Una deuda impagable, préstamos sin documentar con dinero de terceros, cambio de dólares y de cheques con descuento en “cuevas” céntricas, una relación extramatrimonial oculta y ansias de poder y riqueza constituyen la trama del juicio oral por el asesinato de 64 puñaladas del gerente financiero de MC Catering, empresa perteneciente a la familia Cura, por el que son juzgadas desde esta semana dos mujeres, madre e hija, quienes fueron detenidas hace dos años en Córdoba cuando huían a Mendoza. El fiscal del caso, Miguel Moreno, pidió prisión perpetua para Virginia Carolina Seguer (40) y su madre Alicia Fernández (60) por el delito de homicidio agravado por ensañamiento y codicia.

La primera calificación responde a la “larga agonía” de la víctima y el “sufrimiento innecesario” que le proporcionaron. La autopsia determinó que Diego Raúl Sarjanovic (44) recibió las 64 puñaladas en vida. El agravante asociado al pecado capital estaría fundado, según el fiscal, en el motor económico, vinculado a una presunta deuda impaga e impagable que las acusadas mantenían con la víctima.

Jorge García Cupé, defensor de Seguer, consideró en cambio que Sarjanovic “realizaba préstamos financieros por fuera de los circuitos formales” y tenía “una mesa de dinero” mientras que su clienta “se encargaba de buscar capitales” para esas inversiones de dudosa legalidad.

Según su teoría, el dinero que el gerente prestaba era de MC Catering –extremo que está acreditado en la causa- y ante malas decisiones financieras cayó en “un estado de desesperación” que lo habría llevado a actuar violentamente contra Seguer, quien además era su amante, la que en “legítima defensa” lo mató de 64 cuchillazos.

El escenario del asesinato fue un departamento de Moreno 511, alquilado a nombre de la mujer y utilizado como lugar para sus encuentros ocultos.

Existe abundante prueba sobre la autoría del crimen, incluso la confesión de la propia Seguer y un correo electrónico enviado a su hermana en el que le da detalles de lo ocurrido. Es más brumoso, en cambio, el entramado financiero que los unía, del que no existen registros en la causa, cuyas hipótesis van desde la relación de prestamista y acreedor hasta socios en negocios de dudosa legalidad.

 

Dos años atrás

El viernes 4 de septiembre de 2015 el gerente de MC Catering cumplió su habitual rutina. Llevó a sus dos hijos hasta la escuela y regresó a su casa a desayunar con su esposa.

“A las 8 me voy porque tengo que hacer trámites en el centro”, le comentó. “Se fue a las 8 y nunca más lo volví a ver”, relató la mujer en la primera audiencia del juicio.

Los trámites que debía realizar, según testimonió el asistente de Sarjanovic en MC Catering, Lisandro Pilot, eran encontrarse con Seguer en un banco.

“Lo llamé a las 9.37 y me dijo que no iba a la oficina porque Seguer vendería un fideicomiso en 90 mil dólares y debía encontrarla en un banco de Mitre y Santa Fe. Quedamos en vernos ahí a las 10.45, pero no estaba”, declaró Pilot, quien con naturalidad relató el ilegal procedimiento diario de cambio de cheques con descuentos que realizaba en mutuales del centro, por orden de su jefe.

La noticia de la inusual ausencia llegó hasta Matías Ramón Cura (48), titular de MC, quien en su declaración en el juicio sostuvo que Sarjanovic era “como un hermano”. Todos estaban al tanto del encuentro que el gerente había acordado con su amante y presunta deudora, dijeron, aunque también dijeron que desconocían la relación amorosa entre ellos.

A la hora de la siesta llamó a Seguer, quien le aseguró que “no había visto a Diego” y que no estaba en Rosario. Pero, dijo Cura, la notó “nerviosa”, por lo que volvió a llamarla y en esta ocasión reconoció que estaba en la ciudad.

Pactaron un encuentro, al que Cura asistió en compañía del comisario Víctor Jaimes (42), entonces jefe de las seccional 8ª, a quien el empresario había impuesto de la ausencia de su ejecutivo.

