El primer ministro paquistaní Nawaz Sharif, renunció esta semana después de que el Tribunal Supremo lo inhabilitase por su falta de “honestidad” al no revelar ingresos que recibía de una empresa de un hijo en el exterior, irregularidad que salió a la luz durante una investigación por los Panama Papers. La situación de Sharif es menos comprometida que la del presidente argentino Mauricio Macri, quien –además de las cuentas de su padre- fue descubierto formando parte del directorio de varias compañías offshore.

Sharif, de 67 años, se vió obligado a dimitir por tercera vez en su carrera política poco más de un año antes de las siguientes elecciones generales, lo que le impide convertirse en el primer mandatario paquistaní en acabar un mandato en los 70 años del país. El ex premier reúne algunas características reconocibles para los argentinos: empresario exitoso, ligado a los sectores más conservadores. Cuando se exilió por los litigios internos en su país, se radicó nada menos que en Arabia Saudita, el aliado central de los Estados Unidos en la región.

Los cinco jueces del tribunal decidieron unánimemente que Sharif está inhabilitado por no haber incluido sus “activos” procedentes de una empresa de un hijo en Emiratos Árabes en su declaración de bienes cuando se presentó como candidato en las elecciones que ganó en 2013. Luego, la Comisión Electoral informó que Sharif ha quedado inhabilitado como parlamentario nacional. Tras su salida, el Gabinete quedó disuelto de forma automática y ahora el Parlamento debe elegir a un nuevo primer ministro.

El tribunal ordenó además al Buró de Responsabilidad Nacional (NAB), el organismo encargado de la lucha contra la corrupción, abrir un proceso contra Sharif y sus hijos Hasan, Husain, Maryam y el marido de esta, Mohamed Safdar Awan, para investigar las posesiones de varias propiedades en Londres y compañías en paraísos fiscales. El ministro paquistaní de Finanzas, Ishaq Dar, también será investigado por el NAB por posesión de activos por encima de sus ingresos declarados.

MACRI. Vale recordar que la filtración de los Panama Papers en 2016 reveló que varios mandatarios y ex mandatarios tenían empresas y cuentas en paraísos fiscales que no habían sido declaradas. En todo los casos se presume que fueron utilizadas para el lavado de dinero. Los Panama Papers permitieron saber que el presidente Macri fue director en la sociedad Fleg Trading Ltd, registrada en las islas Bahamas desde 1998 y con funcionamiento hasta 2009. En este contexto, apareció una segunda empresa vinculada al presidente Macri, Kagemusha SA, integrada en mayo de 1981 y que todavía está activa según el Registro Público de Panamá.

Pero hay más. El diputado del Frente para la Victoria (FpV) Neuquén Norman Darío Martínez presentó ante la fiscalía a cargo de Federico Delgado una ampliación de su denuncia en la causa contra Mauricio Macri que se tramita en el juzgado de Sebastián Cassanello, quien rápidamente se declaró incompetente. Se incorporaron a la causa elementos de prueba sobre 50 sociedades pertenecientes al Grupo Macri radicadas en distintos “paraísos fiscales”. Se agregaron sociedades “madres” o “nodrizas” que demuestran la mecánica de las “mamushkas”; empresas dentro de otras para ir ocultando el dueño original.

El listado, según la denuncia, consta del nombre, número de identificación, fecha de inicio, y titulares del Directorio. En 17 casos figura algún Macri en su Directorio, en los demás se trata de ex-funcionarios y empleados del grupo. Están radicadas en diferentes “paraísos fiscales”: “29 en Panamá; 3 de Hong Kong; 4 de Uruguay; 3 del estado de Florida; 4 de Bahamas;1 de Londres; 1 de New York; 1 de Belice; 1 en Dubai; 2 Grand Cayman y 1 de Brithish Island; De 1976 a 1999 se constituyeron 20 sociedades; del 2000 al 2015 fueron 30, lo que habla de permanencia en el tiempo y una actividad muy intensa en los últimos diez años.”, de acuerdo a la presentación.

Por estas horas, sin embargo, arrecia la campaña mediática sobre presuntas irregularidades en la gestión gubernamental anterior. Nadie habla de los Panamá Papers. La mordaza impuesta sobre el tema es tan plena que el diario La Nación, que participó en la investigación original a través de varios de sus periodistas, ha volatilizado la información hasta sugerir tácitamente que se trata de un asunto resuelto. Lejos de eso, las revelaciones siguen involucrando de modo directo al titular del Ejecutivo, quien a falta de crecimiento económico manifiesta reiteradamente que su gobierno lidia con la corrupción y enfrenta al narcotráfico. Vale entonces insistir en que la vertebración misma de la filtración surgida del estudio Mossack Fonseca, evidencia que los fondos de las firmas indicadas se originaron en latrocinios administrativos y en el tráfico de sustancias ilegales.

*Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica

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