A contramano de lo que dice el gobierno, la devaluación hace escalar el índice inflacionario, impacta en el valor de los alimentos y recorta salarios. Pese a restarle importancia, la nueva disparada del billete estadounidense y sus consecuencias son una amenaza electoral para el oficialismo.

La disparada en la cotización del dólar, que marcó otro récord al rozar los 18 pesos, reavivó la tensión de los precios de la economía por su efecto contagio. Proyecciones privadas ubican a la inflación de julio por encima del 2 por ciento. Desde el gobierno nacional insisten en restarle importancia a la nueva corrida diciendo que no hay motivos para preocuparse. Sin embargo, los movimientos del dólar pueden resultar negativos para los planes del oficialismo en plena campaña rumbo a las Paso del próximo mes porque empuja al alza los valores de los alimentos, rubro que pega de lleno en sectores de menores ingresos, y recorta poder de compra de los ya castigados salarios de los trabajadores.

En las últimas semanas el salto en el tipo de cambio fue de alrededor del 10 por ciento. Es un impulso brusco que tiene consecuencias sobre la marcha de la economía doméstica. El gobierno jura y recontrajura que la suba del billete verde no impactará en los precios, una aseveración que dista mucho de lo que ocurre en las góndolas del supermercado, donde carne, frutas, bebidas, yerba, aceite, leche, entre otros productos de la canasta básica, ya fueron remarcados. El macrismo hacía un planteo similar a principios de 2016 cuando aseguraba que los precios ya tenían incluido el valor del denominado dólar blue a 15 pesos. Lo cierto es que la megadevaluación en el arranque de la gestión llevó el año pasado el índice inflacionario a más del 40 por ciento.

“La corrida sobre el dólar parece ensombrecer el clima económico. Su previsible impacto inflacionario potenciado por las subas en combustibles promete llevarse puestos los aumentos salariales dejando en espera la reactivación del consumo. La suba de tasas del Banco Central para contener la escalada del dólar encarece el crédito al consumo contribuyendo también a su estancamiento. De esa manera, el programa económico electoral queda rengo y descansa únicamente en el impulso de la actividad de la construcción por medio de la obra pública”, se señaló en el último informe de coyuntura que difundió el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso).

En el reporte se indicó, a la vez, que “la política económica oficial busca generar un «veranito de San Juan» de cara a los comicios de octubre. El impulso a la obra pública motorizó el incremento de la actividad de la construcción por tercer mes seguido, generando 20.000 puestos de trabajo desde diciembre del año pasado y traccionando a las industrias proveedoras (minerales no metálicos, metales básicos). La partida de obras públicas posee la mayor ejecución presupuestaria y, junto a las transferencias corrientes a las provincias, se concentran en distritos oficialistas (Jujuy, +122%, Buenos Aires, +101%, Capital Federal, 92%), donde el gobierno nacional busca afianzar su dominio político territorial”.

“La segunda pata del programa económico electoral –continuó el informe del Ceso– estaba constituida por el descenso esperado de la inflación que, en el contexto de las subas salariales pactadas en paritarias, prometía recomponer el consumo interno. De esa manera, el oficialismo proyectaba compensar el impacto económico de las pérdidas de puestos de trabajo en los sectores industriales más golpeados por la apertura importadora y llegar a las elecciones con una economía en movimiento ascendente”.

Pero nada de esto sucedió. Por el dólar y los combustibles, la inflación de julio podría llegar al 2,2 por ciento, con lo cual el aumento anualizado de precios al consumidor rondaría el 25 por ciento. La meta inflacionaria que se trazó el Banco Central del 17 por ciento quedará sólo en los papeles. El rebote en los precios por el efecto dólar perturba el mercado interno y despierta incertidumbre en la población, tenga o no tenga dólares debajo del colchón. La banca pública salió a frenar el alza de la cotización oficial del dólar y volvió a recalentar el mercado cambiario ilegal, donde la cotización del billete verde superó los 18 pesos.

