La investigación apunta a un taxista que tuvo activa participación en el linchamiento del joven en barrio Azcuénaga. La fiscalía encuadra ahora la acusación como un asesinato “en riña”, una de las penas más bajas; mientras que la familia Moreira pide prisión perpetua.

Luego de tres años del asesinato de David Moreira a manos de una turba de vecinos enardecidos que lo lincharon luego de capturarlo tras un supuesto arrebato, el fiscal Florentino Malaponte imputó a una tercera persona, un taxista sindicado como la persona que tiró la moto encima de la víctima cuando ésta ya estaba inconsciente en el piso, producto de numerosas patadas y por el abrir y cerrar de la puerta de un auto en su cabeza, lo que le provocó fracturas en el cráneo. El desfasaje en la imputación de este nuevo acusado, con respecto a los dos primeros, Nahuel P. y Gerardo G., tuvo que ver con una prueba surgida en torno a una publicación en las redes sociales que hiciera esta persona, Cristian A., el día después del linchamiento. Posteo que luego borró.

Luego de postergada la audiencia por 48 horas por motivos laborales, el acusado se presentó con dos abogados este viernes en la Fiscalía de Homicidios Dolosos, en Montevideo al 2200, donde estaban congregados la familia de David y su abogado, Norberto Olivares.   

En diálogo con este periódico, Olivares contó que lo que demoró la imputación formal fue “la certificación de las expresiones que hace esta persona en su facebook al día siguiente que pasó lo que pasó. Se hizo una captura de pantalla, se hizo un peritaje, pero localmente en Rosario no había condiciones para probar el posteo borrado, hasta que en Buenos Aires se consiguió la tecnología, ya que Facebook se negaba a certificar que esos dichos correspondían a su perfil. Él hace aseveraciones respecto a su participación en la golpiza, y entonces este es el elemento que el fiscal utiliza para acusar”.

«El tono del muchacho fue arrogante ante el fiscal. Se negó a declarar y lo único que dijo es que era inocente. El fiscal le leyó las evidencias que tenía para imputarle, donde la cuestión radica en un oficio de la empresa Claro que manifiesta la titularidad sobre un celular que está vinculado al efecto de sus dichos en la red social Facebook. O sea que el comentario probablemente lo haya hecho a través del celular.  Lo único que amagaron los abogados es que van a presentar algunos escritos», describió Olivares a modo de síntesis de la audiencia imputativa.

La causa por el linchamiento ocurrido el 22 de marzo de 2014, arrojó meses después dos implicados, dos vecinos del barrio Azcuénaga. El fiscal Florentino Malaponte les adjudicó en principio la carátula “Homicidio agravado”, que tiene prisión perpetua, pero luego la propia fiscalía cambió la acusación. Posteriormente, los acusados lograron el beneficio de la prisión domiciliaria, y luego la Cámara Penal les concedió la libertad.

“Acá hay un problema central, un dilema que hay que resolver en un juicio oral. La calificación legal inicial de la fiscalía era de Homicidio agravado (prisión perpetua). Nosotros en ese momento compartimos la calificación, pero luego la fiscalía hizo un viraje en el momento que detuvieron a los dos primeros implicados, y ahí modificó la calificación del delito por Homicidio en riña, que eso es una pena mucho menor (de 2 a 6 años). Según el criterio de la fiscalía, no está determinado quién es el que le asesta el golpe letal, el golpe mortal. Como que no habría certeza de quién es el que le provoca la fractura de cráneo, porque le fracturaron el cráneo a patadas, eso dice la autopsia. Se dice también, por las descripciones, que este nuevo imputado es un peladito que es el que le tira la moto encima y que después junto a otras personas lo arrastran a la intersección de Liniers y Marcos Paz, lo tiran. Y dejan parada su moto con el cuerpo en el piso, como aparece en todas las fotos en la redes. Nosotros vamos a discutir eso, porque para nosotros es Homicidio agravado con ensañamiento y alevosía, artículo 80, inciso 2, del Código Penal.

Ensañamiento es cuando vos matás cruelmente, hacés sufrir a la víctima y la víctima está consciente. Y David, se puede demostrar, estaba consciente, porque muere a los tres días. O sea, vos le provocás un trato inhumano, lo hacés sufrir con ensañamiento. Y la otra cosa es la alevosía: vos te aprovechás de la indefensión de la víctima, que está siendo atacada por mucha gente. Cometés el delito sobre la base de tu seguridad, en el sentido que obras seguro, sin correr ningún tipo de riesgo. Entonces es por ensañamiento y por alevosía, esa es la postura que vamos a defender más allá de lo técnico, de que se trató de una cacería de mucha gente y que terminó con la vida de un pibe de 18 años, cagándolo a patadas y matándolo”.

