Señora, con todo respeto, acá, entre nosotros, ¡se nota mucho! Desde siempre, nuestras villas padecieron todo tipo de avasallamientos policiales, históricamente cubiertos por ese manto de silenciamiento que defendieron a sangre y fuego, pero se acabó. Tanto nos callaron, tanto nos mintieron y tanto nos mataron, que un día decidimos poner todas estas gargantas al servicio de nuestra verdad. Y sí, porque lo denunciamos desde siempre, hoy salimos a gritar que nunca padecimos algo igual, que jamás imaginamos un tiempo de semejante terror, que nunca en la vida estuvimos peor. Ya nos torturaron amigos, hijas, hermanos, vecinas, ¿cuánto miedo necesita para secar tanta sangre?

Todas las redacciones recibieron ayer (por el jueves), en el más insólito Día del Periodista, un llamado a conferencia de prensa, «para desenmascarar la mentira de La Garganta Poderosa sobre la acusación a Prefectura por los hechos de la Villa 21-24», en serio, se lo juramos, ¡de verdad! Negados a subestimarla, entendimos automáticamente que se trataba de un fake, una cuenta de mail trucha, que tiraba humo tan sólo para dejarla en ridículo, mientras decenas de comunicados en repudio a sus amenazas copaban toda la red.

Pero no, Ministra,
¡era usted!

Justo usted, que hoy mismo tiene procesados a 6 prefectos con prisión preventiva, por las torturas a Iván y Ezequiel, dos compañeros con el coraje suficiente como para sentarla en el banquillo por primera vez. Justo usted, que nunca publicó un comunicado para explicar ninguno de los asesinatos perpetrados por sus subordinados, cada 23 horas. Justo usted, que hoy debería justificar los 8 casos de torturas con prácticas sistemáticas, asentados en Procuvin, durante los últimos dos meses. Justo usted, que nunca pisó el barrio para escuchar a las decenas de familias acalladas bajo amenazas. Justo usted, que acaba de recibir hace 24 horas la interpelación del Comité por los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, por las denuncias que presentamos cuando nos convocaron a Ginebra. Justo usted, que la última semana recibió una intimación del TOC9, para que Pablo Noceti no evadiera la responsabilidad de la Prefectura en este operativo que primero intentaron soterrar. Justo usted, que acaba de recibir una lección demócratica en las mismísimas páginas del diario La Nación, donde Roberto Gargarella decidió correrse con dignidad de una línea editorial, que se cae como una pared.

¡Justo usted!

Ahora bien, hablemos del «desenmascaramiento» de nuestra «mentira», un título rimbombante, amenazante y descarado, como gancho para otra berreta operación de prensa sustentada en la complicidad de corporaciones amigas. ¿Todo ese bombo para exponer el recorte arbitrario de una pelea entre dos pibes y un prefecto, al margen de la razzia? ¿Eso debiera matizar una cacería ilegal con decenas de agentes violando todos los protocolos de Seguridad? No entendemos, por favor, explíquese mejor: usted nos está diciendo que, si ese tumulto no hubiera sido promovido por sus uniformados, ni arengado por las humillaciones clásicas de sus verdugos, ¿entonces esas imágenes estarían justificando el tremendo operativo clandestino que todos vimos? A ver: nosotros, señora, denunciamos las lesiones a dos seres humanos que dormían en su domicilio, torturados y secuestrados por un grupo de tareas que se desprendió la identificación premeditadamente, como lo demuestra el video que se olvidó de comentar. ¿No sería mejor desenmascarar a los torturadores? Nosotras, señora, denunciamos el abuso sexual de sus hombres a nuestra compañera Jesica, adentro de su casa. ¿No sería mejor desenmascarar a los abusadores?

Vamos a suponer que no,
para no perder su costumbre.

Pues bien, ahora debería usted citar a una nueva conferencia para «desenmascarar al Relator Especial sobre torturas de la ONU», Nils Melzer, que visitó la Villa 21-24 hace menos de dos meses y celebró mediáticamente la necesidad «vital» de nuestro Control Popular a las Fuerzas de Seguridad. Una vez terminada, podría convocar a otra conferencia para «desenmascarar a la Justicia», que no sólo sobreseyó a nuestros compañeros en tiempo récord, sino que además tiene la orden de investigar a todos esos fantasmas con escopetas. Una vez terminada, tendría que convocar a otra conferencia para «desenmascar a los Prefectos», que no denunciaron jamás esas lesiones, ni ese robo que intentan anexar como últimos manotazos de ahogados. Una vez terminada, bien valdría llamar a otra conferencia para «desenmascarar a los diputados españoles» que también vinieron a la Villa 21 y dos semanas después nos llevaron al Parlamento Europeo, por las violaciones a los Derechos Humanos. Y una vez terminada toooda esa epopeya del embarramiento mediático que intenta disipar su inminente realidad jurídica, entonces sí, la exhortamos a revisar su propia conciencia, para contestar más amablemente nuestra denuncia, sin tanto cinismo…

Llame a otra conferencia nomás.
Y presente la renuncia, ¡ahora mismo!

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