Los ataques de la coalición liderada por EEUU contra las tropas progubernamentales en Siria «hacen temer una escalada», mientras algunos aliados de Washington se enfrentan a una crisis.

Un artículo del diario español El Mundo alerta respecto de que esos ataques de la coalición liderada por EEUU «hacen temer una escalada», sobre todo en el este del país árabe. El informe del periodista Lluís Miquel Hurtado analiza el «riesgo de guerra total en Siria», a partir de que observa que el presidente Donald Trump «ha virado el rumbo no intervencionista» de su predecesor, Barack Obama –a quien «tanto criticó» por sus acciones en Siria–, y «ahora asoma el peligro».

Pero además de la opinión del especialista español, los análisis de dos expertos rusos previenen sobre un problema imprevisto que afronta la coalición internacional encabezada por Washington, cuyo objetivo declarado es la lucha contra el Estado Islámico. Es que luego del derribo de un bombardero sirio por parte de la Fuerza Aérea de EEUU, Rusia advirtió que seguirá a cualquier aeronave militar al oeste del río Éufrates como blanco legítimo de ataque, y esto hizo que Australia, uno de los países miembros de la alianza, suspendiera su participación en las operaciones en Siria ante el peligro de que sus aviones sean derribados por la defensa aérea local o rusa.

El epicentro de la guerra

El informe de Hurtado para El Mundo advierte que “si hasta hace poco los diversos actores de la guerra han actuado «en áreas vastas y delimitadas», ahora los avances territoriales los han acercado «hasta acoplarlos peligrosamente», y el periodista estima que el epicentro de la guerra «que se vislumbra tras la esperada caída de Raqa» es la región de Deir ez Zor. En concreto, el área fronteriza entre el paso de Al Tanf y la ciudad de Abu Kamal.

El autor explica que por la zona de Al Tanf –donde las fuerzas de la coalición han perpetrado varios ataques contra los combatientes pro Assad en las últimas semanas– pasa la vía más corta entre Bagdad y Damasco, y algunos medios la han denominado «el eje iraní».

El dilema de Trump

El pasado 18 de junio, Irán atacó con misiles posiciones del Estado Islámico en la provincia de Deir ez Zor, concretamente el noroeste de la localidad de Abu Kamal. El mismo día, la coalición que lidera EEUU en Siria derribó un avión de la Fuerza Aérea nacional que combatía contra el Estado Islámico (EI) en Raqa.

«En cuestión de horas», Siria, devastada por la prolongada guerra, se vio «abocada a un nuevo periodo» que podría ser aún «más destructivo», asevera Hurtado, agregando que Trump se enfrenta ahora al dilema de escalar la guerra o «contenerse».

Dos campos en Washington

En este sentido, el periodista español recuerda que Washington está dividida en dos campos: los llamados halcones, que abogan por incrementar el nivel bélico del conflicto, y los que «evocan la invasión y el posterior infierno iraquí» para rechazar tal estrategia, «si es que la hay», pues muchos dudan «si realmente Trump tiene planes tras la caída del EI».  

A su vez, el analista de Seguridad y Defensa Jesús M. Pérez Triana se pregunta, en declaraciones a El Mundo, si EE.UU. realmente «quiere verse implicado en otra guerra», en un momento en que «aumentan las tropas rumbo a Afganistán» y se ha realizado «un discreto despliegue sobre Somalia». Según este experto, sería «un caso típico de «mission creep»»: una operación que se extiende más allá de su meta original y puede tener un final indeseado.

Con todo, hasta ahora los halcones parecen estar perdiendo la partida, sostiene Hurtado, quien recuerda las recientes declaraciones de Ryan Dillon, portavoz de la coalición. Este afirmó que si otros actores «quieren luchar contra el EI y derrotarlos», también en Abu Kamal, «no tenemos absolutamente ningún problema».

Si bien esta afirmación «no indica un giro de 180 grados» en la política de Washington en Siria,por el momento «rebaja las expectativas de una erupción cerca de Abu Kamal», concluye el periodista.

¿Por qué la coalición proestadounidense vive una crisis en Siria?

Pero otros problemas se avizoran en el horizonte del conflicto. A falta de unos objetivos fijos y una estrategia de acción de la coalición en Siria, los aliados de EEUU dejan de entender qué sentido tiene su participación en combates, sostienen analistas rusos.

Actitud expectante

Foto: Ryan U. Kledzik / Reuters

Rusia avisó tras el derribo de un bombardero sirio por parte de la Fuerza Aérea de EEUU que va a seguir a cualquier aeronave militar al oeste del río Éufrates como blanco legítimo de ataque. Suspendió también la vigencia del memorando sobre la prevención de incidentes en el cielo de Siria. Australia reaccionó precisamente ante esa respuesta rusa y alegó que cancela la acción conjunta con Washington en Siria por motivos de precaución.

