El sindicato que nuclea a trabajadores de bocas de expendio anunció un paro el miércoles 27, exigiendo un compromiso para no despedir ni suspender empleados, al menos por tres meses. Los empresarios del sector aseguran la «imposibilidad de atender las demandas sindicales».

Desde el Sindicato Obreros de Estaciones de Servicio, Garajes, Playas y Lavaderos automáticos de la Provincia de Santa Fe (S.O.E.S.G.P y L.A.) realizarán una medida de fuerza de 24 horas, desde las 12 del mediodía del próximo miércoles.

La huelga se decretó después de fracasada una reunión realizada este viernes en la sede local de la cartera laboral, entre dueños de estaciones de servicio y el sindicato, que reclama la firma de un convenio para que no haya despidos ni suspensiones, aunque sea, en el próximo trimestre.

De todas maneras, unas horas antes de iniciar la medida, las partes volverán a sentarse para intentar destrabar el conflicto.

Por su parte, desde la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (Faeni) advirtieron de su «imposibilidad de atender las demandas» de la organización gremial, debido a «la grave situación de la actividad».

«Venimos advirtiendo, en reiteradas oportunidades, sobre la grave situación de nuestra actividad y el riesgo de cierre de establecimientos y pérdida de fuentes de trabajo. Esta situación lamentablemente nos impide atender las demandas de la organización sindical», indicaron desde Faeni.

Los expendedores remarcaron que «la injusta y pesada carga del Impuesto a los Ingresos Brutos, los altos costos de comercialización y financieros generados por la aceptación de Tarjetas de Crédito como medio de pago y la competencia desleal imperante y sin solución aún», son los principales problemas de esta situación.

Desde la entidad que agrupa a los propietarios de estaciones de servicio de la provincia de Santa Fe aclararon que “pese a la reiteración de nuestros reclamos, persiste la falta de atención de los organismos del Estado nacional y provincial, y los problemas se agudizan”, ya que “no existe control en la comercialización de combustibles desde los distribuidores/comercializadores mayoristas que se proveen de las compañías petroleras que operan en nuestro mercado, generando competencia desleal”.

“Se agregan nuevos costos directos de las entidades bancarias, como el cobro de hasta el 1 por ciento por los depósitos de dinero en efectivo. Se vuelve imposible continuar financiando a 28 días los pagos de consumo de combustibles con tarjetas de crédito, con una incidencia del 50 por ciento de impuestos nacionales contenidos en los mismos, en un contexto de tasas oficiales para los plazos fijos del 23 por ciento anual», describieron los estacioneros santafesinos, que concluyeron: «Con este panorama, nuestra rentabilidad es cada vez más exigua y la continuidad de nuestras estaciones de servicio está en serio riesgo».

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