Se inauguró la Casa Terapéutica Productiva, que aborda problemas de adicciones y salud mental con la inserción laboral en cooperativas como una herramienta fundamental.

Con la inauguración de una Casa Terapéutica Productiva en la zona céntrica, que se montó y se sostendrá en articulación con el Estado provincial santafesino, las cooperativas impulsadas por Communitas dieron un paso que significa un notorio reconocimiento para su acción frente a las adicciones y por la salud mental, que esperan potenciar desde el nuevo espacio que se suma al de Doctor Riva al 1000, en la zona sur rosarina.

La flamante Casa Terapéutica Productiva queda en Santiago al 700 y fue inaugurada este último jueves 5 de octubre con un acto que encabezó el gobernador Miguel Lifschitz, cuya presencia fue todo un dato de la importancia que el gobierno provincial da a la práctica de Communitas.

Según destacaron desde la prensa oficial, Lifschitz ponderó la importancia del lugar para poder ayudar a contener a jóvenes que, “además de tener problemas de adicciones, también tienen problemas de inclusión social y laboral, que necesitan una alternativa; y la economía social puede ser una buena herramienta para ello”.

“Este es un espacio innovador, un muy buen modelo terapéutico y de gestión para pensar en otros espacios similares para otras problemáticas sociales”, sostuvo el mandatario provincial.

La apertura del nuevo lugar en la zona céntrica se plasmó a través de un convenio de Communitas con la provincia a través de la Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod). La titular de ese organismo, Cecilia Nieto, también remarcó que en la Casa Terapéutica Productiva “se mezcla la asistencia de salud con la inclusión social, a través de espacios productivos”.

“Elegimos este tipo de lugar porque entendemos que la atención y la posibilidad de inclusión es un camino viable. Acá podrán participar personas desde los 16 años, en coordinación con los espacios de salud municipales y provinciales”, resaltó Nieto.

Desde Communitas, Camila Betanin evaluó que el nuevo espacio, con el nivel de articulación con el Estado que supone, “va a potenciar las cooperativas que ya existen y va a permitir crear nuevas”.

Lo previsto es que en la casa de calle Santiago se brinde atención a hasta 90 personas, en las diferentes modalidades de tratamiento ambulatorio y siempre con el rasgo que distingue a Communitas, que es la articulación de lo terapéutico con lo productivo y laboral a través de las cooperativas de trabajo.

Hasta hoy, además de la propia Communitas conformada por trabajadores y profesionales de la salud mental y otros saberes, fueron creadas las cooperativas El Menjunje (gastronómica), Naranja y Verde (textil) y Cronopios (prensa, audiovisual, sonido y luces). En ellas están ya organizadas unas cien personas, número que varía de acuerdo con los vaivenes lógicos y no tanto que derivan de las problemáticas de base sobre las que se trabaja.

Con todo, los resultados del abordaje terapéutico y productivo a la par son alentadores. “Cuando empezamos en la zona sur planteamos una lógica diferente a la de la reinserción solamente al final de un tratamiento. Nosotros buscamos generar las herramientas para armar un proyecto, trabajar; y en formato de cooperativa, no de sálvese quien pueda”, describió Betanin.

Fuente: El Eslabón.

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