La derecha xenófoba, anti-inmigrantes y anti Unión Europea creció mucho. El Movimiento Cinco Estrellas pasó a ser el primer partido del país. El frente de ultraderecha resultó el más votado. El gobernante Partido Democrático sufrió una dura derrota. Pero a nadie le alcanza para gobernar.

Más allá de las dudas, las incertidumbres y la imposibilidad de formar gobierno, las elecciones en Italia dejaron algunas certezas. La derecha xenófoba, “antisistema” y racista avanzó. El Movimiento Cinco Estrellas (M5E) se convirtió en el primer partido de Italia. Y el gobernante Partido Democrático (PD) sufrió una dura derrota. A nadie le alcanzó para llegar al 40 por ciento que permite formar gobierno, y todo indica que se abre una larga etapa de negociaciones.

El M5E, que llevó como candidato a Luigi di Maio, obtuvo el 33 por ciento de los votos. En las elecciones de 2013 había cosechado un 26 por ciento. Fue uno de los partidos que registró crecimiento.

Pero quien ganó las elecciones fue el frente de ultraderecha que reúne a cuatro partidos: Fuerza Italia (de Silvio Berlusconi), la Liga del Norte (de Matteo Salvini), que son los dos socios mayores; y Hermanos de Italia y Nosotros con Italia, como socios menores. Este frente que, más allá de sus matices –porque dista mucho de ser homogéneo en muchos temas– es xenófobo y anti-inmigrantes, obtuvo el 37 por ciento de los votos. Le faltó tres puntos para alcanzar el 40 por ciento necesario para formar gobierno. En las elecciones del 2013, un frente similar cosechó el 31 por ciento.

Pero dentro de esta agrupación de derechas, no todos los partidos corrieron la misma suerte. La Liga del Norte de Salvini, racista y anti-UE, fue la gran vencedora. Fuerza Italia de Berlusconi, que es pro-UE, hizo un papel mucho más modesto dentro de la alianza.

La Liga del Norte obtuvo el 18 por ciento de los votos. Registró el crecimiento más notable con relación a 2013, cuando había cosechado apenas un 4 por ciento. El partido de Berlusconi, en cambio, con el 14 por ciento, disminuyó su caudal de voto con relación al 20 por ciento de 2013.

La Liga del Norte es la gran vencedora y el gran peligro para el futuro. Representa la versión italiana de la Europa aterrada y aterradora, racista, xenófoba y violenta, en línea con otros movimientos nazis, neonazis y neofascistas de otros países del continente. En el caso de Italia, la referencia a Benito Mussolini es obvia.

El gobernante PD, que llevó como candidato a Matteo Renzi, sufrió una durísima derrota: 19 por ciento de los votos, y un 23 por ciento si se suman los sufragios obtenidos con su alianza con Más Europa y otros partidos más pequeños. En 2013 había obtenido el 27 por ciento. Renzi renunció a su cargo de secretario general del PD el lunes posterior a las elecciones.

El partido Libres e Iguales, un desprendimiento por izquierda del PD obtuvo el 14 por ciento de los votos.

Roscas barrocas en un escenario incierto

Italia, una vez más, como ocurrió tras las elecciones de 2013, se torna difícil de gobernar. Ya comenzaron los cabildeos, las negociaciones, las roscas, los intentos de alianzas.

El anti europeísmo es un eje que cruza distintos partidos. El M5E es anti UE, al igual que parte de la alianza de derecha. La Liga del Norte, además de racista, xenófoba y anti inmigración, es fervorosamente anti UE. Pero el partido de Berlusconi, Fuerza Italia, que es aliado de la Liga del Norte, es pro UE.

El miedo al terrorismo, el problema de Europa, las migraciones, la desocupación y la desconfianza en los partidos tradicionales, muchas veces en forma de apatía, marcaron la campaña electoral y las elecciones.

La crisis de representación es tan evidente como el crecimiento de los partidos de derecha, en línea con el fenómeno a nivel europeo que se verifica en Alemania y Austria, por ejemplo.

Y si bien parece que el tiempo de Silvio Berlusconi “ya está acabado” (como le gritó una militante feminista), el de Matteo Salvini, el líder de la Liga del Norte, de 44 años, apenas comienza.

“Si se suman los resultados obtenidos por el Movimiento Cinco Estrellas, Lega y Fratelli d’Italia, se llega casi al 55 por ciento de los votos. Los tres están a favor del cierre de Italia respecto de Europa y del mundo”, analizó Elena Llorente en la nota publicada en Página 12.

Días antes de las elecciones, el escritor italiano Alessandro Baricco señaló: “Nosotros en Italia tuvimos a Trump 25 años antes”.

Y hoy Donald Trump representa, en todo el mundo, el proteccionismo, las fronteras cerradas y la xenofobia. Este jueves, el presidente de EEUU acaba de anunciar una notable suba de aranceles a las importaciones: nacionalismo, proteccionismo, fronteras cerradas, nada de librecambio.

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