Intentaron asesinar al presidente de Venezuela, que en mayo fue reelegido con el 68 por ciento de los votos. Pero la prensa hegemónica habló de un “supuesto atentado”. La mafia de Miami y sectores del ejército se disputan la autoría. Hay detenidos acusados del ataque, entre ellos dos diputados opositores.

La derecha que actúa en la región intentando desbaratar todo proyecto nacional, popular y revolucionario, está dispuesta a todo. Y todas las formas de la violencia están incluidas.

El caso de Venezuela es el más paradigmático en este sentido. Violencia simbólica a través de campañas de desinformación, noticias falsas, difamación, un tratamiento de los hechos y un uso del lenguaje completamente distinto, diferencial, con relación a cualquier otro país del mundo. Cuando se habla de Venezuela todo es diferente. El tono, la vara con que se mide, los valores que se ponen en juego.

Contra el pueblo de Venezuela también se utiliza la violencia económica: bloqueo, desabastecimiento, especulación, inflación sin límites. Es la llamada guerra comercial, y financiera. El Imperio ha utilizado este tipo de maniobra para derrocar gobiernos en décadas pasadas. El caso de la preparación del golpe contra Salvador Allende en Chile es el más notable, pero no el primero, ni el único, ni el último. La inflación y el desabastecimiento producen un justificado descontento en la población. Las penurias son cotidianas. Esto hace años que sucede en Venezuela.

La violencia física, violencia a secas, con balas, fuego y barricadas, se viene aplicando también hace años en Venezuela. Las llamadas “guarimbas” (“barricadas”) fueron una expresión de esas formas de violencia armada. Si ocurriera en otro país, se la denominaría “terrorismo” o “violencia golpista”. En la Argentina, por ejemplo, la derecha utiliza el término “terrorista” para calificar a cualquiera que milita o protesta pacíficamente contra el gobierno. Pero con Venezuela otra es la vara: se puede matar, incendiar y destruir porque, si esas acciones se realizan contra Maduro, serán “actos a favor de la democracia”.

Un detalle que la prensa hegemónica suele olvidar: Maduro fue elegido y reelegido democráticamente. En las últimas elecciones, celebradas el 20 de mayo, obtuvo el 68 por ciento de los votos. Pero claro, las elecciones que gana Maduro son deslegitimadas, no valen. Maduro es “el dictador”, como lo fueron todos los presidentes o mandatarios del mundo que se opusieron a los intereses del Imperio.

Ante la impotencia política, el asesinato

Sin posibilidades en las urnas, sin propuestas, sin unidad, la oposición golpista recurrió una vez más a la violencia. Esta vez contra Maduro. Fue el sábado 4 de agosto, en Caracas. El hecho ocurrió durante un desfile militar cuando una serie de drones que contenían explosivos estallaron mientras sobrevolaban el palco oficial y los alrededores del lugar. Inmediatamente, el jefe del Estado bolivariano fue evacuado resultando ileso. No obstante, hubo siete militares heridos.

Varios grupos se atribuyeron el atentado. Maduro apuntó desde un principio a Colombia y las investigaciones dieron resultados en ese sentido: miembros de la oposición golpista entrenados y financiados por el eje Colombia-Miami.

El Movimiento Nacional Soldados de Franelas, un grupo integrado por militares críticos al gobierno, se adjudicó el hecho. A través de Twitter, admitieron ser los autores materiales del ataque perpetrado mientras el mandatario pronunciaba un discurso en la Avenida Bolívar de Caracas en el marco de un acto militar.

Allí explicaron que la llamada «operación Fénix», como nombraron al atentado, consistía en “sobrevolar dos drones cargados con C4 el palco presidencial”, pero lamentaron que “francotiradores de la Guardia de Honor derribaron los drones antes de llegar al objetivo”. “Demostramos que son vulnerables. No se logró hoy, pero es cuestión de tiempo”, amenazaron desde la red social.

El grupo, creado en 2014, se autodefine en su página web como un “movimiento de resistencia” y afirma que nació con la finalidad de “agrupar a todos los grupos de resistencia a nivel nacional para lograr efectividad en nuestra lucha contra la dictadura con organización y convicción”.

“Nos tapamos las caras para darnos a conocer, hacernos sentir ante un régimen que nos oprime y nos roba nuestro futuro”, sostienen. Algunos medios de Venezuela afirman que sus filas las integran militares detractores al gobierno de turno.  

