Denuncian que, como un síntoma de época, cucarachas, ratas y otras especies se han ido adueñando de algunos espacios de la emisora pública local, LRA 5, que se apresta a cumplir 65 años de vida y que el macrismo tiene en abandono, como a las del resto del país.

“Este es el cambio que vinieron a implementar: la destrucción de lo hecho, el abandono de lo que se estaba haciendo, la persecución ideológica y el despido de los trabajadores. Radio Nacional les molesta y para ellos es solo un gasto”. De esta manera, Jorge Ramírez, ex director de la emisora pública local, introduce a sus planteos por el estado de abandono en que se halla desde hace un par de años el Auditorio de Radio Nacional Rosario –hay escombros, maderas y deambulan alimañas–, luego de que, a poco de asumir la administración macrista, se suspendieran obras iniciadas en septiembre de 2015 y que eran parte de un plan de acondicionamiento de toda la emisora y legitimado por una licitación sin ningún tipo objeciones.

Para Ramírez, el abandono del auditorio no se trata de un mero impedimento burocrático sino que expresa un modo de gestionar y de concebir las políticas públicas de Cambiemos.

Al respecto, avizora el cierre de algunas de las 48 emisoras de Nacional que hay en el país y no descarta la cesión de sus frecuencias a operadores privados.

“¿Por qué abandonar una obra que se podía haber terminado? Uno lo piensa desde otro lugar, pero la idea de ellos es que la Radio Nacional desaparezca”, plantea Ramírez, quien dirigió Nacional Rosario durante siete años; período en el que reivindica una gestión activa, incremento notorio de la programación propia –llegó al 75 por ciento del total–, en consonancia con el espíritu de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA).

Ramírez legitimó su cargo por concurso durante el kirchnerismo y fue despedido –junto a otros veinte pares suyos– en abril de 2017.

Ahora, sostiene, la Radio ha reducido drásticamente la producción propia, paralizó obras que eran necesarias y en estos días sumó un nuevo episodio a la caza de brujas con el despido de la periodista local Lilian Alba, quien corrió igual suerte que su colega Nicolás Lovaisa de Nacional Santa Fe.

“Es un mensaje: Volteamos a esta y a este. Pero, ojo, no terminamos acá. Si se portan mal, seguimos con ustedes’”, dice el ex director, quien –de paso– deja entrever su preocupación por trabajadores con otras modalidades contractuales, que concluyeron en diciembre pasado y se deberían renovar en febrero.

Cabe recordar que Lovaisa es parte del Consorcio de Periodistas de Santa Fe, que sacó a la luz irregularidades del intendente de la capital provincial –radical, aliado del PRO– conocidas como los “Corral Papers”.

Según Ramírez, desguace y persecución ideológica van de la mano y son parte de un proceso que arrancó en los albores de la administración macrista, cuando se cargaron la LSCA y el AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual); siguió con el ritmo sostenido de beneficios para las corporaciones mediáticas, los despidos de 21 directores de emisoras de Radio Nacional; y, más cerca en el tiempo, el decreto presidencial de diciembre de 2017 que disuelve el directorio de Radio Televisión Argentina (RTA), que había sido concebido plural con representantes del Ejecutivo, de distintas fuerzas con representación parlamentaria, de las universidades y de los gremios.

Entonces, la desidia en el Auditorio –que es considerado Patrimonio Histórico de la ciudad–y la suspensión de las refacciones en toda la emisora son algo más que obras públicas frenadas.

Las reformas planeadas y suspendidas

Ramírez recuerda que para la administración kirchnerista, los auditorios de Radio Nacional fueron pensados como espacios culturales, ya no solo con espectáculos artísticos sino también con muestras itinerantes, coordinadas con los ministerios de Educación y de Cultura; lo que en buena medida lo entusiasmó para promover las mejoras en la emisora y priorizar el Auditorio: era una pieza fundamental en las políticas culturales y, además, necesitaba un reacondicionamiento general.

