Contundentes movilizaciones de repudio de organizaciones sociales y vecinos marplatenses se sucedieron la semana pasada por el arresto domiciliario otorgado al represor Miguel Etchecolatz, condenado con cuatro cadenas perpetuas, y quien ahora vive en una reserva forestal.

“¿Qué buscás?”, le preguntó un vecino a un muchacho que se arrimó al cerco de su casa  tras dejar por unos minutos al gentío que marchaba por la calle. “Buenas tarde señor, ¿tendrá un caño o palo que le sobre?, es para levantar una bandera”, contestó el militante. El propietario fue detrás del chalet y volvió con una caña. Abrió la tranquerita y se la entregó. “Fíjate si te sirve esta, fíjate”, le dijo y comentó: “No nos gusta que viva ese tipo en el barrio. No sabíamos quién era hasta que los de los derechos humanos empezaron a nombrarlo. Ahora, con mi familia, también vamos a la marcha”, contó el hombre al joven agradecido, que salió con el palo para juntarse con sus compañeros.

La indignación de los vecinos ante la presencia del genocida Miguel Ángel Etchecolatz, de 88 años, en una casa del barrio Bosque Peralta Ramos fue un claro cuestionamiento al beneficio otorgado el 27 de diciembre último por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 6.

El ex jefe de la Brigada de Investigaciones de la Policía Bonaerense durante la dictadura está condenado con cuatro prisiones perpetuas en varios juicios de lesa humanidad, en las causas llamadas: Etchecolatz, Circuito Camps, Favero Álvarez y La Cacha”.

La bronca paseó todos los ámbitos

Foto: Julian Miconi

Cientos de pobladores del Bosque Peralta Ramos, una reserva forestal con entrada por las calles Bravo y Arturo, se autoconvocaron el pasado viernes 5 de enero para llevar su bronca hasta donde mora el genocida, en Boulevard Nuevo Bosque entre Guaraníes y Los Tobas. Recorrieron las calles portando una gran bandera que advertía: “La única casa para un genocida es la cárcel”. Horas antes, durante la mañana, también realizaron un acto de repudio en el Concejo Deliberante marplatense.

Al dia siguiente, otra movilización recorrió el centro de la ciudad, desde el Tribunal Federal, de Luro 2455, hasta la Rambla.

En tanto, el domingo, con las siluetas armadas frente a la catedral marplatense en la Ronda de los jueves de las Madres de Plaza, se realizó una multitudinaria caminata denominada “Siluetazo, el camino de la impunidad”.  Agrupaciones de Hijos, ATE, Familiares de Ex Detenidos Desaparecidos, organizaciones sociales y el vecindario, escracharon y demarcaron la casona en donde vive ahora el ex comisario, con

figuras de cartón con frases, nombres de desaparecidos y fotos de Julio López, quien se encuentra desaparecido, desde enero de 2006, tras ser testigo clave en la condena a Etchecolatz.  

“Jueces que son nazis”                 

“En Mar del Plata hay un lugar, no es el bosque, es la cárcel de Batán”, cantaba el gentío mientras recorrían unas veinte cuadras de calles de tierras y frondosos árboles.

«Siempre decimos que: Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar»”, remarcó la enorme luchadora Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. “Hoy estamos acá para repetir eso y afirmar que no vamos a bajar los brazos. Les decimos no a las prisiones domiciliarias, por ser un indulto. Este pueblo no está rendido, no está quieto, reclama verdad y justicia. No perdimos la memoria. No olvidamos, no perdonamos y nos conciliamos”, aseguró.

Además, adelantó: “También empezaremos una campaña para hacerles juicio político a los jueces, que son nazis también porque dan el beneficio a los genocidas”.

“Y este genocida de Julio López queremos que nos diga dónde está; dónde está Clara Anahí Mariani, nieta de Chicha, María Isabel Mariani –fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, secuestrada el 24 de noviembre de 1976–. Debe decir dónde están los desaparecidos. Ese el compromiso para que no quede en Argentina ningún genocida impune”, consideró.

