Finalmente la autopartista Cirubón se hará cargo de Mefro Wheels, la única fábrica de llantas de la Argentina, cuyos dueños alemanes habían iniciado un vaciamiento a fines de 2016, para bajar las persianas en febrero y dejar en la calle a sus empleados. En atención a plazos judiciales, se prevé que comenzará a funcionar en 90 días; y la mayoría de los trabajadores que resistió al cierre volverá a sus puestos de manera gradual, dejando atrás una intensa pelea junto a su gremio, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), y acompañado en las negociaciones por el Ejecutivo provincial –en especial su Ministerio de la Producción– y por el Concejo Municipal. Ya sobre el final, se había acoplado el gobierno nacional, que en su momento se desentendió del asunto, pese a que en buena medida fue causante del problema, dada su política de apertura de las importaciones.

“Los trabajadores de Mefro Wheels lograron convertirla en un símbolo de la resistencia de la lucha para defender su dignidad y la defensa de una industria nacional. Podemos decir que en Santa Fe vamos a seguir fabricando llantas”, señaló el gobernador Miguel Lifschitz, quien durante el anuncio del acuerdo –celebrado el jueves 20 en la sede la UOM– se volvió a diferenciar del macrismo, con nuevos y mejores elogios para los gremios.

Lo sucedido se festeja como un “final feliz”, porque se recuperan puestos de trabajo; pero también se lo asume como un “punto de partida” y reconociendo la nada sencilla tarea de hacer sustentable una fábrica de llantas jaqueada por el arribo de productos extranjeros.

De la presentación del acuerdo participaron el gobernador, y sus ministros Luis Contigiani (Producción) y Julio Genesini (Trabajo); la delegada local del Ministerio de Trabajo de la Nación, Verónica Solmi; los legisladores del Pro Cesira Arcando y José Núñez; representantes de Cirubón y el concejal Eduardo Toniolli.

Como buen anfitrión, el secretario general de los metalúrgicos, Antonio Donello, fue quien presentó a los oradores, a cuyas espaldas se agrupaban decenas de empleados de Mefro. De pie y sin acceder a la palabra, ellos fueron los destinatarios de los mayores elogios.

De los ciento veintiocho trabajadores que persistían en la lucha colectiva –la plantilla original era de 170–, cien volverán a sus puestos; y si bien para el resto no se descarta una reincorporación en el mediano plazo, también se contempla la posibilidad de que se los incluya en el Sistema de Transformación Productiva, tal como deslizó Núñez. Esta es una iniciativa de la administración macrista que promueve la contratación de trabajadores procedentes de empresas en crisis y que ha sido cuestionada por las condiciones laborales que se establecen.

Los empleados vuelven a sus puestos, ahora en Ciburón, con el mismo convenio colectivo de la UOM, mantienen la antigüedad, y podrán reclamar sueldos caídos e indemnización a sus antiguos empleadores. Además, todos –incluido los casi treinta que no se reincorporan– recibirán una compensación extraordinaria de 91 mil pesos, a pagarse en cuotas entre mayo y setiembre, que surge de la aplicación de programas de la Provincia y de la Nación. Además del arreglo con los trabajadores, fue necesario un acuerdo privado entre Ciburón y Mefro Wheels. Esta irá a concurso preventivo y la primera alquilará su planta con opción a compra.

Emociones

“Estoy emocionado. Lo más importante es que mis compañeros van a tener trabajo. Sin ellos no hubiera sido posible sostener la fábrica, sostuvieron muchos meses sin sueldos y nunca perdieron las esperanzas”, expresó Donello.

El secretario general de la UOM cedió la palabra a Ricardo Cicarelli, vicepresidente de Cirubón, quien también se quebró en un llanto, en este caso, al evocar los orígenes familiares de su empresa y resaltar su condición de pyme fabril santafesina, ubicada en Villa Gobernador Gálvez. Ese perfil también fue valorado por el gobernador Lifschitz, quien recordó la inconsistencia de sondeos previos procedentes de empresarios de Buenos Aires y del exterior.

Al breve y entrecortado discurso de Cicarelli, le siguieron las palabras del asesor legal de la UOM, Pablo Cerra, también atravesado por la emoción, lo que no fue impedimento para que diera detalles precisos sobre la vuelta a la actividad y también agradeciera a las autoridades provinciales y nacionales, y a sus colegas que participaron de las negociaciones. También enfatizó en la unidad con que los trabajadores de Mefro Wheels habían afrontado todo el proceso; y, al respecto, contó que horas antes habían realizado una asamblea en la que aprobaron por unanimidad el acuerdo.