El politólogo ruso Vladímir Kiréyev dijo a la agencia de noticias RT que esta decisión se debe también a que Australia «no resuelve en Siria ninguna de las cuestiones de su seguridad nacional ni tampoco tiene intereses estratégicos allí». De seguir siendo parte de la operación, solo se expondría a un riesgo adicional.

Otro experto en materia militar, Boris Rozhin, opina que Australia expresó la «actitud expectante» que comparten los «socios menores» de EE.UU. «Si la crisis va a perseverar y a afectar a los aviones de otros países de la coalición y no solo de EE.UU., pueden finalizar sus actividades en Siria y centrarse en los vuelos sobre el territorio de Irak», indicó en declaraciones al canal RT.

Primeras consecuencias

Durante los primeros día posteriores a la advertencia de Moscú no ha habido informaciones sobre algún vuelo de los aviones de la coalición a las regiones situadas al oeste del Éufrates. Sin embargo, el politólogo Kiréyev espera más ataques a las tropas y aviones de Bashar al Assad y también algunas «provocaciones con manos ajenas» contra los militares rusos. Presionar a los socios (y no sólo a los contrincantes) es parte de «la política tradicional estadounidense».

A partir de estas consideraciones, Kiréyev pronosticó que «tarde o temprano otros integrantes de la coalición seguirán los pasos de Australia», específicamente si no pertenecen a la región de Oriente Medio. A falta de unos objetivos fijos y una estrategia de acción ellos «dejan de entender qué sentido tiene su participación» en dichos combates.

Después del Estado Islámico

Soldados de la Guardia Republicana Siria. Foto: Mikhail Voskresenskiy / Sputnik

El Estado Islámico vive su peor época y dejará de existir como tal dentro de un año y medio, estima Borís Rozhin. La derrota completa del EI no va a acercar las posturas de EEUU y Rusia sobre Siria. Ellos perderán «una de las pocas razones para colaborar» y sobresaldrá el «factor kurdo».

Tampoco descarta el experto que, una vez eliminado el califato, «veamos una guerra por la independencia de Kurdistán o por la integridad territorial de Siria e Irak». Entonces las coaliciones «se transformarán en función de los intereses situacionales», pronosticó.

Los logros: dos enclaves

Ambos expertos opinan que por el momento la coalición proestadounidense no ha alcanzado las tareas que se planteaba en ninguna parte del territorio sirio.

En el sur las tropas especiales de EEUU, el Reino Unido y Noruega no desarrollaron ninguna ofensiva contra el EI y solo retuvieron una «zona de responsabilidad» sin que la puedan ampliar ahora. El Ejército Sirio salió a la frontera con Irak pasando entre aquellas fuerzas colectivas y los yihadistas, ganándoles terreno a estos últimos.

Otro enclave se ha formado en el noreste y se está apoyando en las milicias kurdas. Su mantenimiento, entre otras consecuencias, crea problemas a EEUU con uno de sus aliados, Turquía, país que desaprueba la idea de un Estado kurdo.

Los verdaderos objetivos de EEUU

Mientras tanto, la agencia de noticias siria Sana reprodujo la opinión del corresponsal del diario británico The Independent en Medio Oriente, Robert Fisk, quien sostuvo que el Gobierno sirio, apoyado por Moscú y Teherán, está llevando a cabo una lucha contra el Estado Islámico, y aseguró al mismo tiempo que Washington y sus aliados atacarían más a las fuerzas sirias que a las posiciones de los terroristas.

Fisk observa que el mapa del conflicto sirio cambia todos los días. Las fuerzas gubernamentales de Siria continúan avanzado en su lucha contra Daesh (EI) y sus aliados, con la ayuda de Moscú y Hezbolá. Mientras tanto, EEUU “exagera de manera grosera” la cantidad de las fuerzas aliadas al ejército sirio presentes en Siria.

El autor se pregunta: “¿Qué está haciendo EEUU al atacar primero la base aérea del ejército sirio cerca de Homs, luego a sus aliados cerca de Tanef y ahora al caza sirio?”.

Fisk subrayó que “parece que Washington está ahora más dispuesto a atacar a Asad que destruir al Daesh (EI)”, subrayó.

De acuerdo con el corresponsal, lo cierto es que Israel bombardeó a las tropas sirias, a Hezbolá y los iraníes, pero nunca al EI.

Fisk opinó que “a Occidente le preocupa más el uso de armas químicas que el tratamiento brutal del EI respecto de los civiles en las zonas ocupadas por el «califato» en Siria e Irak. Los estadounidenses afirman que quieren destruir a los islamistas, pero sus constantes ataques contra Damasco sugieren lo contrario”, enfatizó Fisk.

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