“Estoy emocionada por verlos a ustedes, y siempre nos preguntamos cómo serán nuestros hijos. Serán como vos, o como vos. Entonces por el compromiso que tenemos desde las vísceras, desde adentro, gritamos: ¡30 mil detenidos desaparecidos, presentes, ahora y siempre. Hasta la victoria final!”, exclamó Cortiñas entre los aplausos y el tronar de bombos.

Vecinos sin genocidas

Foto: Julian Miconi

En tanto, y con un simple cartel escrito con marcadores, una mujer levantaba un sencillo cartel que decía: “Vecinos sin genocidas”. La señora contó que hace más de 20 años que habita con su familia en la zona y que “nadie quiere que un asesino viva cerca”.

“El viernes, cuando marchamos, la gente del bosque, la calle que pasa por el chalet de Etchecolatz estaba abierta, no como ahora que está todo vallado. Y cuando pasábamos el tipo nos sacaba fotos desde una ventanita. Es un provocador y perverso”, señaló. “Todos sabemos que suele salir en un auto de noche. El lugar ahora está lleno de policías”, agregó indignada. “No es lindo salir a caminar o pasear y pasar por el frente de donde vive un genocida. Todos queremos que se vaya, que la Justicia lo saque de aquí. Debe seguir preso”, remarcó.

Hijos contra impunidad

“Somos hijos de desaparecidos en la provincia de Buenos Aires, venimos de distintas regionales como Campana, Zarate, Escobar, Avellaneda, Lomas de Zamora, Lanús, San Vicente, Quilmes y Almirante Brown, entre otras”, relató durante la marcha Analía Fernández de la agrupación de Hijos de San Vicente.

“Nos juntamos para el escrache a este genocida responsable de asesinatos y tortura de nuestros padres, ya que siendo bonaerenses fuimos afectados por este genocida que operó en la provincia”, indicó.“No puede ser que este gobierno se permita esta impunidad de quienes ya fueron condenados a prisión perpetua en varias oportunidades y que como Etchecolatz es responsable de más de veinte centros clandestinos de detención y exterminio, y hoy está tranquilo en su casa”, puntualizó la joven.

“Mientras no se haga justicia vamos a seguir en esta búsqueda y exigiendo que nos den una respuesta y digan dónde están nuestros padres”, reafirmó.

“Mi padre, Francisco Fernández, es desaparecido en la causa Molinos Río de la Plata, sobre un operativo en Avellaneda que se llevó a más de 50 obreros. Buscamos investigar sobre la pata civil de la dictadura”, subrayó.   

No es pasado, es presente

“El viernes y el sábado, como hoy (por el domingo pasado), las marchas han sido memorables. Participaron muchos vecinos, nuestras compañeras Madres Taty Almeida y Norita Cortiñas y Abuelas, entre otras. Marcharon muchos organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, gremiales y políticas, además de muchísima gente que vino desde lejos a repudiar la cárcel domiciliaria de Etchecolatz”, relató María Elena Gutiérrez.

La mujer, secretaría de Género de la CTA Autónoma Mar del Plata-Balcarce-Mar Chiquita, sostuvo: “No estamos en el pasado, estamos en el presente, porque aún no han falta que parezcan muchos hijos y nietos y desaparecidos”.

Desde Rosario

“Venimos a expresar nuestro repudio a la medida que tomaron los jueces al pasar al genocida a la situación de prisión domiciliaria. La justicia es cómplice del beneficio que se le dio a Etchecolatz”, acusó una de las mujeres y hombres que portaban un cartel imponente que sólo decía. “30.000”. “Venimos desde Rosario, somos del grupo de personas que todos los jueves acompañamos a nuestras Madres en la ronda que se realiza en la plaza 25 de Mayo. Viajamos como nueve horas porque queríamos ser parte de este reclamo por clase común para los represores, que como en el caso de este genocida, ya condenados a cadena perpetua”, reclamó.

* Cobertura colaborativa realizada por Sin Cerco, Enredando y El Eslabón, durante el viaje realizado a Mar del Plata, con compañeros del grupo Unidos por la Memoria y Ante el Olvido (Casilda), Espacio Juicio y Castigo Rosario, APDH y de la Ronda de las Madres (Rosario).

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