Pese a los rumores sobre un “arreglo”, la CGT oficializó su rechazo a la reforma laboral. Los tres líderes de la central obrera sentenciaron: «La línea roja de la reforma es la modificación de la Ley de Contrato de Trabajo».

Desde el martes pasado, una ola de versiones intencionadas daban por sentado que la CGT ya había cerrado un acuerdo con el gobierno nacional, y que las coincidencias giraban en torno del 90 por ciento del extenso borrador de 145 artículos que Ministerio de Trabajo había entregado a la central obrera hace diez días.

Pero tras una reunión del Consejo Directivo este jueves en la sede de la CGT, el triunvirato integrado por Carlos Acuña, Héctor Daer y Juan Carlos Schmid oficializó su rechazo a la iniciativa de Cambiemos.

En una conferencia de prensa en la histórica sede de calle Azopardo al 800, Daer afirmó que la CGT no está «de acuerdo con la reforma laboral tal como fue presentada. No hay ningún avance como se manifestó en algunos medios».

Schmid, por su parte, fue categórico a la hora de definir la posición cegetista: “La línea roja está sobre la ley de de Contrato de Trabajo”, y reconfirmó que se rechaza rotundamente el “corazón” y el “espíritu” de la iniciativa macrista.

El triunvirato de la central obrera trazó los principales aspectos negativos e “innegociables” de la flexibilización laboral que impulsa el Ejecutivo de Mauricio Macri.

Durante la reunión desarrollada en el salón de reuniones de la CGT, los miembros de comisión directiva analizaron cada uno de los puntos del proyecto, en el marco de clima cordial sin discusiones ni contrapuntos. La totalidad de los dirigentes coincidieron en los puntos rechazados.

En ese sentido, Facundo Moyano, diputado nacional e integrante del Consejo Directivo de CGT, habló con la prensa luego de la reunión –el único dirigente que se retiró de la sede sindical antes de la conferencia de prensa– y aseguró que como peronistas no pueden aceptar los cambios propuestos por el gobierno, y ratificó su negativa a aceptar puntos que consideró “innegociables”. Por si cupieran dudas, el dirigente respondió que el borrador  «no será negociado ni aprobado por la central obrera».

A grandes rasgos, la CGT puso énfasis en la modificación del artículo 4 de la ley de contrato de trabajo, la creación de la figura del «trabajador autónomo económicamente dependiente”, aumento de la jornada laboral y la creación de un “Banco de horas”, entre otros puntos.

Desde que fue presentado el borrador, la CGT y el Gobierno mantuvieron varias reuniones para acercar posiciones. La primera iba a ser el jueves pasado, pero a último momento la cúpula sindical informó que no asistiría. De todas formas el portazo duró poco, porque reprogramaron el encuentro para el día siguiente. Allí acordaron que se armaría una mesa técnica en donde se avanzaría en los acuerdos puntuales.

Pese al alto nivel de tensión que se vivió este lunes, cuando se realizó la primera de esas instancias, diversos medios y usinas de rumores dieron por hecho que existiría un acuerdo en bambalinas entre la CGT y el Gobierno, lo cual fue rotundamente desmentido este jueves.

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