Se exhibe en Rosario La noche más fría, un drama basado en la vida de un veterano de Malvinas en situación de calle. La película protagonizada por Juan Palomino aborda con “delicadeza y sensibilidad” una historia áspera.
Según Cristian Tapia Marchiori, autor y director de La Noche Más Fría, su primer largometraje es una película chiquita, haciendo hincapié en el diseño de producción. Sin embargo, como también precisó a este medio el realizador pergaminense, el filme tuvo “la bendición” de ser llevado a cabo por Aleph Cine, la productora que encabeza Fernando Socolovsky, hacedora de películas como El Ciudadano y El Peso de la ley, entre otros trabajos locales.
El relato de la película de Tapia Marchiori, que se estrenó el jueves 25 en Rosario, y que continúa con funciones el 3 y 4 de febrero, cala hondo en los huesos. “El tema surgió de las inquietudes que tengo desde siempre: la vida en sociedad. Cómo puede ser que nos olvidamos del resto: de las personas marginales. Me parece extremadamente loco, perverso y raro, que ciertas cosas que vemos o vivimos a diario se vuelvan naturales. Que alguien que vive en la calle, de repente se muera de frío, o que no tenga para comer. Y que de igual manera sigamos camino hacia nuestro trabajo como si ellos no existieran”, reflexionó.
El guión de La Noche Más Fría tiene como personaje excluyente a Carlos, un veterano de Malvinas que vive en la plaza de una gran ciudad, y se enfrenta a la tremenda adversidad de las bajas temperaturas de la temporada invernal. Durante la tarde en que se plantea la primera mitad de la película, el personaje que arropa el actor Juan Palomino gestiona, gracias a la solidaridad de algunas personas, el pasaje a un albergue transitorio que lo proteja de lo que se anuncia como la caída del sol más fresca del año. La búsqueda de la supervivencia será tan importante para Carlos como el ansia de encontrar a su hijo, que perdió de los brazos como consecuencias de no poder controlar los mambos de la guerra.
De la motivación de los primeros textos, el director realizó una búsqueda profunda en testimonios vivos. “Conocí mucha gente en situación de calle, porque siempre me he acercado a charlar. Y para la película me surgió esta idea de cómo sobrevive alguien que vive a la intemperie, la noche más fría del año. Hay tres personas puntuales en las que está inspirada esta película, son personas reales; uno es un ex combatiente de Malvinas; otra es una persona joven que barre veredas en una localidad de provincia de Buenos Aires, para sobrevivir; y, la otra, un allegado a mí que tenía problemas con el alcohol, y que decidía vivir en la calle antes de ser internado en algún lugar para curarse o mejorarse, entre comillas”, manifiesta Cristian.
“De repente –cuenta el autor– se abrió el camino a un veterano de Malvinas. Investigué muchísimo sobre gente que había estado en la isla, pero no quería hacer un película contando lo que habían contado otros, sino que lo hice de una forma fina y delicada”, señaló.
Este drama filmado durante el 2016 impacta en el espectador, y en los veteranos de Malvinas, según relató Cristian. “Me han llamado llorando por cosas como la bolsita que usa el personaje, y que es similar a las que usaban los soldados en la guerra, con la patrona de la infantería, el rosario, y un hilo y una aguja verde que tenían para coser su ropa. Tal vez el espectador no conozca, pero el que estuvo en la isla se emociona”.
En carne propia
La producción audiovisual que se verá este miércoles 30 de enero a las 18.30, además del sábado 3 y el domingo 4 de febrero (20.30) en el espacio del cine Arteón, Sarmiento 778, se rodó en Pergamino, Rosario y en Caba, con el rol actoral de Juan Palomino. “Juan hizo un trabajo de entrega impresionante. Nunca hubo otra posibilidad de protagonista. Yo trabajé en cine con él en Rita y Li (2010), y en serie televisiva Fronteras que se emitió en 2013 en Telefé. Sabía lo buen actor y lo profesional que es como laburante. En cuanto a los horarios, al rodaje mismo, y a la onda que le pone. La película se recuesta sobre un único protagonista, entonces Juancito estaba filmando con nosotros todos los días. De repente no tenía ni un descanso, ni un ratito. O sea, se la re bancó”, describió Cristian, que decidió filmar la película en días de muy baja temperatura para sumar realismo, aún exponiendo a todo el equipo a jornadas bravas. “No es de malo, pero pensé que todo iba a lucir mejor”, confesó, y agregó que, en la previa al rodaje, él mismo se expuso a los fríos durmiendo en el patio de su casa. “Cuando dormís en la intemperie, hay dos fríos: el frío del clima, que no sabés cómo controlarlo, cómo frenarlo, que se mete por el agujerito de la zapatillas, por la ranura del pantalón, por las costuras. El frío te hace pelota. No sabés que hacer porque una vez que se te enfrían los pies, perdiste. Y la gente que pasa mucho tiempo expuesta tiene problemas respiratorios, de pulmón y de otro tipo. Pero el otro frío es el que te genera que nadie, nadie se detenga a preguntarte si necesitas algo, no sé si es más doloroso que la temperatura”.
Recortar la cobija
Cristian Tapia Marchiori nació el 11 de marzo de 1985. Hace más de una década desarrolla su trabajo en el arte audiovisual. Como asistente de dirección, trabajó en varios filmes de la productora Aleph Cine. Dirigió videoclips y cortometrajes. De la charla con este periódico surgió hablar de la coyuntura actual del cine nacional. “Es un momento malísimo. La ley de fomento no se estaría respetando. Se hizo correr la bola de que el cine se financia con dinero del impuesto de los contribuyentes, se dicen cosas que no son ciertas. Se le ha jugado muy duro al cine. Por eso, realizadores, técnicos y actores nos pusimos firmes como para clarificar cosas en medio de la desinformación imperante, siendo conscientes de la situación. Es uno de los peores momentos del cine nacional, pero acá estamos, filmando”.
