Eugenio Zitelli, el sacerdote que bendecía las torturas en el Servicio de Informaciones (SI) de la Policía, el mayor centro clandestino de detención que funcionó durante la dictadura en la provincia, falleció sin ser condenado luego de tres postergaciones del juicio que debió tenerlo en el banquillo de los acusados.

La información fue confirmada por su abogado Eduardo Romera en declaraciones a Radio Casilda. Según indica el portal Casilda Plus, de la ciudad que tuvo a Zitelli durante varios años al frente de su principal iglesia, el cura acusado de participar de las sesiones de tormentos a las que eran sometidos los detenidos políticos, «murió poco antes de las 8 de la mañana de este viernes». Tenía 85 años.

Zitelli estaba acusado de privación ilegítima agravada y tormentos agravados por ser los detenidos perseguidos políticos. Numerosos testimonios de sobrevivientes del SI, lo ubican en sus sesiones de torturas o hablándoles luego para que brinden información a los torturadores. Estaba acusado de cometer esos crímenes, considerados de lesa humanidad, por tanto imprescriptibles, contra 14 víctimas.

El cura debió ser juzgado junto a trece policías, en el marco de la causa Feced III, postergado en tres oportunidades, la última de ellas el mes pasado. Las dilaciones y demoras en el inicio del proceso tras el cual pudo haber sido condenado, le facilitaron llegar al final de su vida en libertad, lo que los organismos de derechos humanos definen como “impunidad biológica”.

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Un comentario

  1. Carlos

    31/03/2018 en 15:38

    Si la prisión preventiva es libertad… Por su edad tenía prisión domiciliaria, pero prisión al fin.

    Responder

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