Periodismo como herramienta integradora

Jóvenes y adolescentes que por distintas causas perdieron la oportunidad de continuar en la educación formal, se animan a despojarse de la frustración y avanzan hacia el conocimiento de las herramientas de comunicación. Las capacitaciones en Producción Audiovisual, Radio, Redacción y Comunicación Digital a cargo de integrantes de la Cooperativa La Masa –productora de El Eslabón, Redacción Rosario y Noticias Piratas, entre otros–, se realizan a través de programas sociales de la provincia. Se dan en el barrio Las Flores, en la zona oeste en el Club Fisherton Juniors, en la vecinal Rodolfo Rivarola del barrio Godoy y en el barrio 7 de Septiembre. Una práctica por fuera de lo convencional que intenta apropiarse de los alcances de las nuevas tecnologías y desarrollar su potencial social.

Son jóvenes llenos de vida, curiosidad y alegría que por diversas complicaciones se alejaron de las escuelas. Son de barrios periféricos de Rosario donde la vida es difícil.

Muchas de las chicas participantes, desde los 15 años, son madres solteras que tuvieron que dar un giro a su vida para dedicarse casi exclusivamente a atender las necesidades de los pequeños.

En otros casos, se trata de jóvenes que abandonaron la escuela por algún problema particular, por algún mal paso o simplemente porque no encajaron.

Pero en las capacitaciones todos se animan a despojarse de cierta frustración y se introducen en el manejo de nuevas herramientas que en principio suenan extrañas. Porque palabras como “redacción”, “radio”, “audiovisuales” o “comunicación digital”, parecen venir de universos distantes para los chicos.

Sin embargo, pronto descubren que se relacionan en casi todos los casos, nada más ni nada menos, con lo que tienen a mano la mayor parte del día: sus teléfonos móviles.

Las cursos son promovidos por los ministerios de Trabajo y de Desarrollo Social de la provincia de Santa Fe, en el marco del programa Nueva Oportunidad.

Para los capacitadores, integrantes de la cooperativa de comunicación La Masa –que en esta páginas cuentan detalles y particularidades de su tarea–, se trata de un desafío relacionado al mundo digital pero también a la realidad social de los sectores más vulnerables.

Como paneo general, lo que se ve allí, en las barriadas, es que, como sucede en los centros urbanizados, todavía conviven las formas de comunicación tradicionales con las digitales, aunque la preponderancia del manejo de los teléfonos y las redes sociales son el eje donde fluyen las necesidades de los jóvenes. Estas demandas, mediatizadas por las tecnologías y el consumo, siguen siendo las de la integración social.

Lo cuentan nuestros compañeros de La Masa: mientras avanzan en las capacitaciones enseñan y aprenden a la vez. Encuentran esperanzas y frustraciones a flor de piel entre los jóvenes, descubren que a pesar de toda dificultad triunfan las ganas de levantarse, de sentirse parte. Con la contracara de los recursos mínimos para la subsistencia, la falta de trabajo o los problemas habitacionales, las ya no tan nuevas tecnologías también son parte de lo cotidiano. Es el marco del universo virtual, que es contradictorio, ya que acerca y aleja, incluye y excluye.

Así, el reconocimiento, el juego, el aprendizaje y la facilidad con la que los jóvenes se zambullen a la tecnología, abren las posibilidades de encontrar palabras y voces propias.

Con imágenes, audios, música y mensajes; con blogs, selfies y videos, con el canal en Youtube o la radio en streaming, también en las redes sociales y desde los barrios, se puede dar batalla a la exclusión. Y esa es la tarea, en la que todos aprendemos.

Las Flores: historias que no fallan

Por E.A.

Capacitación en Radio, en el CCB del barrio Las Flores: el Peque, el profe, Yamila, Magalí y Ángel. / Foto: Manuel Costa

 

La mayor parte de los pibes que llegan y comienzan la capacitación en Radio confiesan que en sus casas ese artefacto ya no se usa. Algunos recuerdan a algún adulto mayor con esa costumbre, y otros dicen que creen haber visto alguna vez ese aparato.

Es que las nuevas generaciones del barrio Las Flores sólo escuchan música a través de sus celulares, en especial por Youtube, y también por el mismo artefacto conocen algunas radios de las grandes cadenas de FM, esas que pasan los hits de temporada. Y es todo lo relacionado a la palabra radio.

