Ernesto Molinero y Alejandro Turner, periodistas y ex productores durante casi 20 años de CQC, recopilaron 1.400 casacas de unos 500 equipos y le dieron vida al primer Atlas de camisetas del Fútbol Argentino. Curiosidades y rarezas.
A Ernesto Molinero todo el mundo lo conoce como Cune. Apasionado del deporte de la redonda desde que tiene uso de razón, este fanático de Boca se juntó con un ferviente hincha de River, Alejandro Turner, y juntos se lanzaron a la aventura de bucear en los orígenes de las casacas de cientos de clubes del fútbol argentino.
“Con Ale laburamos muchos años juntos en la productora Cuatro Cabezas, en distintos programas, y siempre tuvimos charlas que giraban alrededor del fútbol”, indica Molinero, y detalla: “A los dos nos gusta mucho el fútbol pero no sólo el juego, sino también la parte estética, algo que principalmente tiene que ver con las camisetas. Como vimos que había algunos catálogos, algunos libros que recopilaban camisetas pero sin un criterio futbolero, sino más bien de diseño, se nos ocurrió que el fútbol argentino tenía que tener un atlas”.
“La idea de que sea un atlas, y que tuviera incluso ese nombre, estuvo desde siempre –continúa Cune–, como una cosa abarcadora, para que estén todas las camisetas, de clubes de todas las provincias, algo bien federal. Entonces definimos que tenían que estar todos los equipos de la A a la D, los que participaron de los viejos campeonatos nacionales que se jugaron del 67 al 85, y los que jugaron por lo menos desde los 32avos de final de la Copa Argentina, para asegurarnos la representación de todas las provincias”.
El desafío era enorme, y ambicioso, pero tanto Ernesto, docente de producción audiovisual en Tea y Deportea; como Alejandro, Licenciado en Comunicación Social que alguna vez publicó en las míticas Humor y Sex Humor, se calzaron los botines y salieron a la cancha. “También resolvimos, a la hora de elegir qué camisetas poner de cada club, darle prioridad a, por un lado el orígen y el desarrollo de los colores y diseños de cada uno, y por el otro las que tenían que ver con los logros más importantes de cada club. Y como en el medio nos quedaban muchas camisetas afuera, decidimos meter otras secciones para incluir las rarezas, las alternativas, cuando usaron otros colores a los tradicionales o camisetas prestadas de otros cuadros, inscripciones y las polémicas, que es una manera elegante que encontramos para no decir las feas (risas)”.
La camiseta es como un dios
Entre las curiosidades con las que se toparon en el trabajo investigativo, Cune destaca la “desmitificación” del orígen de los colores azules y amarillos de su amado Boca Juniors, que el ambiente tribunero lo atribuye desde siempre al avistaje, por parte de los fundadores del club de La Ribera, de un barco de bandera sueca: “No está comprobado que haya sido así, aunque tampoco que no lo haya sido. Pero los historiadores, ni siquiera aquellos que han trabajado en Boca, pueden afirmar que eso sea cierto, y menos que haya algún documento que lo pruebe o tradición oral consolidada”.
Otra historia muy simpática es la que rodea a los colores de la camiseta de San Telmo. Parece que la primera casaca de los Candomberos, tal como se los conoce a los hinchas del club porteño ubicado en la isla Maciel, era azul y blanca a bastones verticales, “pero de tanto uso se destiñeron y quedaron azules y celestes, y se decidió que quedaran así, como se las conoce al día de hoy, para evitar futuros accidentes”.
Muchos clubes nacieron a la luz de expresiones políticas de principios del siglo pasado, y la elección de los colores no era ajena a esa tendencia. “El rojo, en muchas de las camisetas, tiene que ver con el socialismo”, señala el productor de los documentales Malvinas: la guerra íntima y Mundial 78: la historia paralela , y menciona a Chacarita y Argentinos Juniors como ejemplos
En el Atlas, además, tienen un lugar destacado aquellas casacas que se confeccionaron exclusivamente para rendir homenajes. “Hay desde homenajes a jugadores de los clubes hasta figuras de la cultura popular, como Victoriano Arenas que estampó el rostro de Sandro en el frente de la camiseta y Belgrano, una de las más conocidas, con la cara del Potro Rodrigo”, enumera Molinero, y continúa: “Barracas Central hizo una con la figura de Gardel y San Lorenzo hizo otra con el papa Francisco. Después hay varias que tienen que ver con cuestiones políticas, como la de Central Ballester recordando a los fusilados de José León Suárez del 56, y ahora hicieron una con la leyenda Ni una menos que no la pudimos poner porque fue después que sacaramos el libro, o Sacachispas con el pañuelo de las Madres. Y también hubo homenajes a Menem, de parte del club Armenio en la década del 90, y a Néstor Kirchner en las camisetas de Tristán Suárez y Barracas Bolívar, que ahora volvió a su denominación original de Sportivo Barracas”.
