“El gremio focaliza en una, le abriste 12, las otras 11 avanzan. Cuando se dieron cuenta que había una que se implementó, van atrás de esa y avanzás con las que no habías avanzado”. La cita no pertenece a Sun Tzu ni a Von Clausewitz.

Esteban Bullrich, en conferencia y muy seguro de la originalidad de su estrategia, blanqueaba su genialidad política y creía estar sentando las bases de una obra literaria a la altura del Arte de la Guerra. Está claro que el ministro entiende, y pretende aplicar, a la perfección la Teoría del Estado Mínimo de Von Hayek, en la cual los sindicatos son el principal enemigo de las corporaciones. En el caso de la cartera en la que tiene responsabilidades, los sindicatos obstruyen la implementación de las modificaciones necesarias para garantizar un sistema educativo excluyente y restrictivo en materia de derechos, desresponsabilizando al Estado nacional en materia educativa.

El “ministerio sin escuelas” que proponían en los años 90 Antonio Salonia y Susana Decibe volvería a imponerse luego de más de una década de avances en materia de derechos laborales y socioculturales en el sistema educativo. Cuando el sacerdote que bendecía las instalaciones en el acto de Corrientes pidió al Ministro de Educación y Deportes que la enseñanza católica “vuelva a las aulas”, éste respondió que “vendría muy bien que todas las religiones tengan su espacio”, convencido de que las enseñanzas del Evangelio y de Jesús, como las de otros profetas y religiones, “deben ser aprendidas para que la luz del cirio pascual y de la educación brille más fuerte que nunca”.

A partir de allí, una gran cantidad de pedagogos, investigadores, historiadores y docentes hemos manifestado el repudio a esas declaraciones. Razones no faltan, se entiende que el ministro, al abrir la puerta a esa posibilidad, preanuncia una decisión de modificar políticas educativas discutidas durante décadas en el país, desde la sanción de la Ley 1420.

Las declaraciones de Bullrich señalan un camino opuesto al de su reconocido héroe personal Domingo Sarmiento, promotor precisamente de la educación laica y la libertad de conciencia como elemento primordial para la formación del ciudadano moderno. Entiendo que al ministro Bullrich poco debe importunarlo esta pequeña contradicción, ya que tiene algunos antecedentes en esta materia. No hubo programa de TV en el que no haya alabado el mecanismo de discusión paritario y luego actúe al margen de la Ley de Financiamiento; o promovido modificaciones legales agravando las penas para aquellos que golpearan a docentes, y luego envíe a la policía a reprimir la instalación de la Escuela Itinerante.

El ministro expresa claramente tanto sus convicciones personales como las aspiraciones de este gobierno acerca del modelo educativo para nuestro país. Pretenden instalar un debate falso acerca de lo beneficioso que puede ser el resultado de impartir educación religiosa en las escuelas, queriendo obligar a tomar posición a favor o en contra respecto de ese tema. Esta actuación sirve para desviar la atención acerca de su larga ausencia en el escenario de conflicto nacional ante el incumplimiento de las Leyes que él mismo votó afirmativamente como legislador porteño (Leyes de Educación Nacional y de Financiamiento Educativo). Esta aparición forzada en Corrientes es un show, una promoción que oculta varias intenciones, intentando llegar a un “público” definido para lograr empatía con ese sector de la sociedad conservadora que aún no digiere los avances en materia de educación buscando, además, recomponer el lazo con esos votantes para las elecciones de octubre.

Lo expresado por Bullrich atenta también contra avances logrados en materia educativa tanto en el plano simbólico como en el plano material. No solamente es un planteo que retrasa casi 150 años de debate en materia educativa, sino que pone en juego el presente. ¿Cómo se podría desarrollar plenamente la Ley Nº 26.150 (Programa Nacional de Educación Sexual Integral) si, además de que ha sido desfinanciada, debería ejecutarse en el ámbito escolar bajo los preceptos de distintos credos religiosos y sus sanciones morales? ¿Cómo sustentar las prácticas pedagógicas vinculadas con Memoria Verdad y el reclamo de Justicia cuando los preceptos religiosos nos hablan del perdón y la reconciliación? Está claro que, para ese modelo educativo, no se necesitan tantos fondos para financiar el programa de formación a docentes en Educación Sexual Integral ni Derechos Humanos.

Creo que debemos tomar como ejercicio obligatorio recelar de los análisis efectuados sobre la anécdota o lo gestual. Debemos analizar mayor cantidad de elementos, pensar en qué es lo que nos ocultan los titulares de los medios hegemónicos o las tapas de diario. Confrontar con este gobierno nacional, que promueve el desprecio sobre todo aquello de carácter público, estatal y popular, no es tarea sencilla. Nos lleva una clara ventaja en la disputa por el sentido común y la construcción de la opinión pública. Si queremos construir un proyecto de país que nos incluya a todos, es menester de aquellos que nos reconocemos dentro del campo popular no solamente construir espacios de participación más amplios y diversos, sino poder distinguir lo importante de lo accesorio, profundizar y zanjar los debates pendientes para avanzar en unidad en la confrontación a este modelo que viene a dar por tierra con nuestros derechos.
*secretario gremial de Amsafe

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