«El linchamiento no es justicia»

El miércoles 3 de mayo estaba citado en Fiscalía Cristian A., el taxista de barrio Azcuénaga que participó del salvaje asesinato de David Moreira. Pero no se presentó. Su abogada logró trasladar la audiencia imputativa para el día viernes a las 14.

Lorena, la mamá de David Moreira, partió hace tiempo con su marido y sus dos hijos al Uruguay. Acá en Rosario, exigiendo justicia, se presentaron otros integrantes de la familia.

“Vino mi mamá, mi hermana y mi sobrinita. Lorena y su familia tienen ganas de venir, pero es un viaje muy largo”, contó mascando bronca, Juan Moreira, el tío de David.

“Mirá que todos los días matan gente acá, pero yo que tengo 42 años no he visto nunca gente que haya matado así a alguien, como un animal. Ni a un animal se lo mata así. Yo tengo el oficio de albañil, jardinero, pintor; yo ando en la calle, vendiendo en todos lados. Conozco quiénes son y dónde se juntan, todo. Sabés a cuántos les corté el césped y los árboles. Por eso te digo,  yo sé quiénes son. Yo viví ocho años allá, pero del otro lado de la vía”, dijo al borde del llanto. “El otro día tenía 5 mil pesos y me dije para mí: compro un revolver y los mato a todos. Pero dije no, mejor compro mercaderia. Lo mejor que pude hacer”.

«Yo tengo que seguir luchando por David», dijo por su parte Anabel, su tía, que llegó junto a su pequeña hija. «Psicológicamente seguimos igual. Con el corazón destrozado, sin entender qué pasó, y por qué. Si bien David hizo algo mal, como ellos dicen, tenía que ir a la cárcel, a una comisaría, no matarlo a patadas como lo hicieron, porque ellos sabían lo que hacían. Al joven que robó, al chorro, como ellos le dicen, lo quisieron matar, porque todos los golpes fueron en la cabeza, con pérdida de masa encefálica. Nosotros no queremos que sea en riña, porque no es una pelea. Uno contra diez, contra 20, es un homicidio agravado. Es un asesinato. David, dicen que robó; pero a él lo asesinaron. Yo creo que una vida vale más que una cartera. Y nosotros vamos a seguir luchando para que no haya más linchamientos, porque el linchamiento no es justicia. No puede ser que te agarro, te mato a patadas, te rompo todo, y a los dos días estás libre. Queremos que no se olvide lo de David”.

“Matar a los negros”

Norberto Olivares, abogado de la familia Moreira | Foto: Andrés Macera.

Con respecto a la carátula que hoy ostenta la fiscalía, Homicidio en riña, con penas que van de los 2 a los 6 años, Olivares, el abogado de la familia Moreira, describió que esta calificación tiene pocos antecedentes. “Se da donde hay una confrontación y hay mucha gente que participa. En recitales, en la cancha, en lugares públicos, en boliches. Se corre siempre el riesgo de no identificar al que cometió el delito. Más allá que pueden haber sido más, estas tres personas están vinculados en las redes sociales. Son amigos, son todos hinchas de Central, comparten la vida social, asados, van a la cancha, salen juntos, son amigos del barrio. Esa es la consideración objetiva. Subjetivamente, son pibes que tienen en su facebook consideraciones como hay que «quemar a los pobres»,  «matar a los negros», las apreciaciones que hizo este tercer imputado tienen que ver con esa discriminación racial, con esa xenofobia. Te digo más, el año del linchamiento hubo una persecución en el barrio. Esta gente fue puerta por puerta y le dijeron a todos, «Ojo con el que habla». Lo sabemos por gente del barrio. Gente que se acercó diciendo que no iba a hablar porque estaban amenazados. En las redes hablan de Estela de Carlotto como «Vieja zorra», aún hasta hoy tienen todo tipo de expresiones, como las del paro del 6 de abril, por ejemplo, diciendo «¡Vamos a laburar. Basta de holgazanes!» Es una comunidad de ideas que se enmarcan en esto de que son pibes de barrio, tienen ese clamor culturalmente reaccionario, regresivo, criminalizador que está arraigado lamentablemente a pibes jóvenes laburantes. Es una preocupación, dos pibes de barrio matan a un pibe de 18 años tan precarizado como ellos. Un albañil peón”.

Fuente: El Eslabón

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