El rosarino Litto Nebbia y el cuarteto porteño Pez, grabaron en comunión Rodar: un disco de contundentes versiones clásicas de los orígenes del rock en castellano y algunas buenas nuevas.

“Así empezó esta historia, mucho tiempo atrás, sin usar calendarios ni celular”, reza la primera canción del último trabajo de Nebbia, la acústica Rodar. No para, y sigue: “Ruedan las horas sin avisar, como puñal, se quieren clavar”. A Litto lo acompaña la banda Pez, de Buenos Aires, demoledora y sensible, con más de dos décadas en la escena underground, con Ariel Minimal Sanzo, a la cabeza, en guitarra y voz; Juan Ravioli, teclados, guitarras y coros; Franco Salvador, batería y coros; y Fósforo García, en bajo eléctrico. La comunión entre los músicos parió un disco que incluye La Balsa, aquella canción que Nebbia y José Alberto Iglesias, mucho más conocido como Tanguito, compusieron en La Perla de Once, como cuenta la leyenda; y que luego Los Gatos grabaron con gran éxito en 1967, lo que permitió abrir una nueva ventana a la canción latinoamericana: un estilo rock, importado de otras pampas, fusionado con estilos y poéticas del sur del continente.

La semana pasada Litto Nebbia volvió a su cuna para dar puntapié a la muestra de archivo El compositor no se detiene. Nebbia a 50 años de La Balsa, que lo tiene como protagonista junto a sus compañeros de Los Gatos. Al día siguiente presentó su libro, Mi banda sonora, y compartió unas canciones con Los Balseros, grupo que se armó para la ocasión, integrado por Pablo Read, Iván Tarabelli, Ezequiel Pombo, y Alejandro Lombardi. El tercer día, el hacedor de más de un centenar de discos, salió al escenario del teatro Lavardén junto a Pez, con quienes compartió una noche intensa tocando en vivo las canciones que quedaron impresas en Rodar. Composiciones de Nebbia clásicas como Rock de la mujer perdida, Los días de Actemio, Lágrimas de María, Hogar, y Mujer de carbón, con todo el poder eléctrico y cancionero que despliegan los del Río de la Plata; y las versiones emotivas de El rey lloró, aparecida en el primer álbum de Los Gatos y que Nebbia reveló como una metáfora de la dictadura de Onganía, fundida con la emotiva Madre escúchame: “Quiero andar rodando, rodando, sin volver quién sabe hasta cuándo, pero madre, de tí me acordaré”. Y temas como Cadenas y Moneda y No fui hecho para esta tierra, momento en que Nebbia deja el órgano Hammond para pelar un solo de guitarra. Dos composiciones a dúo entre el ex Fabulosos Cadillacs y Martes Menta, y el otrora cantante de los Wild cats y Los Gatos Salvajes: Aromas de la esquina y Las Palabras Mágicas. Y La Balsa, claro, reconstruida por Nebbia y Pez, una versión rocanrolera de aquél escape musical que reflejaba la disconformidad imperante de los jóvenes a fines de los años 60, y los aires libertarios y floridos que llegaban de otras latitudes del planeta. También sonaron de yapa Para las almas sensibles, cosecha propia de Pez; y y el clásico Sólo se trata de vivir. Sobre el final del show, al igual que en el disco, apareció Pato trabaja en una carnicería, una composición creada por otro pionero de la época: Mauricio Birabent, alias Moris. Y un final con una versión progresiva e instrumental de Rodar. La alquimia en su punto máximo.

Independencia y libertad

Litto Nebbia, como otros referentes del rock en castellano, cantaron contra el yugo militar, el racismo, y la indiferencia. Los Pez, obreros de la música como alguna vez se definieron, tomaron la posta de la pesada y generosa herencia. “Hay cosas inherentes a la naturaleza humana que nos interesa, y hay palabras como la «libertad», que se reiteran en nuestra obra, sin saber muy bien de qué estamos hablando, pero sabiendo que es un lugar hacia donde queremos ir”, explicó Minimal años atrás.

Rodar fue publicado este año por el sello Melopea que produce el rosarino.“La idea de esta reunión, que se prolongará en algunas otras producciones y una serie de conciertos, surge a partir del carácter tenazmente independiente con que ambos artistas han llevado adelante sus propuestas siempre. Otra manera de consolidar la unión entre los músicos. “¡Viva la música!”, cuenta un fragmento de la edición.

Ayer nomás

La muestra fotográfica Nebbia a 50 años de La Balsa, con álbumes y misceláneas, se expone en la sala de las Miradas, Plataforma Lavardén, de lunes a viernes, de 10 a 19 hasta el 30 de septiembre, Mendoza y Sarmiento.

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