Luego de una semana en la que se conoció un fallo del juez Moro en su contra, el ex presidente brasileño recibió este jueves el apoyo de sus partidarios en varias ciudades del país y sufrió la indiferencia de los medios complotados en su contra. Sin embargo sigue a la cabeza de los sondeos, mientras el país se hunde con recetas archiconocidas.

“Si tuvieran una denuncia, una prueba de que Lula recibió cinco céntimos, por favor (…), aprendí a andar con la cabeza erguida por este país y no voy a bajarla”, dijo el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, este jueves, ante miles de personas que le expresaron su apoyo en varias de las principales ciudades del país. Fue el colofón de una semana en la que el líder popular, favorito en los sondeos de cara a 2018, fuera condenado en un polémico fallo a nueve años y medio de cárcel por supuesta corrupción, “una farsa judicial”, según el propio dirigente. Para la prensa opositora que maneja el monopolio mediático brasileño O Globo el acto en respaldo a Lula fue tuvo “escasa adhesión”.

Las consignas más repetidas en San Pablo fueron: «Unas elecciones sin Lula son un fraude» y «Lula, guerrero, del pueblo brasileño». Pero además, hubo concentraciones de respaldo convocadas por el Partido de los Trabajadores (PT), el sindicato Central Única de los Trabajadores (CUT) y movimientos sociales del país, en Río de Janeiro, Belo Horizonte, Curitiba y Porto Alegre, bajo el lema «Democracia con Lula».

Los manifestantes denunciaron que Lula es víctima de una persecución mediática y jurídica para evitar que sea candidato en las elecciones de 2018 y que pueda volver al poder.

“Aprendí a andar con la cabeza erguida por este país y no voy a bajarla, quiero que prueben mi culpa”, enfatizó Lula en alusión a su inocencia y sostuvo que Brasil necesita un presidente “sin complejos de inferioridad” y que no tenga prejuicios contra los pobres, las periferias, los negros, las mujeres y la población LGBT.

“Los pobres son los que mueven la economía de este país, tal vez sea por eso que no los soportan”, dijo en referencia a las élites políticas y económicas que dominan el país.

Un departamento

Lula fue condenado por el mediático juez Sergio Moro por un delito de corrupción pasiva y blanqueo de dinero por supuestamente haber recibido un departamento de manos de la constructora OAS como agradecimiento por los favores prestados en la trama de Petrobras. Lula niega ser propietario del inmueble.

El magistrado le autorizó en su decisión a esperar en libertad el fallo de su apelación, que de confirmarse podría impedirle presentar su candidatura en las presidenciales de octubre de 2018. Para Lula se trata de “una farsa judicial”.

Moro ordenó además bloquear todos sus bienes. A las cuentas bancarias, los tres apartamentos, el terreno y los dos vehículos ya embargados se agregó este jueves la retención de dos planes de jubilaciones que sumaban 9 millones de reales (2,8 millones de dólares al cambio actual). El juez Moro evaluó en 13,7 millones de reales el monto de los bienes que deben ser bloqueados para «garantizar la reparación del daño».

Además, lo citó a declarar –probablemente por videoconferencia– el próximo 13 de septiembre en otra de las cinco causas abiertas en su contra.

«Tengo 71 años, me gustaría que hubiera un montón de gente nueva en el PT disputando [la candidatura de] 2018. Pero ocurre que los líderes políticos no crecen todos los días», afirmó durante un diálogo con periodistas transmitido en YouTube.

Dispuesto a demostrar que está en forma, Lula publicó esta semana un video en que se lo ve corriendo sobre una cinta o levantando pesas. «Quiero volver para probar que es posible recuperar este país», añadió.   

Su eventual camino de vuelta a Brasilia, está condicionado por la causa en Porto Alegre, sede del tribunal de segunda instancia que decidirá si ratifica la primera condena y le saca de la carrera electoral, o si, por el contrario, lo absuelve y lo autoriza.

Hachazos al pueblo

Mientras tanto, el vecino país soportó un nuevo aumento de combustible del 7 por ciento que amenaza a trasladarse a precios y dar otro golpe a los bolsillos cada vez más flacos de los trabajadores. Es la continuidad de un gobierno insaciable, luego de la aprobación de la reforma laboral que impulsó su presidente Michel Temer, que entre otros puntos, amplió la tercerización y los acuerdos individuales en detrimento de los convenios colectivos de trabajo, eliminó el pago de viáticos por desplazamiento hacia y desde el trabajo, facilitó los despidos y recortó indemnizaciones y permite que mujeres embarazadas y en período de lactancia realicen trabajos insalubres.

Baile carioca

Estas noticias son música para los oídos del presidente Mauricio Macri para avanzar en el mismo sentido. En consonancia el gobierno argentino viene responsabilizando al sindicalismo, a los abogados laboralistas y hasta a los propios trabajadores de los fracasos de su gobierno, la no creación de empleo y la ausencia de inversiones.

Pero no es la única sociedad amorosa entre líderes inescrupulosos de ambos países, protegidos por nada menos que por los Estados Unidos. La justicia brasileña pidió a su par de los Estados Unidos que no revele información sobre el caso Odebrecht a la Argentina, al considerar que el país no puede cumplir con el mantenimiento de los secretos tal como exige el acuerdo de delación premiada que permitió al vecino país obtener declaraciones clave de ejecutivos y funcionarios ligados al escándalo.

Representantes de la justicia argentina fueron a los Estados Unidos para intentar obtener información directamente de los americanos, que, en diciembre, firmaron un acuerdo con Odebrecht.

El asunto fue mencionado en el encuentro del equipo del procurador general de la República, Rodrigo Janot, con autoridades del Departamento de Justicia en esa semana en Washington, según publicó el diario El Cronista.

El procurador general de la República, Rodrigo Janot, pidió a las autoridades americanas que no compartan con la Argentina las informaciones obtenidas a partir de delaciones realizadas por ejecutivos de Odebrecht.

La semana pasada, un grupo formado por cuatro jueces y dos procuradores argentinos estuvieron en Washington para requerir información sobre Odebrecht que ellos no estarían conseguido de Brasil.

Adios a Marco Aurelio García

El historiador brasileño Marco Aurelio García, que fue asesor de Asuntos Internacionales en los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, falleció este jueves a los 76 años víctima de un infarto, informaron fuentes políticas.

Durante las gestiones de Lula y Rousseff, García fue un hombre clave en la política exterior de Brasil y en especial en todo lo relacionado con América Latina, región a la que dedicó gran parte de su vida política.

García que era amigo cercano del expresidente Lula sufría de problemas cardíacos y se atribuye su muerte a un ataque fulminante al corazón según informó el presidente del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffman.

Fue profesor de historia retirado de la Unicamp y se graduó en filosofía y derecho en la Universidad Federal de Rio Grande do Sul. Comenzó la vida pública como concejal en Porto Alegre en la década de 1960, en el antiguo Partido Republicano.

Durante la dictadura en Brasil se exilió en Chile y Francia, al regresar a Brasil en 1979, ayudó a fundar el PT y estuvo vinculado con los pensadores de izquierda de Brasil, además fue fundador del grupo de países con economías emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

La semana pasada el historiador asistió al acto de solidaridad con el expresidente Lula organizado por el PT para apoyar al exmandatario ante las acusaciones y posterior condena por supuesta corrupción.

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