Con Cerra terminaron las palabras sentidas. Siguió la delegada local del Ministerio de Trabajo nacional, Verónica Solmi, quien destacó la labor de la dependencia a su cargo y el esfuerzo que representó para la Nación realizar los aportes monetarios para la compensación extraordinaria, que recibirán los empleados de Mefro.

“No cometer un segundo error”

Luego de la funcionaria macrista, tomó la palabra el ministro de la Producción santafesino, reconocido como uno de los grandes gestores de la solución.

“No podíamos cometer un segundo error histórico en Rosario, como fue haber perdido la fabricación nacional de motores eléctricos de línea blanca”, dijo el funcionario, quien en su discurso puso énfasis en la defensa de la industria nacional y la preservación de los puestos de trabajo. Acerca del compromiso asumido por la Provincia, lo fundamentó señalando que, desde el principio, advirtieron que estaban ante “una causa justa” y “una situación inédita: defender la única fábrica nacional de llantas”.

No obstante, observó: “Esto es un punto de partida. Comienza un gran compromiso para todos”. Horas antes del anuncio del acuerdo, el ministro no había olvidado las causas del conflicto: “Mefro Wheels se encuentra en esta situación por una política que permitió la apertura de importaciones y donde los grupos empresariales se sienten con mayor capacidad de maniobra y toma de decisiones frente a la política”. También había alertado sobre el ingreso al país de 172 mil llantas, por lo que alertó: “El futuro de la nueva firma dependerá de una estrategia macroeconómica que haga viable el rubro”. Horas más tarde, completó la idea propiciando el establecimiento de cupos para la compra de importados a las terminales automotrices.

La mirada Pro del acuerdo

Con un discurso despojado de perspectiva histórica, como si el cierre de Mefro hubiese sido accidental, el diputado Núñez se inclinó por destacar el trabajo “codo a codo” entre Nación y Provincia, para luego transmitir a los trabajadores el saludo del presidente Mauricio Macri y de sus ministros Jorge Triaca (Trabajo) y Francisco Cabrera (Producción).

Hubo un silencio profundo en el que pareció escucharse el lejano canto de un grillo, hasta que el propio legislador lo cortó asegurando: “Ellos están tan contentos como nosotros de haber superado esta etapa. Cuando se focaliza sobre los problemas y no sobre los partidos políticos, siempre salen cosas buenas”. Iba a tener su réplica.

Lifschiz se sigue diferenciando

“Acá estamos cumpliendo, al mismo tiempo, dos objetivos: uno, la dignidad de los trabajadores; pero, además, estamos defendiendo el desarrollo industrial de la provincia de Santa Fe”, afirmó el gobernador. Se lo veía cómodo en la UOM, al punto de reconocer la importancia de que el anuncio se hiciera en una sede gremial y no en una oficina pública.

Luego, fue por más y retribuyó la hospitalidad de Donello con una frase en la que se volvió a diferenciar del macrismo: “Destaco la decisión, la persistencia, la voluntad de los trabajadores y de la organización gremial que los representa, la UOM. En un tiempo donde se escuchan muchas críticas a las organizaciones gremiales y a los dirigentes, tenemos aquí un excelente ejemplo de una organización y dirigentes que estuvieron permanentemente a la cabeza de los trabajadores”.

También le respondió a Núñez, sin mencionarlo: “Por acá, dijeron ‘no hacemos política’. Yo no puedo decir lo mismo, yo hago política y estamos haciendo política de la buena, con mayúsculas”.

Por último, se posicionó como uno de los artífices del “final feliz”, al recordar su gestión ante el propietario de Mefro en Londres, donde dijo advertir que, contra lo que se suponía, el hombre no quería cerrar la fábrica sino que se mostraba dispuesto a negociar su transferencia.

Las exposiciones llegaron a su fin y hubo tiempo para algunas preguntas que se enfocaron principalmente a ver de qué manera iba a desenvolverse la fábrica de llantas en una economía abierta a las importaciones. Fue entonces que Cicarelli confió haber iniciado conversaciones con posibles clientes; Contigiani insistió en la necesidad de fijar cupos a las terminales; y Núñez pareció prescindir de una medida de ese tipo, al recordar que existe una “ley de autopartes”, que beneficia a las automotrices que compran nacional: “El espíritu de (las secretarías de) Industria y de Comercio, y de las terminales es comprar la llanta en el país, porque tienen un beneficio”.

Con el final de la conferencia, los legisladores nacionales del Pro tuvieron lo que siempre parecen ir a buscar: unas simpáticas selfies colgados de los trabajadores.

 

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