El grupo acompañó la publicación con videos e imágenes del momento del ataque e incluso ridiculizaron al mandatario. “Así nos burlamos de la Dictadura buena para matar al pueblo de hambre pero cobarde cuando les llega la hora. #ElTiempoSeAgoto”.

Maduro identificó a los autores materiales e intelectuales

En cadena de radio y televisión, Maduro identificó a los autores materiales y financistas del atentado con drones, algunos de ellos ubicados en Colombia y EEUU, según informó el portal venezolano Alba Ciudad. Entre las evidencias, presentó los audios de las conversaciones que los terroristas mantuvieron entre sí mientras ejecutaban el atentado.

Simultáneamente, fue detenido el diputado opositor Juan Requesens, del partido Primero Justicia, que fue señalado por otro de los detenidos como quien le ayudaba a pasar a Colombia para los entrenamientos. Todos los involucrados participaron en las guarimbas de 2017.

Según señaló el mandatario, varias declaraciones de los detenidos incriminan tanto a Julio Borges (quien vive actualmente en Bogotá) como al diputado Requesens, quien habría colaborado para que los terroristas acudieran sin inconvenientes a Colombia, a entrenarse en una finca en Chinácota, al norte de Santander.

La Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) acordó la detención de Borges y declaró procedente el enjuiciamiento de Requesens. De acuerdo con el máximo tribunal, se evidencia que existen elementos que comprometen la responsabilidad de Borges en la comisión flagrante de los delitos de instigación pública continuada, traición a la patria y homicidio intencional calificado en grado de frustración.

En el caso de Requesens, el TSJ declaró procedente su enjuiciamiento tras ser detenido el martes 8 luego de que uno de los implicados en el atentado, Juan Carlos Monasterio Vanegas, revelara su responsabilidad en los hechos ocurridos el sábado en la avenida Bolívar.

Asimismo Maduro anunció que está presentando pruebas contundentes que incriminan al gobierno de Colombia en el fallido atentado

Según informó el fiscal general, Tarek Saab, los autores materiales de este fallido atentado ya están identificados, aunque no se han revelado los nombres de los implicados. No obstante, el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, destacó que uno de los implicados tiene orden de captura por su vinculación con el ataque del Fuerte Paramacay en 2017, un ataque terrorista en contra de la brigada 41 del Ejército Bolivariano. Otro de ellos, agregó, estuvo bajo prisión por conexión en las guarimbas de 2014. El fiscal general dijo además que se encuentran investigando las conexiones internacionales que pudiera tener este hecho, en referencia a la acusación de Maduro contra sectores de la derecha que operan desde la ciudad estadounidense de Miami. Hasta el momento el fiscal informó que la causa cuenta con seis detenidos.

Por su parte, el ex candidato presidencial venezolano, Henri Falcón, en representación de la mayoría opositora del parlamento venezolano, puso en duda la investigación empezada por el gobierno. Por consiguiente, el parlamento pidió ayer, mediante comunicado, una investigación “seria, objetiva, imparcial y conclusiva” sobre el atentado a Maduro y exigió que los resultados de la investigación sean publicados en breve.

“Lamentablemente un régimen que usa la propaganda y la desinformación como método sistemático no tiene ninguna credibilidad de la opinión pública nacional e internacional”, reveló el comunicado. Además el texto ratifica el “compromiso” del Parlamento con el cambio político del país por las vías constitucionales, pacíficas e institucionales.

“Reiteramos que la lucha política de los venezolanos debe estar orientada a procurar el restablecimiento del orden constitucional y democrático, de modo que se puedan conquistar unas elecciones libres, con plenas condiciones, con observación internacional, sin presos políticos ni inhabilitados”, apuntó.

Falcón recordó que este atentado ocurrió “en medio de la grave crisis económica, política y social del país”, y señaló que el Gobierno de Maduro “contribuyó a agravar la situación bloqueando los mecanismos constitucionales para una solución pacífica”.

Por su parte, la Justicia venezolana informó desde el mismo sábado que está investigando el atentado, por el que Maduro acusó a Santos y a la “ultraderecha” de ese país y de Venezuela. En su primera comunicación luego de los hechos, Maduro recordó que el atentado ocurrió en el momento en que estaba denunciando el “plan golpista y conspirador” llevado adelante por dichos sectores y relató que el artefacto volador explotó frente a él mientras exigía no bajar la guardia porque la “conspiración ha retornado”.

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