El titular del Partido Justicialista porteño y director del Grupo Octubre, que edita Página 12, salió a desmentir las publicaciones de los diarios Clarín y La Nación en las que lo acusan de enriquecimiento injustificado.

El diario del grupo que conduce Héctor Magnetto asegura que “la Unidad de Información Financiera (UIF), a través de tres informes que presentó ante el juez federal Claudio Bonadio, puso bajo la lupa las cifras millonarias que desde el sindicato y la federación de porteros, que conduce Santa María, se giraron a empresas integradas por Stangalini «con fines ajenos a la actividad sindical»”.

Andrés Leonardo Stangalini es, según reconoce el propio Clarín, un empresario que provee servicios al Sindicato Unico de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh), del cual Santa María es el secretario general. “Es uno más de los 300 proveedores que tiene el gremio”, aseguró el dirigente gremial, lo que sólo sirvió para que Clarín interprete que “la Justicia duda que sea así”.

Por su parte, La Nación publicó un vigoroso título: “La Justicia investiga millonarios movimientos de fondos del sindicalista Víctor Santa María”. Y en la bajada amplía: “Busca determinar si su familia blanqueó 12 millones de dólares, y si aún tiene 6,5 millones más en Suiza”.

En un extenso reportaje en el diario que edita, Santa María sostuvo que “una democracia de calidad no puede basarse en el objetivo de acallar voces distintas”. El editor de Página 12 se considera perseguido por el gobierno de Mauricio Macri y por los medios hegemónicos, en ese sentido advirtió sobre una presunta “instalación del miedo”.

La entrevista la realizó el periodista Martín Granovsky, y Santa María se encargó de detallar algunas cuestiones que desmienten lo publicado durante el último fin de semana por ambos matutinos porteños.

“Yo podría decir que estoy sorprendido porque el mismo día Clarín y La Nación, y ningún medio más, hicieron eje en mi persona –indicó Santa María–. Pero a la vez no me sorprende. Cada tres meses algunos grandes medios de comunicación, en general los mismos, se dedican a refritar versiones en función de objetivos que desconozco. Pueden ser objetivos políticos, pueden apuntar a las organizaciones gremiales o pueden buscar un efecto que cambie el mapa de los medios en la Argentina. No lo sé porque no tiene sentido juzgar intenciones ajenas. Sí tiene sentido, en cambio, analizar cuál es el efecto que producen maniobras como éstas y cuál es la naturaleza del origen desde donde salen los ataques”.

En adelante, el reportaje completo de Página 12:

–¿Por qué habla de ataques?

–Porque lo son. ¿Nos atacan porque, otra vez, creen que un medio es un obstáculo y quieren barrerlo de la superficie? ¿O están buscando condicionar a la dirigencia sindical para que no ejerza una posición libre? Ya dije varias veces que no tengo una cuenta en Suiza. ¿Por qué insisten? Mienten para armar una puesta en escena. Si no la tengo, mal podría mi madre haber blanqueado dinero en relación a esa cuenta que no existe, ¿no? Si el sindicato tiene empresarios que proveen servicios, ¿debo examinar quién entró en el blanqueo y quién no? ¿Cómo es la historia? ¿El Gobierno se obsesiona por el secreto en un caso y en otro caso permite que sectores del Estado ventilen secretos? No tengo citación judicial del fuero federal. ¿Están buscando condicionar a la Justicia justo en el momento en que además, insisto, se discute la reforma laboral?

–Son preguntas.

–Tengo las respuestas. La realidad es que el atacado es un medio que, como sucede con PáginaI12, expresa posiciones editoriales diferentes a las posturas hegemónicas del gobierno nacional en materia de derechos humanos, garantías individuales, políticas económicas macro, derechos sociales, tarifas, inflación o endeudamiento. No se trata de pensamiento único porque el diario refleja informativamente qué hace el Gobierno, qué busca y cuál es su lógica. Se trata de investigar, de buscar información, de publicarla y de abrir el debate al pensamiento crítico. No sé cuál será el futuro. No sé cuál será la relación de cada medio con el poder económico y con el poder político, y qué buscará el poder político de los medios. Pero en la Argentina de hoy es evidente que, con excepciones individuales relacionadas más bien con posiciones profesionales de algunos periodistas, los grandes medios como Clarín y La Nación están satisfechos con el rumbo del Gobierno, lo alientan y buscan sacarle lo que para ellos pueden ser obstáculos en el camino.

–¿PáginaI12 sería un obstáculo?

–De hecho lo ven así. Pero si ése fuera el criterio estarían cometiendo un grave error. La libertad de expresión es un valor universal. Una democracia de calidad no se basa en la persecución, el encarnizamiento y la búsqueda permanente de acallar voces distintas. Una democracia mejora en calidad cuanto mayor sea la pluralidad de voces. Es mi opinión, pero además es el fundamento jurídico de los pactos firmados por la Argentina, que en materia de derechos humanos tienen rango constitucional. Yo quiero poder seguir leyendo Clarín y La Nación. Me gustaría que los propietarios de Clarín y La Nación quisieran poder seguir leyendo PáginaI12. El 10 de diciembre último la Argentina celebró 34 años de democracia sin interrupciones. ¿Queremos más derechos o menos derechos? ¿Queremos más pluralismo o menos pluralismo? ¿Queremos discusión o queremos uniformidad? Soy dirigente sindical, dirigente político, parlamentario del Mercosur y editor. Que por favor alguien me diga cuándo cuestioné la legitimidad de la voluntad popular, así estuviera en desacuerdo o sintiera temor por el futuro del pueblo argentino. En las campañas contra mí, contra el sindicato y contra PáginaI12 veo el peligro de que termine borrada la representación social de vastos sectores. De trabajadores, de lectores, o de ambas cosas al mismo tiempo. ¿Tanto les molesta que alguien piense distinto? ¿Tanto les molesta que alguien actúe distinto? ¿A qué le tienen pánico? Digo esto porque me impresiona el grado de violencia empleado por un sector de los medios de comunicación ligados al Gobierno contra medios que tienen posiciones o líneas diferentes. Atacan con violencia.

