Finaliza una semana densa. Con días claves para la discusión de fondo en la escena local: deuda sí o no. Es decir, pasivo puro y duro, porque a las obras invocadas como destino de los fondos nadie las discute. La saga endeudamiento sumó capítulos intensos, hubo duros cruces a través de los medios y hasta trascendió que podría darse por finalizado el intento de los 146 millones de dólares. ¿Cuándo decir basta en la búsqueda de un objetivo? Si la propuesta se redujera, ¿el horizonte se acercaría?

Desde el Ejecutivo hablaron de etapa cerrada pero también de escuchar propuestas del bloque que tiene la llave para zanjar la discusión, el PRO y sus cinco bancas. En los pasillos del Palacio Vasallo dicen que la nueva ronda de consultas por un objetivo más módico aún no comenzó. ¿Qué actitud tomarán los ediles de la oposición que ofrecían diálogo si las condiciones cambiaban? ¿Qué escenario de votos se necesitan configurar para aprobar, por ejemplo, sólo la capitalización del Banco Municipal?

“Esto demuestra que toda la oposición que estuvo en contra del endeudamiento tenía razón. Me cansé de decir que lo que les interesaba era pagar su fiesta, por haber gastado mucho más de lo que recaudaban al año”, dijo el presidente de la Comisión de Gobierno, el radical Jorge Boasso, a este periódico. Y dijo que además se debe investigar la deuda con los proveedores y contratistas del Estado.

“Hay un círculo que debe ser investigado, estoy esperando saber quiénes son los acreedores del rubro «Varios» por cien millones de pesos, así que se viene un capítulo que creo que amerita como mínimo también saber por qué se generó la deuda, tantos intereses y sobreprecios”, dijo Boasso que publicó en Twitter la lista de acreedores de la Municipalidad.

“Veremos qué mecanismos de capitalización proponen”, dijo el concejal Eduardo Toniolli (PJ), con respecto al plan alternativo, que consiste en la capitalización del Banco Municipal a fin de que pueda activar líneas de crédito hipotecario para pymes y comercios de la ciudad. Aunque aclaró que en otras circunstancias hubo capitalización sin tomar deuda y se utilizaron recursos propios del municipio. Con respecto al segundo ítem del plan alternativo, el adelanto de coparticipación por parte de la provincia para saldar pasivos, Toniolli condicionó: “Estamos esperando que respondan los pedidos de informes con respecto a qué acreedores le van a pagar”.

Así quedó el escenario después de la nueva tirada de dados, que como ya lo dijo el poeta Mallarmé, no abolirá el azar. De otras consultas y en modo versiones, no se desprende que el plan alternativo arranque en lecho de rosas. “Ellos dicen que lo retiran, podríamos haberlo enviado al archivo, pero lo dejamos en Comisión”, se escuchó desde una banca opositora sobre el destino final del plan endeudamiento que insumió varios meses.

El día D

La génesis de los interrogantes arrancó el martes, cuando el cabildeo llegó hasta muy entrada la tarde. Nunca más rigurosa la metáfora beatlereana: anocheció agitado. El proyecto de endeudamiento con medio sello encima, el de la comisión de Presupuesto, buscó hacer pie en su par de Gobierno. Más, hasta quedó una ventana abierta por si había alguna modificación y necesitaba retomar el circuito entre ambos espacios de trabajo legislativo.

Pero nada de eso ocurrió. La semana finalizó sin que la agenda del Concejo incluyera el pedido de endeudamiento que el Ejecutivo puso a consideración de los ediles: tomar 146 millones de deuda en dólares para hacer obras de fuste en los barrios más postergados de Rosario.

“Lamentablemente, en la reunión de Gobierno (martes 23) el PRO, que allí tiene mayoría, y sus aliados no dieron apoyo a la iniciativa de la Intendenta de tomar un crédito con financiamiento internacional. La verdad, lo lamentamos, porque son obras esenciales para la ciudad que no se van a poder realizar”, dijo el portavoz del oficialismo, Horacio Ghirardi. Y no pasó por alto la “incoherencia de la negativa del PRO, que apoyan el endeudamiento en otras provincias. Es llamativo”.

De llamativo también habló Enrique Estévez. “Lo que faltaron fueron los votos del PRO en la Comisión de Gobierno, que en su momento había planteado su posición favorable a tomar crédito público y en los últimos días buscaron excusas para no hacerlo”, relató. Y dijo que serán entonces esos mismos concejales los que deberán explicar porqué en Rosario no se puede hacer lo que a nivel país es el principal argumento del presidente Mauricio Macri. “Es inexplicable y no entendemos por qué”, dijo Estévez, sobre lo que ahora es etapa cerrada.

“Cuando uno tiene que hacer una reforma en la casa toma un crédito, no lo hace con el sueldo, lo mismo a nivel Estado”, dijo por su parte María Eugenia Schmuck (Radicales Progresistas), bloque que apoyó la iniciativa. Y, repasando la infraestructura que tenía como destino el crédito, dijo no entender “a quienes no apoyaron el proyecto, ya que era para sectores muy postergados”.

Pero según Boasso, no sólo del PRO vino la negativa. “Hoy la votación fue 6 a 1, parecía el primer set de (Rafael) Nadal y (Novak) Djokovic”, ironizó sobre el momento crucial del proyecto, la votación en la Comisión de Gobierno. Y dijo que fueron 15 los concejales cuya oposición eclipsaron en forma definitiva el meneado crédito internacional.

“El título sería que se dijo no al pago de la fiesta socialista”, dijo el edil, que en octubre deja su banca buscando nuevos espacios políticos. E insistió: “Siempre gastaron más de lo que se recaudaba y desviaron fondos para gastos corrientes que estaban destinados a obras públicas”.

Según Boasso, “la señal de los 15 concejales es que hay que ser responsables, muy responsables con la deuda que toma una ciudad, que no es lo mismo que una Nación. La diferencia es muy grande. Un municipio no puede hacer nada sin pedir autorización, porque no es autónoma”, enfatizó.

Y puso una frutilla arriba del postre. “No es autónoma por el fracaso estrepitoso de toda la clase política santafesina, de todos los partidos que hasta el día de hoy no quisieron consensuar una ley de autonomía, los tres partidos mayoritarios presentaron sus proyectos, cómo no se pusieron de acuerdo en un texto único”, dijo Boasso.

“Con este municipio no sabemos cuándo es el día último”, dijo el edil por Rosario Federal, Diego Giuliano, y consideró que “escucha poco, insiste y duplica las apuestas”. Además volvió a insistir con que las mega deudas se deben tomar con bancas de fomento (Banco Interamericano de Desarrollo y Banco Mundial) y no privada.

“Así se hicieron las obras grandes en Rosario, con financiación de fomento. Sucede que requiere mucho control y me parece que no quieren control. Llegaron a un punto que no quieren más controles ni cuidar el futuro”, enfatizó Giuliano. Y no pasó por alto el envase del proyecto de endeudamiento: “Algunos son renglones, por ejemplo, la obra del Saladillo, que requiere 25 millones de dólares”.

“Queremos las obras, no queremos deuda con emisión de títulos por 200 millones de dólares, y queremos que las obras se hagan con la banca de fomento, donde hay mucha liquidez para ofrecer”, cerró el edil. Una especie de síntesis de unos meses aciagos para la agenda legislativa sobre un proyecto que ahora, como dicen en el barrio, va de nuevo.

Fuente: El Eslabón

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