A pesar del día primaveral, Seguer llegó al bar envuelta en un sobretodo (supuestamente para esconder marcas en su cuerpo, puesto que a esa hora Sarjanovic ya estaba muerto). Según Cura, la mujer “estaba como ida, como extraviada”. Todos terminaron en la seccional 8ª donde aportaron datos para la búsqueda de paradero del inhallable gerente.

Cura declaró que al día siguiente, el sábado 5, Seguer lo llamó para preguntarle “si sabía algo de Diego”. Ese mismo día, sostuvo el empresario, advirtió que tenía “unos cheques de Seguer” en su cuenta y aprovechó para consultarle “cuando me daría la plata”. “El lunes”, dijo que le contestó, pero “el domingo pasó todo lo de Diego”.

El domingo 6 la policía allanó el departamento del edificio de Moreno 511 y encontró el cuerpo apuñalado de Sarjanovic. Su automóvil estaba en una cochera cercana. Ahora eran Seguer y su madre Alicia Fernández las que habían desparecido. La huida fue corta, una patrulla las detuvo a la altura de la localidad de Las Vertientes, en Córdoba, con rumbo a Mendoza.

La deuda

El empresario Cura y el asistente Pilot declararon que conocían la presunta deuda que Seguer mantenía con Sarjanovic. Nadie pudo precisar el monto. El fiscal sostuvo que “no fueron debidamente documentados esos préstamos” y que el dinero que el gerente invertía o prestaba “no era propio, sino de MC Catering”.

“Un mes antes (del crimen) Carolina –así identifican todos los involucrados a Virginia Seguer, por su segundo nombre- dijo que tenía que cobrar 100 mil dólares de la venta de una casa. Fue a la oficina y dijo que la habían robado y golpeado”, relató Cura, aunque ante una pregunta aclaró que él no la vio a la mujer aquél día de agosto.

Pilot sostuvo que, según le había contado el gerente, la mujer vendería una propiedad en dos millones de pesos. Finalmente la operación se postergó. Pilot contó que el día que presuntamente se realizó la mujer adujo haber sido víctima de un asalto y haber recibido “puntazos”. Le llamó la atención que no hizo la denuncia.

Según los testimonios de su entorno, Sarjanovic estaba preocupado por el asunto. “Le robaron, y ahora qué hago con las deudas que tengo”, recuerda Pilot que le dijo su superior, el gerente financiero de MC Catering.

Estimó, con notable imprecisión, que la acreencia de Diego tenía con Carolina era “de 100 o 200 mil dólares”. ¿De dónde obtenía el gerente esa suma en dólares si, como se mostró en el juicio, percibía un salario poco más elevado que el promedio? Pilot recordó que Sarjanovic llamó a un hermano radicado en Suiza para pedirle el dinero, pero no lo encontró porque había viajado a México.

Todo cambió “al otro día”, según los recuerdos del asistente que cambiaba cheques en las “cuevas”. “Me dijo que Carolina tenía un fideicomiso, ropa de La Salada y un contenedor de China que iba a vender y con eso le iba a pagar”, declaró Pilot.

Asuntos financieros

Matías Cura, titular de MC Catering (las siglas responden a Martha Cura, iniciadora del emprendimiento gastronómico familiar) declaró ante el fiscal Moreno, cuando ocurrió el crimen en 2015, que Sarjanovic trabajaba en la empresa desde 1998 “como asesor financiero y administrativo”.

El Boletín Oficial del 3 de mayo de 2007 lo ubica, en rigor, como directivo de la empresa. Dice: “Se hace saber que por decisión unánime del Directorio de la sociedad M.C. CATERING S.A., su presidente el Sr. Matías Ramón Cura y su Vicepresidente el Sr. Diego Raúl Sarjanovic, han decidido trasladar la sede social a un lugar con mayores comodidades y así mejorar la administración de la empresa”.

Un año después, el 3 de julio de 2008, los registros oficiales vuelven a ubicar a Sarjanovic en una silla del directorio. La empresa informa la designación de autoridades que “por decisión unánime del directorio de la sociedad” dejó conformado su directorio con Matías Cura como presidente y con Diego como “director suplente” por “un plazo de dos años y/o ejercicios a partir del 06/10/07”.

En su declaración durante la primera audiencia del juicio, Cura sostuvo que “Diego era como un hermano” y en él depositaba “ciento por ciento de confianza”.