Y entre las rarezas también se da cuenta en el trabajo de investigación de las oportunidades en que un equipo utilizó la camiseta de otro club. “San Telmo fue campeón de la C en el 61 y uso la de River en varios partidos, porque se le ocurrió al vicepresidente que era fanático del Millonario; Boca en agradecimiento a Milan usó la del club italiano en un partido de Copa Libertadores del 63 y la más llamativa: Vélez jugó un encuentro con la camiseta de su clásico rival Ferro carril Oeste, porque Platense llevó camisetas blancas en vez de las habituales marrones y como Vélez, que hacía de local en cancha de Ferro, no llevó alternativas tuvieron que usar las que estaban ahí. Fue en 1977”.
De auriazules y rojinegros
Al ser consultado sobre los equipos de Rosario, Cune se explaya. “Hay una muy buena de Newell’s. Como tenían la misma camiseta con Colón, decidieron jugar un partido para ver quién se quedaba con los colores. Lo loco es que ganó el Sabalero pero la Lepra no respetó el acuerdo y la siguió usando igual”, dice entre risas este hombre que estudió Derecho en la UBA pero decidió no ejercer esa profesión, y tras desmitificar que las casacas de ambos clubes santafesinos tienen los colores invertidos (“son idénticas”), abunda: “Los colores de Colón provienen de una barcaza que se observaba desde el descampado donde practicaban fútbol en sus orígenes, mientras que los de Newell’s tienen que ver con que el rojo estaba en la bandera de Inglaterra, país donde nació Isaac Newell, y el negro en la alemana, patria de su esposa”.
En el capítulo destinado a la Lepra, además, se puede leer: “El equipo de fútbol del colegio anglosajón argentino, fundado por el educador británico Isaac Newell, usaba una camiseta a rayas blancas y azules con la bandera de Gran Bretaña en el pecho. Sin embargo, para el club de fútbol fundado años después, se eligió un diseño diferente camiseta mitad roja y mitad negra, con la que debutó en la flamante Liga Rosarina”.
Por el lado de Central, en tanto, Ernesto repasa: “La primera camiseta que tuvo estaba dividida en cuatro cuadrados rojos y blancos que luego pasaron a ser azules y blancos, incluso hace unos años, cuando logró el ascenso a Primera, usó una histórica alternativa así. La elección de esos colores, al igual que los azules y amarillos, es por su origen ferroviario, algo que ocurre en varios equipos del fútbol argentino, y tenía que ver con los colores de la señalización de cada estación. Se inspiraban en los colores con los que se pintaban las barreras del Ferrocarril Central Argentino y que además, en el caso del azul y el amarillo, eran muy parecidas a las que se pintaban en las paradas de tren de Escocia, país natal del primer presidente”.
La camiseta de Boca se tiene que transpirar
“El fútbol me apasiona desde niño y todos los recuerdos de la infancia tienen que ver con una pelota”, confiesa Ernesto Molinero. “Tengo uno imborrable, que es el de la primera vez que fui a la Bombonera, ver ese pasto verde, los colores, ver la camiseta de Boca en persona es algo inolvidable. Fue un 4 a 0 a Ferro en el 73, con el equipo de Rogelio Domínguez que es recordado como el campeón sin corona, porque jugaba muy pero muy bien pero no pudo conquistar el título. Tenía un tipo de juego bastante alejado de la garra de Boca y muy distinto al del Toto Lorenzo, que vino 3 años después, pero era un equipazo. No me acuerdo los goles pero sí que estaban Potente, Trobianni, Ferrero, Rogel y Sánchez, el arquero que después jugó en Newell’s”.
Antes de despedirse, Cune rescata del baúl de sus recuerdos uno que tiene muchísimo que ver con el Atlas de Camisetas: “Mi viejo, cuando yo era chico, todas las semanas reproducía una boleta de Prode en una hoja, o en un cartón, y no sólo ponía los nombres de los equipos sino que al lado, en un cuadradito, dibujaba las camisetas. Además en aquel tiempo, en los campeonatos nacionales jugaban equipos de todas las provincias, algunos muy poco conocidos, y no sé cómo hacía pero se sabía todas las camisetas”.