Los secretarios generales de la CTA de los Trabajadores y Autónoma, Hugo Yasky y Pablo Micheli, respectivamente, anunciaron la realización de una movilización «a nivel nacional», que será debatida en los próximos días.

«Podría hacerse efectiva el 9 de julio próximo, Día de la Independencia, con una movilización hacia Plaza de Mayo», evaluó Micheli, y ambos dirigentes esperan que se sume la CGT, luego de que las tres centrales obreras rechazaran este martes el nuevo monto del salario mínimo fijado por el Gobierno, que prevé un aumento del 20,3 por ciento, pero que se pagará en tres tramos y recién alcanzará a 10 mil pesos en julio de 2018, de acá a más de un año.

La medida, si bien «podría hacerse efectiva el 9 de julio próximo», según propuso Micheli en declaraciones a radio Rivadavia, también podría ser la «primera semana de agosto», estimó Yasky.

«Estamos pensando en una convocatoria a una marcha nacional que seguramente será en la primera semana de agosto. También se están tirando líneas a compañeros de la otra CTA y la CGT», deslizó Yasky en Radio Diez desde Roma, donde participa del Congreso de la Central Italiana cuyos integrantes -alrededor de 1.500 dirigentes- se reunieron con el papa Francisco.

Micheli, que es precandidato a diputado nacional por el frente Creo en la provincia de Buenos Aires, cuestionó que en la reunión de este martes, a la que concurrieron representantes de las tres centrales obreras, empresarios y el Poder Ejecutivo, el ministerio de Trabajo «terminó laudando a favor de los empresarios».

Micheli explicó: «Pensamos que el Gobierno iba a laudar partiendo la diferencia, es decir, que si nosotros pedimos 14.600 pesos, que es la canasta de pobreza según el Indec, y los empresarios ofrecen 9.800 pesos, suponíamos que iba a laudar en 12 mil, pero termina laudando 200 pesos más que los empresarios ofrecían».

Para el titular de la CTA-Autónoma, «la bronca es mayor porque no hay un ministerio de Trabajo imparcial» y calificó a la cartera que conduce Jorge Triaca de «defender los intereses de los empresarios».

«Los empresarios lloran todo el tiempo, y no son las pymes, son los sectores más concentrados, pero los sacrificios y la espalda la tienen que poner los trabajadores y los jubilados», aclaró el dirigente gremial al agregar que «el gobierno apaña eso diciendo que el problema son los juicios laborales y que hay que bajar los costos laborales».

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