Recordó que Seguer “fue moza y administrativa” en la empresa –donde conoció a Sarjanovic- y que cuando dejó la firma Diego “le llevaba los números”. Pilot utilizó una expresión similar e igual de vaga: “Le llevaba la caja diaria” del comercio de indumentaria   que la mujer tenía junto a su madre.

Para el fiscal, “Sarjanovic no prestó dinero propio, sino de MC Catering”. Cura reconoció que en su cuenta tenía cheques de Seguer, que el gerente había cambiado por dinero para pagar a proveedores. “Le pedí a Diego que resuelva el tema con Carolina, porque no la quería ver más en la oficina”, declaró el empresario.

Pilot afirmó que en esos días “Diego estaba acelerado”. Su mujer dijo que el ejecutivo había atravesado un consumo problemático de alcohol. Y que tomaba ansiolíticos que no le habían sido recetados. Los defensores quieren demostrar el grado de presunta desesperación que vivía la víctima, y que habría llevado a agredir a Seguer, quien en defensa lo mató. Sesenta y cuatro puñaladas colocan entre signos de interrogación la legítima defensa.

Nelson Flores, abogado defensor de Fernández, le preguntó a Pilot por qué Sarjanovic le pedía plata a sus amigos: “Para el negocio de Carolina, me lo dijo él”. ¿Tenía problemas financieros?, interrogó el defensor. “En el último tiempo sí”, respondió el testigo.

Otro testigo clave es Álvaro Fluxo, amigo del hombre asesinado. Declaró que “hace un año y medio (Virginia Carolina) le ofreció realizar negocios en los cuales él debía poner dinero. Se asociaron de hecho Carolina, Diego y otro hombre de apellido Moscato”. En esta versión, ambos eran socios. Para el fiscal “este último era el cerebro de los negocios”. ¿En qué consistían? “Diego ponía la plata, Carolina conseguía lo negocios”, declaró Álvaro.

Moscato falleció hace tres años año pero los negocios continuaron. El amigo de Sarjanovic afirmó que “mientras vivía Moscato, Carolina le devolvía siempre el dinero que ponía Diego con un interés”. Pero “luego de que falleció Moscato, Diego ya no recuperaba el dinero”. Y dijo más: “Diego me comentó que le tenían que entrar cheques a la cuenta y no sabía cómo cubrirlos. Por eso necesitaba que Carolina le devolviera el dinero”.

Correo electrónico

En la segunda jornada del juicio, María Florencia Seguer, hermana de Virginia Carolina, ratificó la veracidad de un correo electrónico que le envió la acusada un día después del crimen: “Con Diego tuvimos una fuerte discusión por deudas millonarias, con amenazas, insultos y agresiones en el departamento. Intenté separarme usando lo que encontré a mano, pero no pudiendo con su tamaño me defendí con un cuchillo el cual clavé numerosas veces”, dice el texto, que abunda en detalles escabrosos y anuncia una intención suicida.

También declaró un ex novio de Virginia Seguer, quien se comunicó con ellas durante esos días. “El domingo 6 a las 16 le mandé un mensaje y 15 minutos después me contestó: «Me estoy suicidando»”, relató el hombre de 37 años. “Entonces la llamé, porque no entendía nada. Le pregunté dónde estaba y me respondió: «En Mendoza, con mi mamá, no puedo vivir con lo que pasó. Diego. Lo maté. Un cuchillo»”, agregó, y contó que le dijo que el cuerpo estaba “en el departamento”.

La hermana y la ex pareja aportaron esos datos a la policía y a la Justicia y permitieron hallar el cuerpo de Sarjanovic el domingo.

El objeto procesal del juicio consiste en juzgar el asesinato del gerente y sancionar penalmente a sus responsables. Y la confusa trama financiera que presuntamente motivó crimen podría sugerir la comisión de posibles delitos, pero hasta ahora no existe una causa para investigarlos.

Fuente: El Eslabón

Más notas relacionadas
Más por Luciano Couso
Más en Ciudad

Dejá un comentario

Sugerencia

Las niñas de Alcáser

Fantaseábamos con ellas. Nos parecíamos en que éramos tres y teníamos quince años. La hist