El Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec) estimó en 4.360 MW la potencia instalada perdida por la gestión de Mauricio Macri, y que eso “se agrava a partir del acuerdo con el FMI”.

Fue en un reciente informe del Oetec, titulado «Así genera energía el granero del mundo: Limones y cebollas sí; carbón, represas y centrales nucleares no», que el centro de estudios realizó la estimación respecto de la potencia instalada perdida por la administración Macri.

En esa oportunidad, Oetec agregó que “la incertidumbre es absoluta para miles de trabajadores, sus familias y la actividad económica y comercial vinculada a dichas centrales”, y planteó una pregunta básica: “¿Stand By o centrales nucleares, represas en Santa Cruz, Río Turbio y Chihuido?”.

Fuente: EMHIDRO. Maqueta de la presa y del vertedero del proyecto Aprovechamiento Multipropósito Chiuhido I, Neuquén. Una obra neurálgica para la provincia y el país suspendida por el régimen neoliberal, de la misma manera que sucede con el Complejo Carboeléctrico de Río Turbio y las centrales nucleares Ayucha III y IV, y con las represas en Santa Cruz.

Como consecuencia de un reciente tweet del ministro de Energía Javier Iguacel –el reemplazante de Juan José Aranguren– en el que celebraba la firma de contratos de biomasa y biogás (Plan RenovAr) para la generación de energía eléctrica a partir del limón, la cebolla, restos de pescado y chispas de quebracho, el director del Oetec, Federico Bernal, ponderó que dicha celebración contrasta con el silencio del referido ministro en relación a la suspensión de unas seis centrales: 2 nucleares, 3 grandes represas y una usina a carbón.

«Desde Aranguren que el régimen neoliberal se decidió por las energías ineficientes eólica y solar, importadas en más de un 95 por ciento para los proyectos adjudicados a la fecha, extranjerizando el control de la generación, endeudando a las provincias involucradas y a la Nación, y dolarizando todos los contratos. Es un fabuloso negocio financiero y especulativo que quedó en manos de empresas y fondos de inversión extranjeros, y cuando no, Nicolás Caputo y Marcelo Mindlin. Para todos ellos, la plata apareció, incluso con el FMI encima», explicó Bernal.

Belen Ennis, investigadora del centro de estudios, agregó: «A contramano de estos proyectos, el régimen neoliberal ha paralizado o desechado la construcción de 6 centrales: 2 nucleares, 3 grandes represas y una usina a carbón. En todos los casos, hablamos de una diversificación más allá del gas y del petróleo, y que siempre es bienvenida. Las primeras cinco, además, hubieran representado miles de millones de dólares en sustitución de combustibles fósiles importados, así como nula emisión de CO2».

El Oetec, en el informe citado, estimó que los 4.360 MW de potencia instalada perdida equivalen a un 12 por ciento de la potencia del SADI (antiguamente denominado Sistema Interconectado Nacional) a mayo de 2018.

A propósito, Bernal agregó: «Se ha desechado potencia de base, confiable y regular en su suministro. Pero también, energía eléctrica barata y abundante, distribuida federalmente y en manos del Estado nacional (al menos hasta ahora). Nos referimos a enormes obras de infraestructura, generadoras de electricidad sí, pero muy especialmente multiplicadoras de empleo, industria y desarrollo científico-tecnológico».

El director del Oetec amplió: «Claramente, la construcción y puesta en marcha de estas centrales va a contramano del proyecto político del granero del mundo (que propugna Macri). No así los parques eólicos y solares, en su inmensa mayoría en manos de extranjeros, todos en dólares y a 20 años de comercialización asegurada. Igual para las centrales de generación de un par de megas o medio mega a partir del limón, la cebolla, restos de pescado y chispas de quebracho».

Consultado sobre la lógica que guarda con la Emergencia Eléctrica decretada en diciembre de 2015 el hecho de abandonar semejantes centrales y sus más de 4.300 MW de energía de base, confiable las 24 del día, los 7 días de la semana y los 365 días del año por plantas que generan electricidad gracias a la cebolla, las escamas y espinas de pescado, Bernal respondió: «La lógica es la de la estafa energética del macrismo y su proyecto político de empobrecimiento masivo del pueblo argentino, atraso económico, dependencia política e inviabilidad provincial más allá de La Pampa Húmeda y Vaca Muerta; todo, por supuesto, agravado por el Stand By con el FMI. Y es precisamente por este motivo que preguntamos al señor Iguacel: ¿Stand By o centrales nucleares, represas en Santa Cruz, Río Turbio y Chihuido? Esperamos una pronta respuesta pues de ellos dependen decenas de miles de puestos de trabajo, pueblos y provincias enteras, millones de hogares que podrían ser abastecidos con energía eléctrica barata, regular y confiable en su suministro, así como miles de Pymes y comercios».

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