En el vecino país se organizan una serie de manifestaciones pacíficas contra el encarcelamiento del líder brasileño. Este domingo habrá marchas y la principal tendrá lugar en Río de Janeiro. Después, habrá al menos una por semana.

Este domingo fue convocado un acto en defensa de Lula en Río de Janeiro. El próximo 11 de abril habrá manifestación en todas las embajadas de Brasil en el exterior. A la vez, el 10 y 11 de abril se realizarán actos con juristas en Brasília.

En tanto, el martes 17 de abril será el “día nacional de movilización contra la Red Globo”. Para el jueves 26 de abril convocan a un acto en defensa de Petrobras en Río de Janeiro y para el 1º de Mayo, planean masificar las manifestaciones en defensa de los Derechos y Libertad para Lula.

Los frentes Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo (Povo Sem Medo) Ambos frentes reúnen movimientos sociales de diversas causas en resistencia a los golpes políticos que se han llevado a cabo desde el 2015, como el perpetrado en forma de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, expresaron en un comunicado: “La detención de Lula es parte esencial del golpe que está en curso contra el pueblo brasileño. La ofensiva conservadora que lideró el impeachment contra la presidenta Dilma, provocó el asesinato de Marielle Franco, se manifiesta también en la prisión del presidente Lula. Lula es un preso político, su encarcelamiento inaugura un nuevo ciclo de golpe y nos desafía a ampliar nuestra capacidad de lucha y resistencia”.

El texto fue difundido este sábado, luego de que Lula se entregara ante la Policía Federal tras participar en una multitudinaria manifestación en su apoyo en el Sindicato de los Metalúrgicos, San Paulo.

El dirigente sindical enfrenta una condena de 12 años y un mes de prisión por el supuesto delito de corrupción, lo que Lula ha señalado como maniobra política de la derecha con el fin de impedir que llegue a la Presidencia de Brasil.

El ex mandatario llegó por la noche en helicóptero a la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde una celda de 15 metros cuadrados con baño privado fue especialmente acondicionada para alojarlo.

Lula se entregó a la policía en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en el cinturón industrial de Sao Paulo, donde estaba atrincherado y rodeado de miles de partidarios desde que el juez Moro emitió la orden de captura, 48 horas antes. Antes, asistió a una misa en memoria de su esposa fallecida el año pasado, que tuvo lugar frente a la sede sindical y en la que anunció su intención de someterse al fallo.

«Voy a cumplir la orden de cárcel (…) y cada uno de ustedes se transformará en un Lula», proclamó el exmandatario, desencadenando un clamor unánime de «¡Soy Lula! ¡Soy Lula!».

«Moro mintió al decir que esa apartamento era mío», reiteró. Y explicó lo que a sus ojos motivó su desgracia actual: «Hace mucho tiempo que soñé que era posible gobernar este país incluyendo a millones de personas pobres en la economía, en las universidades, creando millones de empleos».

Fuente: AFP/ Telesur/ Agencias

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