Foto: Manuel Costa.
Foto: Manuel Costa.

Los carreros y carreras de Rosario pasaron una semana movida. El miércoles, jueves y viernes se movilizaron frente a la Municipalidad y el Concejo para protestar contra la sentencia de la Intendenta Mónica Fein, quien fijó el 31 de marzo como tope para terminar con la tracción a sangre. Los recolectores analizan las medidas a seguir después de la última reunión con representantes del Ejecutivo local, de la que se fueron sin soluciones concretas. Según trascendió, las alternativas que se siguen ofreciendo son las mismas que hace siete años –es decir, acceder al Programa Andando– y que los carreros aseguran que no funcionaron. Además, los funcionarios remarcaron que no se va a salir “a cazar cartoneros” pero lo cierto es que, desde el viernes, si Control Urbano se cruza con un carro a caballo, se lo saca a su dueño.

La tracción a sangre en Rosario está regulada por la Ordenanza Nº 8.726 de diciembre de 2010. La normativa contempla la actividad de los recolectores urbanos informales y propone también una entrega progresiva de caballos y carros a cambio de “vehículos alternativos para el acarreo de los residuos”. También establece límites de tiempo: un año para registrar los animales y la entrega de la libreta sanitaria, y tres años para, una vez realizado el registro, proceder al reemplazo definitivo de vehículos por animales. Esos límites ya están vencidos.

El plazo del 31 de marzo fue puesto por la Intendenta Fein en su discurso de apertura de sesiones del Concejo Municipal. Es decir, se trata de una decisión política, que además estuvo acompañada por la difusión de los supuestos logros del programa Andando, que propone un intercambio: los caballos y carros a cambio de aportes económicos y asesoramiento en la conformación de emprendimientos laborales o cooperativas de trabajo.

Los carreros y carreras, sin embargo, sostienen que el programa nunca funcionó. “El Plan Andando no anduvo”, explicó Mónica Crespo, carrera y referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). “Los compañeros entregaron el carro y el caballo, hicieron los cursos y hoy no tienen nada. No tienen herramientas ni subsidio”.

Lo cierto es que sin caballo y sin alternativa, un montón de trabajadores de la recolección quedan sin su fuente laboral. Y eso se suma a otro dato: los recolectores y recolectoras son cada vez más, porque los pobres son cada vez más. “Los carreros son los nuevos desocupados. Estamos hablando de eso, de la pobreza y de más pobreza. Cuando salen a señalar al negro y a pedir que lo bajen del carro y se lo quiten, ojo, porque en realidad vienen por todos nosotros”.

Con el tiempo pisándoles los pies, los carreros iniciaron esta semana una pelea intensa en busca de que a partir de este 31 su fuente de trabajo no corra peligro. El miércoles y el viernes, se movilizaron frente a la Municipalidad; el jueves, hicieron lo propio en el Concejo, donde pudieron crear un pequeño consenso que los proteja (ver página 8). La discusión, sin embargo, corre por otro eje, ya que se trata el límite establecido para poder andar con carro es un límite político y puesto por el gobierno municipal.

Desde el MTE explicaron que el Municipio no ofrece alternativa ni prórroga, sólo aseguran que el Programa Andando se aplicará como establece la normativa y de esta forma, la fuente laboral sigue garantizada. La pregunta que se hacían es: si la Ordenanza tiene siete años y nunca se aplicó bien, ¿cuál es la garantía de que eso pase ahora?

Fuente: El Eslabón

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