El aplauso final del Coloso reconoció el esfuerzo del equipo con un jugador menos durante casi todo el segundo tiempo y premió la actitud ante un difícil rival.
El cero a cero no fue tan malo ni para Godoy Cruz, que no había conseguido puntos en condición de visitante, ni para Newell’s que al final jugó con diez y luchó con el riesgo de perderlo en alguna contra. Asi lo entendieron los hinchas, muy concientes de que esta temporada es a puro remo en aguas pesadas.
El Tomba se cerró muy bien y no perdió jamás el orden ni el buen trato de pelota, con un conductor, al viejo estilo de los viejos número diez, con Gastón Giménez. Por el lado de la Lepra, algunos chispazos de Joaquín Torres, y una que otra embestida de Luis Leal fueron las únicas señales de avance de un Newell’s sin profundidad en ataque. La nota de la noche fue el debut como titular del pibe Enzo Cabrera (17), aceptable a pesar de que el medio de la cancha estuvo muy trabado y no pudo desplegar juego. El primer tiempo fue dinámico y parejo, los mendocinos también tuvieron sus chances.
Pero las cosas cambiaron en el segundo tiempo cuando a los 17 minutos Braian Rivero se fue expulsado por una doble amonestación. Entonces, al rojinegro le costó mucho más generar juego, aunque intentó avanzar, pero se expuso a algunas contras que pudieron ser letales. La impericia en la definición de Guillermo «Paul» Fernández en la más clara, podría haber dado el triunfo al expreso tombino, que de todas maneras tampoco arriesgó mucho a pesar del hombre de más y se conformó con el empate.
El ánimo del Coloso se mantuvo, a pesar de que el partido cayó en un pozo y se hacía interminable. Con el pitazo final y a pesar del fastidio, la gente premió al equipo con aplausos.
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