ángelo Calcaterra, que en apenas seis meses superó las adjudicadas a Lázaro Báez en doce años de kirchnerismo; los 70 mil millones de pesos que pretendió –y no lo dejaron porque saltó la ficha– condonar a la firma Correo Argentino (propiedad de su padre); el nuevo escándalo internacional por coimas del conglomerado brasileño Odebrecht, en el que también está envuelto su primo Ángelo (Testaferra chicanea Horacio Verbitsky).
Por último, para cerrar esta breve lista, que hacia atrás en el tiempo se alarga hasta mediados de la dictadura, nos encontramos con la causa Avianca, empresa de aviación que en 2016 adquirió la firma Macair Jet, propiedad del grupo económico liderado por Franco Macri, y que quedó en el centro de la escena judicial esta semana cuando el titular de la Fiscalía Federal Nº1, Jorge Di Lello, imputó al presidente de la Nación, a funcionarios del Ejecutivo, a miembros de la línea aérea y a empresarios del sector aeronáutico por la posible comisión de los delitos de asociación ilícita, negociaciones incompatibles, defraudación contra la administración pública y tráfico de influencias, debido a lo que describió como “una serie de maniobras –entre ellas el otorgamiento de rutas aéreas– presuntamente destinadas a beneficiar a Avianca.

6,7 y 8, todo un mensaje

Fuera de lo anterior, que parece generar –hasta ahora, merced al ayudín de las grandes corporaciones de medios– un escaso impacto en “el público”, la semana que viene debería asestar otro golpe de realidad al relato Cambiemos que guionan los Durán Barba y los Magnetto. El inicio de la huelga docente por 48 horas el 6, la movilización contra la política económica neoliberal de la Casa Rosada convocada por la CGT y las CTA del 7 y el paro nacional de mujeres el 8, buscarán perforar esa cortina de silencio que acompaña al gobierno, a pesar de los ruidos cada vez más potentes de las protestas.
Que sea nada menos que el movimiento de mujeres el que vuelva a ponerse a la vanguardia de la resistencia no parece ser casual, en un país que tiene una larga tradición en ese sentido, con expresiones como Eva Perón, las Madres de la plaza de Mayo y, mal que le pese a Macri, Cristina Fernández de Kirchner, convertidas en íconos del protagonismo femenino a la hora de hacer historia.

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Un comentario

  1. adhemarprincipiano

    06/03/2017 en 16:34

    La corrupcion; el robo; la desidia; la inmoralidad, ect,; ect., son los sintomas mas vigentes del sistema capitalista, el sistema se alimenta de la corrupcion. En un gobiero neoliberal, se exsacerba con mas nitides, en un gobieron popular, disminuye, pero en ambos el sistema manda. Por eso de hablar y gritar de corrupcion es hablar del cuento de la «buena pipa». Hoy y aprovechando el estado de protesta que se agudizA, nos debemos dirigir a las generaciones futuras {a los hijos de tus hijos}, para que logren el sendero de la conciencia de clase y la lucha de la rebelion, sin armas, con la pausa del tiempo y el peso de la incorporacion generacional. s el unico camino de la humanidad para dejar de ser esclavos. Suena UTOPIA. Si pero es la unica que nos hace caminar.

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