“Las escuelas preguntamos: ¿dónde está Santiago?”. Ese es el nombre de la campaña nacional que, desde el 30 de agosto hasta el 6 de setiembre, desarrolla la Ctera en todo el país en establecimientos educativos de los niveles inicial, primario y secundario, con propuestas pedagógicas –a las que se suman clases abiertas y otras acciones– específicas acordes a cada uno de ellos. “Es una campaña para que en las escuelas se aborde el delito de la desaparición forzada de Santiago Maldonado”, explica Javier Almirón, secretario gremial de Amsafé, sindicato que también se sumó a la ronda de las Madres del último jueves y a la movilización del viernes 1° de setiembre –al cierre de esta edición– en las que se exigió la aparición con vida del joven.

Frente a una nueva versión del negacionismo del gobierno nacional –de la que dieron cuenta varios de sus funcionarios en relación a los crímenes de la última dictadura– la campaña del gremio docente se basa en entender que el de Santiago es un caso de desaparición forzada y lo articulan con la promoción y defensa de los derechos humanos, y también con el fenómeno de la violencia institucional, que en algunos casos afecta a sus propios alumnos.

“La carátula de la causa judicial es por desaparición forzada. No lo dice Ctera, lo dicen la Constitución y los pactos internacionales que ha suscripto Argentina. Es un delito que se comete todos los días y es un delito en el cual se invierte la carga de la prueba mientras no aparezca Santiago. Por lo tanto, es el Estado el que debe demostrar que no es así”, afirma Almirón.

En el territorio santafesino, la movida docente ha tenido la aprobación explícita del Ejecutivo provincial, a diferencia del gobierno nacional –también el bonaerense– que, en el marco de su plan de ocultamiento de lo sucedido y de descalificación a quienes reclaman la aparición de Santiago, pretende mostrar la acción de la Ctera como un intento de “adoctrinamiento”.

En cierto modo, el ataque oficial es una suerte de remake de lo que ocurrió meses atrás cuando los trabajadores reclamaban por sus paritarias, incluso con los mismos aliados, la corporación mediática y a los trolls. Estos, además de no escatimar engaños a la sociedad ni injurias contra los maestros, promueven acciones en las que tratan de enfrentar a los padres con los docentes.

Un movimiento de pinzas

“Esto de los trolls que mantiene el gobierno dentro de la estructura del Estado ya lo conocemos y lo hemos padecido. A ellos se suma, en consonancia y en un movimiento de pinzas, la intervención de dos o tres medios de comunicación muy grandes, desde donde parten los principales cuestionamientos”, explica Almirón.

Entre las jugadas desplegadas, se destacas la proliferación de hashtags agresivos, la creación y difusión de un modelo de carta para que los padres presenten en las escuelas a los fines de que sus hijos no sean víctimas de un “adoctrinamiento” de Ctera y la divulgación de una línea 0800 del Ministerio de Educación bonaerense “para denunciar la intromisión política en las escuelas”.

Respecto de esta última, en rigor se trata de un servicio telefónico preexistente, que se utilizaba para consultar sobre becas o problemas edilicios en los establecimientos educativos. De todos modos, el tiro parece haber salido por la culata, porque la casilla se llenó de mensajes preguntando “¿dónde está Santiago?”, lo que hizo que la tuvieran que desactivar.

Respecto de las críticas, Almirón observa que los detractores “tratando de asumir una posición de cuidado de los niños, repiten esquemas conservadores de que no hay que involucrar a los chicos en la política; y cuando ellos y la escuela viven atravesados por la política”.

En ese sentido, apunta: “Cuando hay una determinación de no construir tres mil aulas de jardines de infantes prometidos en campaña electoral por el ministro de Educación, hay una decisión política; cuando los programas socioeducativos que fueron de discusión y promoción de derechos en materia de educación son eliminados del sistema, esos niños, jóvenes y adolescentes también están atravesados por decisiones políticas”.

Luego, aclara: “Lo que ocurre es que confunden ideológico político con partidario y la verdad es que Ctera, en este caso, tiene un claro posicionamiento ideológico político. Por eso, se realiza este material; pero eso no es un cuestionamiento partidario al actual gobierno”.

Pese a los ataques, el secretario gremial resalta la buena acogida que ha tenido la propuesta, que además del caso puntual de Santiago Maldonado dispara el debate hacia la problemática de la violencia institucional. “Muchos chicos de barrios y de zonas suburbanas son víctimas del accionar de la Policía, y la verdad es que se logra esta identificación y una lectura crítica no solo de lo que está pasando con Santiago sino de lo que ocurre en cada barrio, en cada comunidad”.

Con fundamento

Para la Ctera y Amsafé, que han dado sobradas pruebas de capacidad para instalar problemáticas y dialogar con la sociedad en la reciente “Aula Itinerante”, son frecuentes este tipo de campañas. Por caso, las han desplegado, en aniversarios del Golpe o en el marco del Ni una menos y siempre cuentan con gran adhesión no solo de los docentes sino de los alumnos y sus familias.

Como se ha dicho, los gremios docentes tienen herramientas para desplegar campañas en las aulas y en este caso, según cuenta Almirón, en el diseño de “Las escuelas preguntamos: ¿dónde está Santiago?” han participado las Secretarías de Cultura, de Información, y Derechos Humanos de la Ctera. Estas han elaborado materiales para trabajar en el aula, discriminados por niveles, que le han llegado a todos los docentes del país, ya sea de manera impresa o en formato digital por correo electrónico. A la vez, esas cartillas se pueden descargar de los sitios de la Ctera y, en nuestra provincia, de Amsafé.

“La propuesta no es obligatoria, la toman aquellos docentes e instituciones que quieran abordarla, porque crean que es pertinente y necesaria la discusión acerca de este tema en la formación de jóvenes con una lectura crítica de lo que ocurre, promoviendo una formación que tienda al respeto de los derechos humanos, a una sociedad democrática, más justa, más igualitaria”, afirma el secretario Gremial de Amsafé.

El respaldo de la provincia

En el territorio santafesino, resultó valiosa la expresión del secretario de Educación provincial, Oscar Di Paolo, quien sin salir del corsé institucional, dejó entrever su aval a la campaña de la Ctera.

Al respecto, Almirón opina: “Nos parece que tiene una lectura que coincide en líneas generales con el planteo de Ctera. Estamos conformes con sus declaraciones y nos parece que sirven para que los compañeros docentes, que estaban con muchas precauciones o reparos a la hora de trabajar este material, entiendan que no todos los gobiernos, no todos los funcionarios tienen esta actitud reaccionaria y conservadora de los funcionarios a nivel nacional y de la provincia de Buenos Aires, y que hay un margen para trabajar y abordar estos temas en el amplio espíritu de la libertad de cátedra, planteando este compromiso de los sindicatos docentes con los derechos humanos”.

Luego, el propio gobernador, Miguel Lifschitz, fue más explícito al pronunciarse: “Confiamos en los docentes de la provincia y sabemos que cualquier tema puede ser abordado, adecuado a la edad de los alumnos y a los contenidos de la enseñanza de cada momento”.

Fuente: El Eslabón

 

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