La Carpa de la Dignidad Cartonera emergió el miércoles pasado a puro pulmón. El sol de la mañana, el primero del invierno, acompañó a los cartoneros y cartoneras a la hora de armar la estructura, poner la lona, colgar las banderas, organizar el que sería un hogar por los próximos tres días. La movida fue un éxito y lo que siguió también: jornadas de lucha, de debate y de visibilización de un sector de trabajadores de la economía popular que busca frenar la persecución policial y crear un contexto normativo que los contemple. Y en ese sentido, durante ese primer sol de invierno, y a pocas cuadras del montaje de la carpa, un grupo de organizaciones sociales y políticas y de concejales de la ciudad presentó un proyecto para crear el “Servicio Público de Recuperación de Residuos Reciclables” que incluye a los protagonistas cotidianos, es decir, los cartoneros y cartoneras de Rosario.

La Carpa no es casual. Es la síntesis de meses de lucha, reuniones y protestas frente a las medidas de la Municipalidad de Rosario para sacar los carros tirados a caballo sin propuestas alternativas que satisfagan a los trabajadores cartoneros. La propuesta de la Carpa fue simple, concreta: visibilizar la recolección de basura como un trabajo que merece ser reconocido. En un documento difundido por el Movimiento de Trabajadores Excluidos de Rosario (MTE) se exigió: el cese de la persecución a los cartoneros y el freno al hostigamiento policial; el reconocimiento de una problemática integral que tiene como principales protagonistas a los y las trabajadores de los Residuos Sólidos Urbanos en toda la provincia; una mesa de diálogo con participación de todos los involucrados; la elaboración de un plan de acción para lograr la recolección diferenciada con inclusión social en todos los municipios de la provincia.

“Nos pusieron a discutir dentro del eje «caballo sí o no». Nosotros proponemos: «trabajadores sí o no»”. Mónica Crespo es vocera del MTE y miembro de la Cooperativa Cartoneros Unidos. La mujer explica la medida con claridad: todo lo que se está haciendo es para visibilizar a los cartoneros y cartoneras de Rosario como trabajadores. “Está el proyecto que presentamos con mucho esfuerzo y por suerte con mucho apoyo. Y también está la carpa: para que conozcan nuestro trabajo y nuestro pensar”.

Crespo, además, destacó la situación local de los trabajadores que representa. En su cooperativa son unas 450 personas las que trabajan como recolectoras. “Imaginate la ciudad, todos los que no están cooperativizados y todos los que no se reunieron para salir a dar pelea”, remarcó. Los cartoneros, además, son cada vez más. La creciente tasa de desempleo empuja a la ciudadanía a los trabajos informales y entre ellos está el de la recolección de basura. “Nosotros nacimos en el 2000, cuando nos quedamos sin trabajo. Ahora estamos esperando a los nuevos cartoneros”, advirtió Crespo.

El escenario empeora con la persecución de las fuerzas de seguridad hacia los carreros –no sólo porque les sacan los caballos, también por los golpes y detenciones arbitrarias a las que se exponen– y la falta de alternativas que ofrece el municipio. En este contexto, la referente contó que “varios muchachos hicieron los cursos que ofrecieron y ahora se están matando de hambre, porque no hay trabajo. En tres meses no sos experto en albañilería ni podes hacer instalaciones eléctricas en un edificio. Nos quieren reconvertir, pero nosotros ya descubrimos nuestro trabajo: somos recicladores”.

Lo cierto es que mientras cierra este semanario, la carpa empieza a desmontarse y el balance es el que se esperaba: la movida dio resultado y la carpa estuvo los tres días colmada de gente. No sólo por los invitados e invitadas a dar charlas, sino por representantes de sindicatos, por concejales, diputados nacionales y provinciales. Y también por la gente, es decir, las personas que pasaron porque se enteraron o por mera casualidad y se acercaron a preguntar y escuchar. Victoria Clerici, también representante del MTE, lo describió con simpleza: “El abrazo social fue lo más positivo”. También destacó la posibilidad que se dieron los recolectores de fortalecerse como movimiento y agregó que la carpa permitió que se acerquen trabajadores de otros barrios y ciudades.

Clerici decidió hacer también el otro balance, el negativo: “Y es que la Municipalidad no se hizo eco de que estamos acá”, dijo. Según relató, el único encuentro que tuvieron con el Poder Ejecutivo local fue cuando la Guardia Urbana se acercó para avisar que no podían instalarse en la plaza. Y trascendió que la razón era que “la plaza es de las Madres”. La respuesta fue contundente. La carpa se instaló y el jueves la ronda fue de todos y todas como siempre: las Madres, los trabajadores, el pueblo.

Una política pública que incluya a sus protagonistas

En la mañana del pasado miércoles, y mientras un importante grupo de recolectores y recolectoras armaba su Carpa de la Dignidad, el hall del Concejo Municipal se colmaba de trabajadores, militantes, periodistas, concejales, concejalas. La movida de los cartoneros tuvo dos aristas: trabajar la diaria, la calle, desde la Carpa; y buscar una solución concreta, posible, desde el poder legislativo. Y en ese sentido, se presentó el proyecto de ordenanza “Servicio Público de Recuperación de Residuos Reciclables”, que tiene como objetivo la gestión integral y diferenciada de los residuos sólidos reciclables y la inclusión de los recuperadores urbanos en su desarrollo. La iniciativa fue presentada por el MTE, la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR), el Taller Ecologista y el Grupo Obispo Angelelli (GOA) y contó con el acompañamiento de ocho bloques políticos del Concejo Municipal.

El proyecto tiene una fuerte impronta social y ecológica, es decir, que busca disminuir la generación de basura en la ciudad a través del reconocimiento del trabajo de los recolectores y recolectoras. La propuesta es que los recicladores urbanos de Rosario se incorporen a un registro municipal y formen grupos y cooperativas de recicladores a las que se les asignará distintos circuitos de recolección, a través del mecanismo denominado “licitación social”.

Entre otras cosas, se prevé también avanzar en el establecimiento de nuevos centros de recuperación de residuos, la provisión de los recursos materiales, de formación e información necesaria para los grupos y cooperativas de recicladores y el desarrollo de esquemas de recolección puerta a puerta tanto para domicilios como para comercios e instituciones.

Fuente: El Eslabón

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