Yo no sé, no. Pedro se acordaba que donde estaban las vacas del último tambo que quedaba en el barrio, el dueño, Tito, los dejó hacer una canchita. Y cuando estaban jugando se sentía el olor del ordeñe que había cerquita, de la leche calentita, pura y fresquita. Pedro se acuerda también del orígen de la vacuna. Y que en aquel entonces sabía que nada le iba a pasar, que el partido salía lindo y hasta las canchas parecían más parejitas. Pero también se acuerda de la grandes epidemias que asolaron a la Argentina, como la polio del 52. En el último plan masivo de vacunación, que creo que fue contra la viruela a principios de los 70, participaron tanto la Facultad de Medicina como agrupaciones peronistas y estudiantiles, como la JUP y la UES, apoyando y logrando que llegue a los distintos barrios. Todavía se acuerda Pedro de la carita de satisfacción de los que menos tenían al tener acceso a eso que, en realidad, les pertenecía por derecho natural: estar vacunado. Y también se acuerda de las luchas políticas en toda Latinoamérica, y especialmente en Argentina, y que eran como una gran vacunación contra el flagelo de las dictaduras al servicio del coloniaje.

Ahora, cuando hace unos meses pasó por el dispensario y vio que faltaban vacunas, Pedro pensó: “Estos están meando afuera del tarro. Porque se pueden reacomodar algunos números, pero ajustar con las vacunas es casi suicida”. Por suerte las vacunas en los dispensarios aparecieron.

Ojalá que en términos políticos también empiecen a aparecer, aunque sea en pequeñas dosis, en cada trinchera, en cada corte, en cada reclamo, y que la gente entienda que se está vacunando contra lo peor que proponen estos cosos que nos gobiernan. Pedro cuando ve a los pibes jugando a la pelota, a los viejos protestando, a los trabajadores movilizados, a los estudiantes, a las Madres en las rondas, piensa que ellos también nos están vacunando en el buen sentido a nosotros, a nuestro futuro. Y a lo mejor estamos dispersos ahora, dice Pedro, pero en cada lucha, por más que sea con diferentes signos políticos, si es contra éstos, a la larga va a ser una vacunación masiva.

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