La condena de un juez brasileño -sin demostrar una sola prueba que la justifique- contra quien fuera el primer presidente obrero en nuestra Patria Grande, es la forma más vergonzosa que ha elegido el revanchismo de las clases dominantes de todo el continente para impedir que Lula vuelva a ser presidente de su país.

Este fallo brutal se produce justo cuando el senado brasileño aprueba la reforma laboral impulsada por Temer. El aumento de la jornada de trabajo a 12 horas diarias; la desaparición de las horas extraordinarias y su consiguiente remuneración; la reducción del tiempo de descanso en cada jornada; la fragmentación en tres períodos de la licencia anual por vacaciones y la agilización de los procesos de despido, así como la fragilización de la presencia sindical en la institucionalidad laboral, configuran una ofensiva sin precedentes contra los derechos ciudadanos de los trabajadores.

La CTA repudia tanto la condena al compañero Luiz Inácio Lula da Silva, como la reforma laboral, pues una y otra medida han sido forjadas en las calderas del odio de clase del gran capital.

* Hugo Yasky (Secretario General de las CTA) Carlos Girotti (Secretario de Comunicación).

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