Quizás alguno mencione transmisiones de partidos de fútbol. No mucho más.

El medio principal de comunicación, por donde pasa todo, es el teléfono móvil. Las redes sociales informan y todo los artistas están en Youtube. Ni noticieros, ni CD’s.

La radio, entonces, es algo virtual, difícil de entender, improbable de imaginar hasta que aparece como objeto físico, concreto y palpable un pie de micrófono, auriculares y una habitación en construcción en donde se levantan paneles acústicos y se comienza a perfilar la separación de la cabina del operador, la famosa “pecera” del estudio.

El proyecto de radio del Centro de Convivencia Barrial (CCB) de Las Flores potencia de pronto la capacitación, le da forma e identidad a la abstracción de hacer radio. Y todo comienza a fluir.  

La pecera del estudio de Radio, en construcción en el CCB de Las Flores. / Foto: Manuel Costa

Pibas y pibes ya piden ir al estudio, comienzan a escucharse sus propias voces de una manera diferente, se animan a romper cierta timidez y comienzan a grabar distintas propuestas.
De los comentarios de las salidas del fin de semana nacen las primeras historias y del slogan de uno de los boliches más populares de la zona, surge como humorada el nombre del proyecto de un programa de radio: “Historias que no fallan”.
El programa y su posible emisión en un futuro cercano hace crecer la creatividad, la imaginación de un oyente barrial, y ya se planean promoción de actividades, encuentros musicales, entrevistas y hasta avisos publicitarios.  

“Tiene que contar historias de la vida cotidiana”, acuerda el grupo que coincide en que los temas a tratar deberán ser los mismos que se charlaron entre mate y mate: los tatuajes, la violencia en la barrio, cómo llevar adelante la maternidad, el amor y la amistad, deportes extremos, la música y el humor: “Buenas tardes, bienvenidos a Historias que no fallan”.

El CCB

Es una tarde más en el barrio Las Flores, con móviles policiales apostados en los ingresos, con un clima siempre enrarecido y ecos de alguna que otra desventura. Que salió tal, el que mató a fulanito, que prometieron venganza, que hubo balacera anoche en el pasillo o que acribillaron a Menganito. En el medio de los operativos cada vez más reiterados desde mediados de año, como en un oasis se alza el Centro de Convivencia Barrial CCB Las Flores, ubicado en 5 de Agosto y Guaria Morada, en donde siempre hay movimiento de pibas y pibes que van a los distintos cursos que allí se dictan; de los que llevan a sus chicos a los jardines de infantes, de los que se acercan a la huerta que hay en el fondo o de los que simplemente se dan una vuelta para ver si hay algo nuevo para hacer. Los que trabajan en el CCB son como embajadores de otra galaxia, y “los profes”, respetados y venerados por los pibes del barrio por su buena onda y por ser constante usina de actividades. 

Respuestas

Por Jerónimo Principiano

Capacitación en Redacción en el CCB Las Flores. / Foto: Manuel Costa

En la capacitación de redacción, que ofrezco como integrante de la cooperativa La Masa en el Centro de Convivencia Barrial Las Flores (CCB), normalmente el desafío es encontrar la materia prima, que no es otra cosa que algo que contar. “Se trata de contar lo que quieran o puedan, los que les pasó o lo que imaginaron, lo que pasó ayer o algo que se acuerden”, les insistía a modo de consigna. Pero las pibas y pibes, con palabras cortas y respetuosas, declinaban esa propuesta. Las rondas de mate dulce con galletitas de vainillas fueron lo más efectivo para que poco a poco empezaran a surgir algunas historias como respuesta.

Esas historias, pequeñas, animaron a participar, a tratar de sumarse en alguna actividad y a recordar aquellas vivencias de cuando eran más chicos. Fue animarse a escribir ese renglón que, con mucho esfuerzo, vence a la vergüenza de exponerse. El que antes miraba hacía abajo, como buscando algún vestigio de su pisada en el mosaico, ahora mira a la cara de sus compañeros y de vez en cuando se ríe o festeja un chiste. El tiempo lima de a poco las desconfianzas y la timidez.

A medida que conoce la situación del barrio, las vicisitudes que viven los jóvenes, uno no puede evitar despedirlos con recomendaciones, sobre todo los días en que hay mega operativos de Gendarmería o alguna otra fuerza de seguridad.  