–¿Por qué violencia es la palabra?

–Porque parece apuntar a la destrucción de lo que no es hegemónico en el Estado, el poder económico y el sector mediático más grande. Porque veo un funcionamiento en cadena. Porque observo una simultaneidad que no surge de la agenda pública. Porque hay un abuso de los verbos en potencial… Porque tal vez busquen condicionar los tiempos y los pasos del Poder Judicial. Cada dos o tres meses hay una andanada. Y da la casualidad de que las andanadas coinciden con los momentos de grandes debates de la Argentina. Venimos de la reforma previsional. Los legisladores a los que soy afín votaron en contra. El sindicato marchó pacíficamente y fue parte de las protestas multitudinarias contra el recorte de asignaciones y jubilaciones. PáginaI12 cubrió el Congreso y la calle con altísima profesionalidad periodística. Nada de esto impidió que el Gobierno reuniera el quórum y la mayoría para darle en Diputados la media sanción que ya había conseguido en el Senado. No nos gusta el resultado pero sabemos que una ley solo puede ser cambiada por otra ley y respetamos los mecanismos institucionales. Ahora se viene otra gran discusión: la reforma laboral. Somos críticos. Al atacarme, ¿quieren debilitar también a la Confederación General del Trabajo?

–¿Cómo está la CGT?

–No hay misterios. No hay homogeneidad. Uno de los signos, aunque no el único, fue la renuncia de uno de los secretarios, (Francisco) “El Barba” Gutiérrez, de los metalúrgicos. ¿Quiere meterse el Gobierno en la CGT y alinearla? ¿Alinearnos? Algunos tenemos posiciones más críticas. Otros, menos. Convivimos y debatimos, como corresponde. No queremos una reforma que intente ir para atrás respecto de los derechos de los trabajadores.

–¿Qué sería lo peor de la reforma laboral?

–Retrocede respecto de derechos ganados en muchos años. No intenta dar mayor cobertura y mayor proyección a los más débiles o a los trabajadores. Trata de profundizar el desequilibrio entre trabajadores y empresarios. Siempre que se buscó que el Estado protegiera al más débil, no que fortalezca a los más fuertes, que son los empresarios. Habría un retroceso de las convenciones colectivas de trabajo en favor de paritarias sector por sector, en el mejor de los casos, o empresa por empresa. Disminuirá la equidad si no hay un Estado que busque proteger a los trabajadores. Se diluiría la fortaleza general en debilidades individuales. PáginaI12 viene contando ese debate. Consigna la posición del Gobierno y registra las críticas. El diario es un medio crítico con el poder en general. El periodista que investiga es su fuerte. Frente a este gobierno PáginaI12 ha desplegado una posición que refleja algunos problemas graves: hay presos políticos, hay un alto nivel de endeudamiento, hay la idea de que vuelvan, adaptadas al siglo XXI, políticas del neoliberalismo. Justo el ataque al diario se produce cuando fuerzas disímiles coincidieron en la Cámara de Diputados en votar contra la quita en jubilaciones y pensiones, o cuando dirigentes políticos se reúnen para acercar las distintas visiones opositores. Nos quieren amedrentar.

–¿Lo están consiguiendo?

–Lo intentan. Hay que tener cuidado con el uso de la psicopolítica, como escribe el autor coreano Byung-Chul Han. Recomiendo la lectura de ese libro. Cuidado con la instalación del miedo. El miedo es un instrumento selectivo. Puede haber una política de miedo dirigida hacia ciertos sectores en particular. Hacia algunos sectores de la política, por ejemplo. O hacia los sindicatos. O hacia determinados medios. Las redes sociales ayudan para obtener información. La combinación de Big Data y estrategias de miedo es muy peligrosa.

–¿Cuál es el peligro?

–La persecución selectiva muchas veces usa la herramienta de la discriminación. Por ejemplo la pauta oficial cortada o abusivamente restringida. La discriminación es para que uno se someta a un pensamiento único. En este caso, a la idea de un Estado ausente cuando se trata de defender a los más débiles y presente en defensa de los que más tienen. Con el intento de concentrar la riqueza en unos pocos. Algunos no queremos ese país. Los números deben cerrar pero la gente debe sentirse incluida en ese proyecto de país. Son temas centrales que hacen a discutir la Argentina que queremos. Nos quieren sacar de la discusión de fondo para debatir sobre maquillajes. Me gustaría decirle al Gobierno que se dedique a gobernar.

–Contestaría, seguramente, que ya lo hace.

–Que se dedique a gobernar y deje actuar a cada uno en lo que le corresponde. A los sindicatos en defensa de los trabajadores, a los periodistas informando, a los diarios abriendo el debate e incorporando temas y enfoques a la agenda pública. Que se abstengan de hacer cadenas para atacarnos. Fueron elegidos para ejercer el Poder Ejecutivo y respetamos la legitimidad del voto. Que gobiernen y no persigan.

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