Foto: Andrés Macera.
Foto: Andrés Macera.

El sábado 18, frente a su casa, se realizará a las 6 de la tarde un escrache –convocado por el Espacio Juicio y Castigo Rosario– para que el barrio sepa quién ese tipo que se quiere hacer el simpático, buena persona y trata de quedar bien. Carlos Sfulcini había sido detenido en noviembre del 2009, acusado de ser uno de los cuatro secuestradores de Rubén Fernando Oscar Tito Messiez, militante comunista secuestrado en una librería, en agosto de 1977.

El escarachable

“Fue un espía al servicio del terrorismo de Estado, operó como Personal Civil de Inteligencia integrando la patota del Batallón 121 del Ejército, órgano que regenteó cinco centros de detención y torturas por donde pasaron cientos de detenidos-desaparecidos, tal cual probó la Justicia Federal de Rosario. A pesar de haber disfrutado 30 años de impunidad, Sfulcini fue condenado a 20 años de prisión por el Tribunal Oral Federal N°1 de Rosario, el 20 de diciembre de 2013, al ser encontrado culpable del secuestro, las torturas y el homicidio de Messiez. La sentencia se dictó en el marco de la causa conocida como Guerrieri II”, indica el espacio que impulsa los juicios a los represores, y en el que participan miembros de organizaciones de derechos humanos, además de otras organizaciones sociales y partidos políticos.

A fines de 2016, “la Sala III de la Cámara de Casación Penal de la Nación, confirmó la sentencia de la causa “Porra Ariel Zenón y otros” pero sólo en el delito de privación ilegal de la libertad y lo dejó en libertad por ya haber cumplido seis años de prisión. Este dictamen no reconoce que el secuestro de Tito Messiez se realizó para después desaparecerlo”, advierten.

Ante esa medida, desde el Espacio Memoria Juicio y Castigo remarcaron: “Nosotros sabemos que el secuestro de Tito Messiez se realizó en el marco de un plan sistemático destinado a detener, torturar y desaparecer a todos aquellos que representaban un obstáculo al proyecto genocida y vendepatria. Por eso repudiamos el intento de la Casación de aislar un hecho de otro (el secuestro del homicidio), como si estuvieran completamente desvinculados”.

Fallos polémicos

Con el lema “Si no hay justicia, hay escrache”, de la agrupación HIJOS, se realizaron ya varias de estas movidas. Juane Basso, de la agrupación, remarcó: “Es una de las actividades que estamos generando desde el Espacio Juicio y Castigo y que dan cuenta de los cambios en estos tiempos. Si bien la justicia siempre fue un espacio en el que hemos tenido que debatir y discutir, hay una flexibilidad con respecto al otorgamiento de prisiones domiciliarias a represores. Hay cada vez más fallos polémicos con respecto a las sentencias. Esto se expresa en el otorgamiento de la libertad de Sfulcini, que ya fue condenado, pero que en algunos de los delitos Casación lo absolvió y consideró que ya tenía cumplida la pena y le dio la libertad, por eso lo vamos a escrachar”.

“Hay un momento político distinto al de otras épocas en que hacíamos los escraches, porque hoy se está impulsando situaciones de mayor flexibilidad con los represores. Pero también vemos que no partimos desde cero, a diferencia de etapas anteriores, ahora vamos a escrachar a un represor que está condenado. Antes escrachábamos a personas que estaban denunciadas en los testimonios de nuestros compañeros y compañeras sobrevivientes y que la justicia se negaba a juzgar. Ahora este genocida está condenado y vamos a hablar con sus vecinos para decirles que ahí vive un torturador de la dictadura, que debería estar preso”, aseguró Juane.

Carta a los vecinos

En una previa al actual escrache del 18 de marzo, una carta de Espacio de Juicio y Castigo, fue repartida en el barrio del represor. Titulada: “Vecinos y vecinas de Carlos Sfulcini (represor condenado por crímenes de lesa humanidad domiciliado en España 344, piso 10)”.

En el texto se indica: “El próximo sábado nos encontraremos en España y el río para luego marchar hasta la puerta de la casa del represor. Ahí hablarán los familiares de sus víctimas y leeremos un documento. Además, estaremos acompañados por artistas de la ciudad comprometidos con la lucha por Memoria, Verdad y Justicia”.

“Necesitamos manifestarnos –agrega– porque nuestra principal herramienta es la memoria y ésta nos permite ver que los grupos económicos que se beneficiaron con el plan económico de Martínez de Hoz son los mimos que ahora vuelven a endeudar brutalmente al país, recortar los sueldos de los asalariados y jubilados, subir las tarifas y abrir la importación destruyendo la industria y el trabajo nacional”.

A desencubrir

Como decía Arturo Jauretche, no es tan fácil encubrir y falsificar la historia. Pero el pacto económico político, entre el poder de grupos empresarios, entre ellos: los medios de prensa hegemónicos, siguen con ese negocio.

Meta murgas, danzas, murales y todo tipo de intervenciones callejeras ventilaron información que había sido encubierta. Los comunicadores profesionales no lo decían, pero ni la manipulación de las agendas periodísticas evita que la información llegue a vecinos y se impulse la condena social a los represores.

«Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copia a sus amigos; nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El Terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad», escribía hace 40 años Rodolfo Walsh. La cita sigue más vigente que nunca.

Fuente: El Eslabón

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