En una escandalosa votación, el macrismo sumó los 8 votos necesarios para suspender e iniciar juicio político al camarista Eduardo Freiler. Señalan la complicidad del titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, en la maniobra.

El plenario del Consejo de la Magistratura comenzó con un fuerte cruce entre el consejero macrista Juan Bautista Mahíques y el diputado del Frente para la Victoria (FPV) Rodolfo Tailhade. Es que la composición del plenario era de 12 miembros en lugar de 13, de tal modo que se trataba de una mayoría circunstancial conseguida ante la ausencia por horas de un consejero opositor.

Ante el tratamiento de un caso de tan extrema gravedad, como es la suspensión de un juez de Cámara y la habilitación para que se inicie el proceso de juicio político en su contra, el macrismo avanzó como una topadora contra todos los reglamentos del Consejo, y el magistrado fue acusado por “mal desempeño en sus funciones” y quedó suspendido en su cargo.

Cabe consignar que para dar comienzo a un jury de enjuiciamiento es necesario contar con dos tercios de los votos del Consejo, que actualmente está integrado por trece miembros, por lo cual hacen falta nueve votos.

Este miércoles se había pactado que, ante la expulsión del senador sanjuanino del FpV Ruperto Godoy, su reemplazante Mario Pais jurara ante el presidente de la Corte Suprema a primera hora de este jueves.

Sin embargo, según refiere la periodista Irina Hauser en el diario Página 12, el titular del tribunal supremo, Ricardo Lorenzetti, le dijo a Pais que no podía jurar como como consejero, pero que se quedara tranquilo porque Godoy podía seguir en la Magistratura hasta que se oficializara el juramento. “Cambiemos hizo el resto del trabajo y avanzó contra Freiler”, sostiene Hauser.

El escandaloso inicio del proceso contra Freiler se logró con votos exclusivamente macristas y aliados tácitos: la presidenta del Consejo, Adriana Donato; el representante del Poder Ejecutivo, Juan Bautista Mahíques; los jueces Luis María Cabral y Leónidas Moldes; el diputado nacional radical Gustavo Valdés; el senador radical Ángel Rozas; el diputado del PRO, Pablo Tonelli; y el abogado Miguel Ángel Piedecasas.

Al menos tres causas en las que intervino Freiler generaron el encono personal del presidente Mauricio Macri y de su administración: dictaminar que prosiga la indagatoria de los jerarcas del Grupo Clarín y La Nación por la apropiación de Papel Prensa; el apartamiento del juez Claudio Bonadio del caso Hotesur, y el aval que dio al archivo de la denuncia  de Alberto Nisman contra Cristina Fernández de Kirchner por encubrimiento.

Hace exactamente dos meses, el 17 de junio, el propio diario Clarín publicó que el miembro de la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal “volvió a criticar al presidente Mauricio Macri y consideró que hay jueces que deben querer meter presa a Cristina Fernández de Kirchner durante la campaña”.

En ese mismo artículo, Freiler aseguró, ante las presiones de Macri para removerlo: “Esto es gravísimo. De una gravedad institucional inusitada en una democracia que el Presidente pretenda echar a los jueces que no actúen como él quiere. Se arroga la capacidad de decir quiénes han cometido delitos y quiénes no. Es una directa intromisión en el Poder Judicial».

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