El “cuidate”, me salió sin darme cuenta, como si él no supiera que lo tiene que hacer. Ahí me di cuenta que, a veces, también al profe de redacción le faltan las palabras.

Primer plano cercano 

Por Lucia Greco

Capacitación en Producción Audiovisual en el barrio 7 de setiembre.

 

 

Capacitación en Producción Audiovisual es un nombre formal, un nombre para los papeles. En el barrio 7 de septiembre, la cosa siempre funciona mejor bajo el formato taller. La idea es aprender y experimentar sobre la marcha, mientras se produce y entre todos; porque lo audiovisual, en todas sus formas, es un trabajo colectivo. De entrada hay que saltar las complicaciones, la herramienta que falta o el recurso técnico que falló; sin embargo, fueron estas mismas complicaciones las que nos empujaron a desarrollar la creatividad, o como dicen los mismos pibes “a ponerle onda” a lo que producíamos.
En un principio desarrollamos una serie de entrevistas a personajes del barrio aunados bajo un mismo criterio: la Escuela Técnica nº 365 “Juan Domingo Perón”; un negocio de muchos años, una relojería que funciona en el barrio desde hace más de 30 años, y el mismo club en donde damos el curso.

Más tarde, salimos a interpelar a los vecinos sobre temas de actualidad como fueron las elecciones internas y generales, y el caso Santiago Maldonado.

Entre estos y otros trabajos, los pibes fueron aprendiendo herramientas de imagen, sonido, edición y guión. Siempre con el mate en la mano y eventualmente, picadita a la canasta de por medio.

 

La Comunidad Digital

Por Javier García Alfaro

Periodismo Digital en Barrio Godoy, / Foto: Manuel Costa

En la vecinal Rodolfo Rivarola, del barrio Godoy, veinte jóvenes de entre 16 y 24 años protagonizan el primer Taller de Comunicación Digital coordinado por integrantes de la Cooperativa La Masa. La experiencia, que se desarrolla en el marco del programa Nueva Oportunidad, arrancó a mediados de octubre pasado. La falta de acceso a Internet durante los primeros encuentros dio lugar al mate dulce como primer forma de conexión y construcción de comunidad, y el taller se centró en la redacción de artículos periodísticos. Algunos reales y otros ficticios. Las “cinco W”, la pirámide invertida, y cómo contar historias desde la periferia.

Las primeras herramientas de trabajo fueron tres computadoras viejas y varias hojas de cuaderno que circularon de mano en mano. El papel y la birome, como la informática, son aplicaciones de la ciencia a la resolución de problemas concretos. Dos tecnologías que, combinadas entre sí y nutridas por la imaginación y las inquietudes de las pibas y los pibes de la zona oeste, sirvieron como soporte para ejercicios de escritura colectiva que dan cuenta de lo que pasa en los barrios Santa Lucía o San Cayetano, de viajes en bondi desde los confines de la avenida de Circunvalación, así como de sueños y angustias varias.

La conectividad digital se resolvió temporalmente con WiFi móvil 4G y tres antenas USB, una para cada PC. Entonces nació La Comunidad Digital – Historias del barrio, tal es el nombre y slogan del blog que se aloja en lacomunidaddigitalblog.wordpress.com. Un blog sirve para experimentar la convergencia de lenguajes y formatos de comunicación, más allá de las limitaciones propias de las redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram, plataformas éstas que también son material de estudio del taller que aquí se presenta. Teléfonos móviles, computadoras, cuadernos, tijeras y cartón. Cámara, micrófono, termo y mate. La Comunidad Digital dialoga y cuenta sus historias con todos los medios a su alcance.

Este taller propone una alfabetización digital inclusiva y sustentable, brindando herramientas y conceptos fundamentales para comprender cómo funciona la sociedad de la información, en la que todos los ciudadanos somos en gran medida comunicadores. ¿Cómo funcionan los medios masivos? ¿Cómo un acontecimiento se transforma en noticia? Estos y otros interrogantes, junto a los criterios a tener en cuenta para chequear la información y verificar datos, son parte de los contenidos que se despliegan en cada clase.

Entre los proyectos que contempla el taller, además de producir contenido para el blog en todos los formatos posibles, y arrojar y recolectar botellas en el mar a través de las redes, están previstas una serie de visitas a medios de comunicación y a espacios ligados a la producción cultural de la ciudad.

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