Así, se planteó una reforma de toda la radio a través de un llamado a licitación pública, que preveía una inversión cercana a los 7 millones y que, según Ramírez, “abarcaba, entre otras acciones, la puesta en valor del Auditorio, la refacción total de los controles y estudios de AM y FM y el arreglo de todas las oficinas, como así también el acondicionamiento de la entrada para poner rampa y agrandar las puertas de acceso y el ascensor”. Previamente, se había cambiado el techo del Auditorio, que se llovía, y se había impermeabilizado toda la radio.

Según cuenta el ex director las tareas tenían un plazo de realización de 120 días: “Comenzaron en setiembre de 2015 con el desmantelamiento de todo el Auditorio; se sacaron las placas de sonorización y todas las butacas para retapizarlas, también se desmontó totalmente el estudio y control de la FM”.

Sin embargo, con la llegada del macrismo y la devaluación que se produjo en ese momento, Dienstein SA, la empresa prestataria, “pidió una adecuación de precios, principalmente se le había duplicado los costos del aire acondicionado central”.

Pero, pese a las reuniones con las autoridades nacionales, no se pudo llegar a un acuerdo y al cumplirse los plazos la obra no se realizó. Desde aquellos días, el Auditorio está en un estado de total abandono.

Ramírez insiste en que lo ocurrido es una expresión más de “las políticas de Cambiemos que solo buscan vaciar a la red de emisoras: dejó sin programación los fines de semana y también durante la noche a excepción del noticiero local, simplemente bajando programas de LRA 1”.

Luego, retoma: “Cuando se cumple el plazo y ante la no conclusión de la obra, convoqué a una escribana para dejar constancia de la situación, que empieza a tener además un cauce legal”, dice Ramírez, de cuando aún permanecía en su cargo. Poco después, desde Buenos Aires, Radio Nacional envía al arquitecto José Sanmartino –quien es yerno del titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi– para que haga un relevamiento. “Estuvo tres días, habló con nosotros y nos dijo: ‘Esto está perfecto, tiene que continuar’. Inclusive, me hace leer el informe que iba a elevar a las autoridades; pero nunca más hubo noticias”, cuenta. Va de suyo señalar que nunca hubo objeciones a los pliegos licitatorios ni a las etapas de la obra que se fueron cumpliendo.

En octubre de 2016, a Ramírez lo corren de la dirección y lo despiden en abril de 2017. Por esos días, le dice a su sucesor, Pablo Procopio, que en virtud del estado de abandono de las obras era necesaria una fumigación. Según el ex director, esa tarea no se hizo y, ahora, palomas, cucarachas, ratas y otras especies se han ido adueñando de algunos espacios de la emisora.

Ramírez no duda en señalar que la gestión local de Nacional es funcional a esta política de vaciamiento. “Para que esto funcione hay que viajar cada quince días a Buenos Aires, conversar, pedir las cosas que se necesitan para funcionar. No se han movido en lo más mínimo. Tampoco han tenido la capacidad de crear una programación propia. Parecen conducir desde el Whatsapp”, dice Ramírez quien no deja pasar el hecho de que Procopio es, además de periodista del diario La Capital, de un programa en la mañana de LT8. “Compite con la radio que dirige”, sostiene y, si bien reconoce que eso no implica incompatibilidades en lo legal, al menos considera que se trata de un dilema ético.

Luego, vuelve a enfatizar en la visión que orienta las políticas de Cambiemos, cuyo planteo gerencial se reduciría al siguiente razonamiento: ¿Para qué tener 48 radios en el país, si con cuatro es suficiente? Se baja la programación de Buenos Aires y listo”.

En ese sentido, argumenta: “No hay conciencia de la importancia del medio, de lo que significa la comunicación. Hoy, en los niveles gerenciales de Radio Nacional predomina la lógica de eliminar gastos”, sostiene Ramírez, quien –ante la consulta sobre el futuro de Radio Nacional– alerta: “Creo que lleva al cierre de muchas emisoras y van a terminar dándole las frecuencias al sector privado”.

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Un comentario

  1. FERNANDO

    21/01/2018 en 19:07

    La MAFIA de Cambiemos vino a destruir y endeudar el país.

    Responder

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