La reunión entre los gobernadores y el presidente Mauricio Macri terminó sin que se celebre un acuerdo, y en siete días vuelven a verse las caras. Lifschitz quiere contribuir al “equilibrio fiscal” y “aliviar la carga tributaria”.

Macri, en realidad, lo que hizo fue presentar formalmente a los mandatarios provinciales la propuesta de ajuste fiscal que impulsa su gobierno Nacional, que incluye una reforma tributaria, la sanción de la ley de Responsabilidad Fiscal, el desistimiento de los juicios contra el Estado y la solución al diferendo por el Fondo del Conurbano Bonaerense, la gran obsesión de María Eugenia Vidal y de todo Cambiemos. En ese sentido, propuso que los fondos que reclama la gobernadora bonaerense los aporte el gobierno nacional.

Luego del escándalo regional en las zonas vitivinícolas de Cuyo y el NOA, el Presidente se comprometió a revisar los impuestos al vino, el azúcar y los productos electrónicos, y a cambio se puso duro reclamando que las provincias hagan sus ajustes y bajen impuestos.

Uno de los síntomas de que el encuentro no daba para celebraciones es que tras la reunión se realizó una conferencia de prensa, pero la pudo dar sólo el Gobierno, a través del ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, y su par de Hacienda, Nicolás Dujovne. Los gobernadores prefirieron no participar.

Foto: Presidencia

Además de Miguel Lifschitz, participaron los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy); Juan Urtubey (Salta); Gildo Insfrán (Formosa); Hugo Passalacqua (Misiones); Domingo Peppo (Chaco); Claudia Ledesma Abdala (Santiago del Estero); Lucía Corpacci (Catamarca); Sergio Casas (La Rioja); Juan Manzur (Tucumán); Juan Schiaretti (Córdoba); Ricardo Colombi (Corrientes), Gustavo Bordet (Entre Ríos); María Eugenia Vidal (Buenos Aires); Horacio Rodríguez Larreta (Caba), Carlos Verna (La Pampa); Alfredo Cornejo (Mendoza); Sergio Uñac (San Juan); Alberto Weretilneck (Río Negro); Mariano Arcioni (Chubut), y Rosana Bertone (Tierra del Fuego).

Tanto San Luis como Santa Cruz enviaron a sus respectivos vicegobernadores, Carlos Ybrhain Ponce, y Pablo González. En el caso de Neuquén, participó el ministro de Economía e Infraestructura Norberto Bruno.

En el caso del Gobierno, además de Frigerio y Dujovne, concurrieron el jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña; los secretarios de Coordinación Interministerial, Mario Quintana, y de Coordinación de Políticas Públicas, Gustavo Lopetegui, y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.

Pocas definiciones

Al salir, uno de los pocos que hablaron fue Lifschitz, quien de todos modos fue bastante parco: «El objetivo planteado es bajar en 2018 el déficit fiscal al 3,2 por ciento, y que eso se haga con un esfuerzo compartido entre Nación y provincias. Para cumplirlo, plantean metas de equilibrio fiscal que las provincias debemos cumplir».

El gobernador de Santa Fe no dijo mucho más: “La reunión no se abrió demasiado al diálogo. Fue fundamentalmente de carácter informativo. Vamos a ver hasta dónde podemos acompañar esas iniciativas y en cuáles tendremos que plantear posturas disidentes. Hay una voluntad de los gobernadores en contribuir a cumplir metas de equilibrio fiscal y de aliviar la carga tributaria”.

Por ejemplo, nada dijo sobre los 19 mil millones de pesos que la Nación estaría dispuesta a transferirle a la gestión de Vidal en concepto de Fondos del Conurbano, de los 50 mil millones que ella reclama. Si bien es cierto que esa erogación no recaerá sobre las espaldas del resto de los estados provinciales, Santa Fe está entre las provincias a las que el Estado nacional debe pagar una significativa deuda, tema que Lifschitz no abordó, al menos en público.

El que sí lo hizo fue el vicegobernador de San Luis, cuando insistió con esa y otra serie de deudas que la Nación tiene con su provincia. Y al menos logró que, tras algunos tironeos verbales con Frigerio, el ministro termine diciendo que lo incluirán en la agenda. Carlos Ybrhain Ponce incluso se llevó el compromiso de que la deuda se podría incluir en el Presupuesto 2018.

En el terreno de los hechos, los únicos que se animaron a hablar fueron Ponce, la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, quien además del déficit le recordó a Macri los empleos perdidos en el área electrónica, y el mandatario de Córdoba, Schiaretti, quien también señaló deudas vinculadas a fondos educativos y municipales.

Cuando el mediterráneo concluyó, Macri planteó algo que debería conocerse en detalle, porque pedirá a los gobernadores que hagan caer todos los juicios que hay entre Nación y las provincias: “Queremos hacer borrón y cuenta nueva”. No se escuchó que Lifschitz dijera algo al respecto, en ese momento o luego del encuentro.

La reunión que encabezó el jefe de Estado en la Casa Rosada proseguirá el jueves de la semana próxima para abrir un cuarto intermedio a fin de que las provincias analicen los detalles de la propuesta oficial.

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