Elina Rivero, acompañada por el equipo jurídico de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y Juventud, presentó este viernes en la Fiscalía de VIolencia Institucional una denuncia por apremios, abuso de autoridad y vejaciones de personal de la Comisaría 7ª. La joven de 27 años fue, además, recibida por primera vez por la fiscal Karina Bartocci. Esta misma semana, integrantes de la Cátedra de Criminología de la UNR, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y Amsafé se reunieron con Marcelo Trucco, secretario de Derechos Humanos de la provincia, por el caso de María de los Ángeles París, la mujer que salió muerta de la Comisaría 10ª el 3 de mayo. También se realizó una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por el mismo caso. Los dos hechos engrosan la lista de denuncias por casos de violencia institucional en la provincia. “La grave violación a los derechos humanos en la provincia es algo que las organizaciones y la universidad venimos advirtiendo y denunciando. Es un fenómeno extendido, sistemático y que hasta el mismo Estado niega, también de forma sistemática”, expresó, en este marco, Eugenia Mistura, miembro de la Cátedra de Criminología.

El viernes 12 de mayo, Elina fue arrestada en la seccional 7ª por presuntamente ocasionar disturbios en un minimarket de Catamarca y Cafferata. La joven salió horas más tarde: estaba inconsciente y terminó internada en coma farmacológico en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Le dieron el alta hace una semana. El abogado Salvador Vera explicó a el eslabón que este viernes se hizo la primera presentación formal del relato de Elina. Hasta ese día, señaló, la fiscal Karina Bartocci no la había citado. “Ni fue al Heca ni la llamó por teléfono después”, agregó. Los próximos días seguirán las actuaciones formales y la constitución de Elina como querellante en la causa.

“El hecho en sí es muy grave. Ella fue detenida consciente y salió llena de sangre, desnuda e inconsciente; cuando es responsabilidad de la Policía conservar su integridad psico-física. Por eso, los testigos permiten que se inicie el procedimiento, es decir, fue fundamental que los amigos se hayan quedado en la puerta de la Comisaría”, explicó Vera. El abogado hizo hincapié en que la situación es delicada: no es fácil denunciar a la policía y a esta seccional en particular, ligada directamente a la desaparición y muerte de Franco Casco en 2014 y al asesinato de Sandra Cabrera en 2004. Y además resaltó que la causa viene llevando las mismas características que todas las que se abren por violencia institucional: el estigma sistemático y la actuación de fiscales que creen la versión policial. “Siempre se culpa a las víctimas de su muerte o detención”.

El contexto acompaña la denuncia de Elina. Los vecinos de barrio Luis Agote organizaron para el miércoles 7 de junio a las 19 una movilización frente a la Comisaría 7ª reclamando más seguridad con prevención y sin abuso policial. “Hace tiempo que estamos movilizados en el barrio, especialmente después de la muerte de Damián Lucero (comerciante asesinado en 2015). El reclamo por seguridad es el que más nos moviliza”, explicó Hilda, una de las vecinas organizadas. “Lo de Elina no fue un caso aislado. Contamos un promedio de dos robos por día, pero además varios vecinos fueron amenazados por policías de la 7ª y comentaron varios atropellos. Yo creo que esto no pasa a mayores porque se trata de un barrio de clase media”, añadió. Uno de los vecinos, aseguró Hilda, hizo una denuncia a la fiscalía después de que un policía le haya advertido: “Te voy a llevar a la comisaría para que aprendas”.

“Elina sobrevivió y da la cara. Nosotros tenemos que acompañarla y organizarnos para reclamara, porque si no se resuelve, siguen acá. Entendemos que si nos cuidamos entre nosotros les damos menos margen a la violencia”, concluyó.

Irregularidades en el caso París

Los familiares de María de los Ángeles París y organizaciones de la Multisectorial contra la Violencia Institucional se reunieron este jueves con Marcelo Trucco, secretario de Derechos Humanos de la provincia. El encuentro, que los representantes de la víctima consideraron “realmente tardío” fue después de haberse reunido, semanas atrás, con el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro y el ex fiscal de la causa Luis Schiappa Pietra, que ahora pasó el caso a Karina Bartocci. “Le acercamos detalles de cómo va la investigación y lo preocupante de cómo se está desarrollando; también le mostramos los pedidos que le hicimos a fiscalía. Y hablamos de la interpretación, que entendemos muy maliciosa, del informe de autopsia que se dio a conocer esta semana”, explicó Eugenia Mistura, miembro de la Cátedra de Criminología de la UNR.

Mistura informó que la Secretaría se comprometió a acompañar y ser interlocutora, además de poder viabilizar todos los reclamos a las otras áreas del gobierno. “Ellos reconocieron que el fenómeno en la provincia es de grave violación a los derechos humanos, que se está agravando en estos últimos tiempos. Nosotros marcamos que la suerte de María de los Ángeles es parte de en un fenómeno más amplio y extendido, de carácter sistemático en la provincia, respecto a la tortura y los malos tratos por parte de la policía”.

El caso de París está enmarcado como “muerte en custodia” y, según explicó Mistura, el Estado tiene una obligación especial a la hora de investigar estos casos. Desde la Cátedra se advirtió que hay varios ítems en la investigación que no se están cumpliendo según lo que establecen los estándares internacionales, el código procesal de la provincia y hasta la misma reglamentación del Ministerio de Justicia. “Más allá de que haya habido una alteración por parte de ella, hay muchos testimonios que no son interpretados de manera integral. Muchos son claros al hablar del uso de la fuerza, de violencia hacia María de los Ángeles, y sobre todo en el momento en que la ingresan a la comisaría. Los testigos dicen que la agarraron del cuello, le sujetaron las manos, la esposaron. Y esos relatos coinciden con las mismas declaraciones de la policía. Los testigos además afirman que ella intentaba evadirse, escaparse y la alteración era por eso”, especificó Mistura.

Esta semana, además, se conoció el informe oficial de la autopsia completa que puso en duda si María de los Ángeles murió por causas violentas. La Cátedra de Criminología denunció una “interpretación maliciosa” porque la autopsia está aún incompleta. “Falta que se realicen estudios que completen la autopsia: toxicológico, detectar hormonas de estrés y estudios biológicos y genéticos. Por otro lado, la autopsia misma reconoce lesiones, hematomas que surgen de golpes en vida y son compatibles con los testimonios”. Mistura agregó que también se informa una embolia pulmonar por médula ósea, una lesión que puede tener distintas causas, entre ellas, una fisura en huesos largos o pelvis. Y como el equipo de Rayos X del Instituto Médico Legal no funciona, el cadáver de María de los Ángeles no pasó por un estudio radiográfico. “La autopsia no se adecua íntegramente a los estándares internacionales porque no está el estudio radiológico y porque el Instituto Médico Legal no tiene recursos para preservar el cuerpo y garantizar una nueva autopsia pueda producirse en las mismas condiciones, lo que posibilitaría un control de este primer estudio que se hace”, señaló.

Las irregularidades del día de la muerte de María de los Ángeles y las que continúan denunciando los organismos de derechos humanos abren un panorama incierto a futuro. Lo concreto es que se sigue actuando y mientras se esperan resultados, informes y audiencias (como la de constitución de la querella, por ejemplo) se sigue trabajando en función de la denuncia de la violencia institucional. Y en ese sentido, cabe agregar que la APDH presentó una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El documento enviado contiene detalles del caso y se solicita que sea tenido en cuenta “como parte del diagnóstico del incremento de las gravísimas situaciones de violencia institucional, torturas, tratos crueles y aberrantes que están sucediéndose en el territorio argentino”.

Fuente: El Eslabón

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