El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, realizó una gira por Brasil, Ecuador y Guatemala. Insistió con la necesidad de ejercer más presión sobre Venezuela: “Es hora de actuar con más firmeza para restaurar la democracia, no seremos espectadores”.

El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, llegó este martes 26 a Brasilia, en el inicio de una gira por América Latina que además de Brasil incluye Ecuador y Guatemala. La excusa de esta nueva recorrida, la tercera en menos de un año, es “fortalecer las alianzas en cuanto a comercio y seguridad en la región, y encarar “la crisis humanitaria que se vive en Venezuela”. Pero si se pone en claro y se contextualiza la cínica y eufemística retórica imperial, lo cierto es que Pence, como representante de los intereses de EEUU, vuelve a poner sus pies sobre América latina para ejercer todavía más presión para derrocar, como sea, al gobierno de Nicolás Maduro.

Pero Maduro fue recientemente ratificado por la voluntad popular, en elecciones libres e impolutas, observadas con celo por organismos internacionales e imparciales. Hace poco más de un mes, el 20 de mayo, ganó por el 67,7 por ciento de los votos sobre su principal contrincante, Henri Falcón, que consiguió 21,2 por ciento.

Maduro será el presidente de Venezuela hasta 2025. “Tomen nota, esta es la victoria 22 en 19 años conquistada en base a la conciencia, el movimiento de pueblo luchador. Cuánto subestimaron al pueblo, cuántos me subestimaron a mí pero aquí estamos, victoriosos otra vez”, indicó el presidente reelecto tras la victoria.

Pero el Imperio no se resigna. Y sigue presionando a los gobiernos títere de la región para que lo ayuden a presionar, acosar, complicar y derrocar la Revolución Bolivariana, a la que denominan “dictadura”, como siempre denominó el Imperio a cualquier proceso que haya osado oponerse a sus dictados.

Pence se reunió en su primera escala de la gira con el ilegítimo presidente de Brasil, Michel Temer, que usurpó el cargo tras el golpe contra Dilma Rousseff, y se sostiene en la presidencia pese a que pesan sobre él varias causas por corrupción. Su nivel de aceptación en la población de Brasil no alcanza el diez por ciento.

A Temer lo sostiene parte del establishment, porque no tiene otro candidato, y la represión a la protesta social. En este marco, y con el candidato más popular, Lula, preso y proscripto, el ilegítimo mandatario osa criticar a Venezuela y hablar de la falta de democracia en el país caribeño ante el amigo imperial. Toda una muestra de cinismo cipayo.

Por su parte, Pence hace su juego imperial y se aprovecha de la abyección de Temer. Viene a la región a hablar de “democracia y crisis humanitaria” en Venezuela mientras en su país enjaulan niños inmigrantes produciendo, incluso, el rechazo de la propia sociedad estadounidense y de organismos internacionales y de derechos humanos.

“Es hora de presionar y de actuar con más firmeza” para “restaurar la democracia” en Venezuela, afirmó Pence en su reunión con Temer.

“EEUU le pide a Brasil adoptar actitudes firmes contra el régimen de Nicolás Maduro, que destruyó la democracia y ha construido una dictadura brutal que ha hecho de Venezuela un país pobre”, declaró el vicepresidente de EEUU tras la reunión con Temer.

Pence aseguró que EEUU no será un espectador del “colapso” de Venezuela, que sufre una crisis humanitaria que ha tenido repercusiones en toda la región.

El vicepresidente valoró el papel de Brasil en la “redemocratización” de Venezuela tanto en el campo diplomático como en el humanitario y destacó la asistencia que el gobierno de Temer presta a unos 50 mil venezolanos que han llegado a Brasil.

“Gracias a Maduro el pueblo venezolano pasa hambre, sufre, huye”, aseguró Pence, al tiempo que agregó que esa situación le otorga a “los carteles de drogas y a los traficantes de seres humanos unas nuevas oportunidades”.

El vicepresidente de EEUU anunció, asimismo, que su país prevé aumentar el apoyo financiero a los refugiados venezolanos.

En Ecuador, Pence también presionó al presidente de ese país Lenín Moreno para que se pronuncie con más firmeza contra Venezuela.

El gobierno de la nación andina comenzó a distanciarse de Maduro, pero decepcionó a Washington al abstenerse en una reciente votación en la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre una resolución que podría desencadenar un proceso de suspensión de Venezuela de ese organismo.

El vicepresidente también visitó Guatemala, donde se reunió con los afectados por una erupción volcánica y analizó los esfuerzos de ayuda.

Asimismo, se reunió con el presidente de ese país, Jimmy Morales, para discutir “el apoyo que EEUU pueda brindar a la zona afectada” por la actividad volcánica, expresó el portavoz presidencial.

También abordaron temas de seguridad y fortalecimiento de lazos en la lucha contra el crimen organizado en Guatemala.

Además, discutieron el tema migratorio y la crisis generada por los menores que fueron separados de sus padres al intentar cruzar la frontera con EEUU de manera ilegal.

Pence visitó un centro de refugiados venezolanos en Ecuador y, en esa oportunidad, transmitió la política estadounidense con respecto a lo que el Imperio denomina “la crisis política y económica” que atraviesa Venezuela.

El objetivo de Pence es “fortalecer la seguridad regional con nuestros aliados en el hemisferio amenazados por la profundización de la crisis humanitaria, política, diplomática y económica causada por el mal gobierno de Venezuela por parte del régimen de Maduro”, dijo la portavoz de Mike Pence, Alyssa Farah, cuando se anunció el viaje.

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