Un instituto especializado en energía propone que el Congreso sancione una ley de expropiación de activos británicos que compensen la explotación ilegal de petróleo en las islas Malvinas por parte de compañías del Reino Unido.
En efecto, el director del Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec), Federico Bernal, reclamó una “acción legislativa en favor de un proyecto de ley nacional de expropiación de activos británicos (comenzando por Shell)”, y se puso a disposición del Congreso Nacional para trabajar en esa dirección.
La cuestiòn central es que el instituto, según aseguró Bernal, descubrió que “Shell le vendió a Rockhopper (una de las petroleras involucradas en Malvinas) información clave de sus perforaciones de fines de los noventa para que esta empresa dé con el pozo descubridor en Sea Lion en 2010”.
Bernal propone a los legisladores nacionales trabajar en un proyecto de ley para expropiar esos activos británicos en la República Argentina por un total de 1.500 millones de dólares, y explica que ése es “el monto requerido por las petroleras que operan ilegal e ilegítimamente en Malvinas para dar inicio a la perforación de pozos productivos desde 2019/20, y con vistas a comenzar la explotación en 2022”. El especialista agrega que en ese camino, “las estaciones de servicio de Shell y su refinadora pueden ser un gran comienzo”.
En el informe “Petróleo en Malvinas: 2018 es crucial”, publicado por Redacción Rosario, el titular del Oetec demostró que 2018 será decisivo para poner en marcha, a partir de 2019, el proyecto petrolero Sea Lion, en la Cuenca Malvinas Norte, 220 kilómetros al norte de las islas.
El especialista resumió su propuesta en forma clara: “Este año las petroleras Premier Oil y Rockhopper Exploration (RE) se consagrarán a la recaudación de 1.500 millones de dólares, cifra que ya tienen avanzada y que les permitirá desarrollar la perforación de unos 23 a 30 pozos productivos. En realidad, este año también puede ser estratégico para frenar esa usura colonialista”.
Por ello Bernal propone la “acción legislativa” del Congreso Nacional para la expropiación sin indemnización de los activos británicos por el monto que las operadoras vayan confirmando a sus inversores como oficialmente recaudado en ese camino hacia los 1.500 millones”.
Bernal insistió en que, “de marchar todo sobre rieles tal y como viene sucediendo, 2018 podrá ser testigo de la sanción (aprobación) definitiva y oficial del primer proyecto de exploración y explotación hidrocarburífera en la Cuenca Malvinas Norte”.
Si ello ocurre, el especialista recordó que “la perforación comenzará en un un año y medio, mientras que el primer barril de crudo –de un mínimo de 500 millones descubiertos y auditados, sobre un total de aproximadamente 1.000 millones técnicamente recuperables–, habrá de producirse/exportarse durante la primera mitad de 2022”.
Las cifras son escalofriantes, e indicadoras del enorme negocio que realizarán las compañías británicas en Malvinas: «El mínimo recuperable de 500 millones de barriles, ya certificados, equivale a casi 3 años de producción nacional de petróleo a valores de 2017. Comparando con la primera provincia petrolera, Chubut, a 10 años de su producción; y con la provincia de Tierra del Fuego, jurisdicción directamente involucrada, a 143 años de su producción”, ilustró el director del Oetec.
Cabe subrayar, como señala Bernal, que “Sea Lion es apenas un proyecto de los muchos en danza de una de las cuencas de las cuatro con potencial hidrocarburífero alrededor de las islas»,y para tener una real dimensión de la magnitud del proyecto Sea Lion, es uno de los cinco más importantes a nivel offshore de aguas no profundas del mundo descubierto entre 2010 y 2016.
Bernal pondera que «su valor a la cotización actual del Brent, y para el mínimo de 500 millones de barriles, ronda los 34.000 millones de dólares. Pero la trascendencia de activar por primera vez la explotación petrolera en Malvinas es mucho más que económica y energética. Es, ante todo, geopolítica».
El titular del observatorio, además, advirtió:»Si las operadoras consiguen esos 1.500 millones de dólares, la Otan tendrá en la base militar más importante del Atlántico Sur una zona altamente productora de crudo. La idea es exportar la producción a EEUU, Europa y Asia. Visitarán las islas unos 30 buques petroleros por año durante los primeros 3 a 5 años. La frecuencia irá bajando, pero durará unas dos décadas. En este sentido, no tardará mucho el Foreign Office para tejer lazos estratégicos con las naciones compradoras, todo lo cual conducirá a fortificar aún más la base».
Bernal puntualizó que «todas las fuerzas políticas nacionales deberían trabajar consensuadamente en un proyecto de ley que habilite la expropiación de activos británicos (sin indemnización, por supuesto) por el monto que las petroleras Premier y Rockhopper vayan anunciando haber conseguido en ese camino hacia los 1.500 millones».
Consultado específicamente por el procedimiento de expropiación, el director del Oetec adelantó: «Nosotros descubrimos tiempo atrás que Shell le vendió a Rockhopper información clave de sus perforaciones de fines de los noventa para que esta empresa dé con el pozo descubridor en Sea Lion en 2010. Por eso es que sugerimos comenzar con la petrolera angloholandesa, pues es cómplice del saqueo. Es sabido que la refinería de Shell, Dock Sud, y sus 600 y pico de estaciones de servicio, rondan los 900 a 1.000 millones de dólares. Pues bien, hay que ponerle un valor a las estaciones y otro a la planta. Por cada millón recaudado por Premier y Rockhopper, una estación o dos expropiadas. Si consiguen un monto grande de financiamiento, sacarles entonces la refinería, que automáticamente pasaría a ser propiedad de YPF. Y si todo esto es insuficiente, ir por la expropiación de más activos británicos».