El presidente de Bolivia, Evo Morales, cuestionó que los EEUU tenga legitimidad moral para certificar políticas de lucha contra el narcotráfico cuando es el país con más elevado consumo de cocaína.

La crítica de Evo se da en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas. «¿Con qué moral EEUU certifica a otros países, cuando su consumo de cocaína es del 1,6 por ciento (de su población), mientras que la media mundial es de 0,4 por ciento?», preguntó el presidente boliviano desde su cuenta oficial de Twitter, @evoespueblo.

Aunque Morales no lo citó, la fuente de los datos mencionados es el informe mundial de la Oficina contra las Drogas y el Crimen de las Naciones Unidas (Unodc) presentado en 2016, que sitúa el consumo de cocaína y derivados como el crack, entre personas de 15 a 64 años, en el 1,6 por ciento en Norteamérica, incluidos México y Canadá, y en 0,38 por ciento para todo el mundo.

El mismo informe sitúa el dato de consumo de cocaína y sustancias derivadas en Suramérica en el 1,5 por ciento, aunque hay grandes diferencias entre los países de la región en las pautas de consumo. «Bolivia es modelo digno y soberano de lucha contra el narcotráfico, logra avances en erradicación de coca y combate al tráfico de drogas», señaló Morales citado por la agencia Efe.

El gobernante volvió a acusar a Estados Unidos de usar la lucha antidroga «para intervenir países» y no realizar «ninguna acción» para reducir el consumo en su población.

«Donde existe la DEA (agencia antidrogas de Estados Unidos) y bases militares de EEUU crece el narcotráfico, delincuencia, riqueza ilegal, élites corruptas y vendepatrias serviles», escribió. También sostuvo que fue bajo «gobiernos serviles e impuestos por EEUU, como dictaduras militares y gobiernos neoliberales», como se «inició el apogeo del narcotráfico en Bolivia».

Colombia, Perú y Bolivia son los principales productores mundiales de hojas de coca y de su derivado ilegal, la cocaína.

La hoja de coca tiene en Bolivia usos culturales, rituales y medicinales reconocidos en la Constitución, pero una parte de la producción de la planta es desviada al narcotráfico para la fabricación de cocaína. Un estudio presentado en julio del año pasado por la Unodc certificó que Bolivia tenía unas 20.200 hectáreas de coca en 2015.

En marzo pasado, el presidente Morales promulgó una ley que sube de 12.000 a 22.000 hectáreas la superficie legal de cultivos de hoja de coca en el país. Morales ya protestó en marzo contra el informe anual de EEUU sobre el narcotráfico en el mundo, que señaló a Bolivia, Birmania y Venezuela como los países donde existe un mayor «fracaso demostrable» a la hora de implementar sus obligaciones internacionales en la lucha antidrogas.

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