La gestión de Federico Sturzengger en el Banco Central es mediocre. Frente a la creciente demanda de la moneda norteamericana, sobre todo de parte de grandes compradores, la baja liquidación de agrodólares y las presiones verdes del mercado, la conducción ortodoxa de la autoridad monetaria atina a subir y bajar la tasa de interés, usar reservas para la fuga de capitales y aceitar la especulación financiera con las Lebac. Y no mucho más.

“La política de Sturzenegger no es bajar la inflación, sino bajar el salario”, sostuvo el ex director del Banco Central Pedro Biscay, echado de su cargo por criticar la bicicleta financiera, en otra demostración de diálogo y pluralismo de parte de la alianza macrismo-radicalismo. Biscay fue desplazado por “mal desempeño”, como si aumentar la inflación, generar inestabilidad y recesión, aumentar el desempleo y promover la exclusión social fuese un “buen desempeño” de la conducción del Banco Central y de la política económica de Cambiemos.

“Más allá de la retórica del gobierno, el impacto de la devaluación en los precios está descontado en el corto plazo. En los próximos meses, atravesados por la incertidumbre que caracteriza a los períodos electorales, la flotación cambiaria y la apertura irrestricta de la cuenta capital serán puestas a prueba una vez más”, se indicó en el último informe de coyuntura que publicó el Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala.

“En este contexto, el carácter transitorio del impulso fiscal del gobierno, dado por la necesidad de mostrar resultados en materia fiscal hacia fines de este mismo año, configura un escenario altamente incierto para la economía real luego de las elecciones”, agregó el documento de análisis y estadísticas.

Y completó: “En el centro de la discusión sobre la recuperación se encuentra el salario real, que mejoró en la segunda mitad de 2016 pero dejó de crecer en 2017. Aunque el poder adquisitivo mejore en el bimestre mayo–junio con motivo del cierre de paritarias importantes (comercio y construcción), la vigencia plena de las nuevas tarifas en invierno, los aumentos programados en servicios regulados y el traspaso a precios de la devaluación pueden volver a amenazar al consumo”.

En los 19 meses de gestión macrista el dólar saltó de 9 a casi 18 pesos, y va por más. El gobierno plantea que no hay relación entre el dólar y la inflación. De todos modos, la devaluación de la moneda nacional durante la alianza PRO-UCR derivó en picos inflacionarios. El ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, que mucho no confía en la economía que él mismo maneja porque guarda su fortuna en el exterior, según se desprende de la última declaración jurada, dice que hay desacople entre el valor del tipo de cambio y los índices de precios. La aceleración inflacionaria que en pocos días más anotará la medición nacional del Indec desmentirá sus afirmaciones. La negación sistemática de la realidad puede resultar peligrosa.

Más notas relacionadas
  • Esperando el milagro

    Los paliativos anunciados por Massa, como el refuerzo para trabajadores informales, se dan
  • El plan no cierra

    Milei, motosierra en mano, propone podar el gasto público en perjuicio de grandes mayorías
  • Sergio Tomás Medidas

    Para morigerar el golpe de la inflación, que tras la devaluación llegó a dos dígitos, el m
Más por Guillermo Griecco
  • ¿De qué se cansó “la gente”?

    En medio de una hecatombe social, Malena Galmarini lanzó una piedra en aguas peronistas de
  • Frentes y Franjas, pujas y alianzas

    Tras la nueva disputa electoral con resultados similares a los de años anteriores, en el m
  • La vergüenza

    Vergüenza es robar y no llevar nada a la casa. A los 9 años tenía una amiga. Yo la amaba,
Más en Columnistas

Dejá un comentario

Sugerencia

En Diputados no hubo quorum para tratar el presupuesto de las universidades

Unión por la Patria había pedido una sesión especial para tratar el tema junto con la rest